Iniciado por juan martin
Sinceramente no sé cómo pudo haberme pasado...
¿Será la dieta?
¿Habrá sido que ese día comí nada más que manzanas?
¿Habrá sido emoción violenta?
Pero no entiendo cómo me pudo haber pasado...
Fuimos compañeritos de colegio desde primer grado hasta tercero...
Compartimos clases de títeres y viajes al club de colegio...
Vimos infinitas veces la película de la Revolución de Mayo protagonizada por alumnos del colegio y padecimos al cura que decía que el que se tocaba iba al infierno...
Él padeció de muchas de las avalanchas propiciadas por mí en la entrada al salón de actos y todos los años compartimos las cenas de ex alumnos...
Sin embargo, ante un descuido suyo, no vacilé en abrir la puerta y pegarle un brutal empujón cuando estábamos llegando a la esquina de Córdoba y Montevideo...
Lo vi caer del auto y rodar pesadamente sobre el asfalto.
Luego, por el espejito retrovisor, vi como su cuerpo se detenía junto al cordón de la vereda...
Y poniendo voz de yo no fui, le pregunté a Denisse: “¿Qué le habrá pasado a Georges Bataille que se tiró del auto en movimiento?”...
Claro...
Hablé del colegio, de la dieta, de las manzanas y ya a esta altura no sé de qué más, pero había omitido que en el auto, en viaje desde la residencia sureña de Akp, veníamos Denisse, Bataille y yo...
La increíble Denisse sentada al lado mío y el ahora golpeado, pero en franca recuperación, Bataille en el de atrás...
Ahora, a Usted está leyendo esto, luego de mirar las fotitos de Denisse que voy a pegar a continuación, le pido que me conteste con sinceridad si no hubiese “invitado” a Bataille a que se retirara del auto sin vacilar...
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Y bueno...
Eso precisamente hice yo.
Lo invite de un salvaje empujoncito...
Y luego, víctima de un estado de “emoción violenta”, me olvide de todo y me fui con Denisse...
Perdoname Georges...
Si Blas resucitara te podría explicar...
Sin dudar, puse piloto automático al auto: avanzamos unas cuadras por Córdoba, doblamos por Callao, Vicente López, Junín y vueltita a la Recoleta hasta llegar a un tradicional hotel que está a paso de Madahos...
Subimos a la habitación y esta vez no hubo champagne, debido a la dieta a la que estoy sometido, pero si agua mineral... ¿Estoy acabado, no?
Luego de haber jugado un poco con las luces, la divina Denisse se fue a cambiar y yo quedé a la espera de ver con qué conjunto de ropa de interior me sorprendía esta vez...
Y cuando la vi, una vez más, casi muero. No se puede creer lo hermosa que es esta mujer... Tremenda por donde se la mire. Con dos bellísimos mamelones que bien podrían ser de exposición o reemplazar a la aburridas Cataratas del Iguazú a la hora de hablar de encantos misioneros...
Tras probar sus dotes como iluminadora, Denisse dijo ahora vuelvo y se fue a preparar. Al los pocos minutos apareció con un devastador conjuntito de ropa de interior, de esos que parecen haber sido confeccionados sobre su cuerpo.
Se acercó, se tiro sobre la cama boca abajo y los restos que quedan de mi azotada masa encefálica que aún no han sido invadidos por el avasallante alemán entraron en ebullición... Como obviamente entre también entre yo...
Y de allí, tras los abrazos, besos y mimos, hasta recibir una contundente dosis de Denuflex Plus Forte Recargado fue sólo transcurrir unos minutos...
Una vez más fui afortunada víctima de ese torbellino de placer misionero que responde al nombre de Denisse...
Luego, cuando salimos, asistimos a un improvisado show en la recepción del hotel protagonizado por tres nenus que deberían venir de Madahos o algún otro reducto de la zona que estaban ultimando detalles para largar una partuza...
Salimos, como siempre la acerqué a Denisse hasta su casa y antes de volver a la mía pase por la Iglesia del Pilar para ver al confesor del colegio de la infancia y pedir perdón por lo que le había hecho a Bataille. Claro... Eran como las 4 de la mañana y no me animé a tocar timbre...
Bataille... ¡Perdoname!
Denisse... ¡Muchísimos besos!
JM
PD: No publico gift por tratarse de una salida no convencional.
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