[XP] ARA Y LOS GATOS MARCHANDO

ARA Y LOS GATOS MARCHANDO

RELATO DE FICCION CON SEXO REAL EXPLICITO

El teléfono sonó por tercera vez antes que lo lleve a la oreja.
-“¿Total?” –la voz de Andrea demostraba angustia.
-“Si” –respondí
-“Venite urgente… tengo problemas…”
-“¿Legales?” –pregunté intrigado
-“¡No! Nada que ver. Tengo problemas por acumulación de clientes calentones…”
-“¡Voy para allá con el enfriador de bolas”! –traté de calmarla. Abrí el Fridigeire Arcón, de -35 grados Celsius y saqué el disparador de aire congelado.
Hice las dos cuadras y media que me separaban del Divas Club con el equipo envuelto en tergopor y una manta aislante. Cuando llegué hasta el botón rojo lo apreté hasta el fondo. Miré de donde había venido y observé la estela dejada por condensación del aire y el aparato que portaba.
La puerta se abrió. Una Andrea de cara mustia y temblorosa me tomó la camisa e introdujo mi humanidad en el hall.
-“Los tengo al Biker, Tucanfast, Coquito, El Yeti, Pipín, Loreli y Aminowana peleándose en el Divas por entrar con Ara…” –me explicó tomándome fuerte el brazo.
-“Pero no habías dado turnos…?”
-“Es que tuvimos un problema con el servidor y la PC se tildó…”
-“¿Y?” –hice un ademán con los hombros…
-“Se tildó en la frase: SI, VENITE YA”
-“La puta madre, que cagada!!. ¿Y ahora?
-“Están demasiados calientes. Necesito ordenar esto un poco, así reparto números, o los entretengo con…”
-“Mirá andrea. Yo los conozco bien. Cuando están calientes son capaces de violar a los dos pecesitos negros que te quedan y de yapa al coloradito… y arriba lo hacen feliz al xxx que te atiende la PC”
-“¡Noo!! Pobrecitos…” –se tomó la cara con ambas manos –“Ayúdame en lo que puedas…”
-“Voy a intentar charlar con ellos…” – caminamos el pasillo y comencé a escuchar las voces. Entramos al Divas.
Allí estaban, tratando de pujar para ingresar al dormitorio Champagne, impedidos por la humanidad de algunos, la fuerza de otros, o un inteligente Coquito que buscaba pasar por abajo y producía un enredo de piernas fenomenal.
-¡¡¡Ehh, paren, carajo!!! –grité lo más que pude.
Sorprendidos, se quedaron quietos.
-“¿Y vos que pito tocás?” –el Biker estaba tan rojo de furia que parecía le había crecido el pelo.
-“¡Yo estuve primero…” –gritó El Yeti
-“Pero yo tengo una sala con mi nombre y quiero entrar allí!” –Aminowana movió sus brazos de abajo hacia arriba.
-“¡¡Paren la mano!!” –volví a gritar. –“Esto fue una confusión y lo vamos a arreglar de alguna forma para que todos estén satisfechos” –Traté de calmarlos. Pero pareció que mi frase los enfureció más.
Continuaron agrediéndose, empujándose. No me quedó otra salida que el enfriador de bolas. Quité el envoltorio, desprendí la traba de seguridad y, apuntando a las entre piernas de los tumultuosos, disparé. Un humo helado salió del cañón con fuerza. Poco a poco se fueron calmando.
Cuando los miré, el sector de la entrepierna se les había congelado. Entre todos levantaron a Coquito que tenía hielo en la cara y el pelo, y envolvieron su cabeza con una manta.
-“Vamos a solucionar esto con una prueba…” –expliqué. –“Pero hay que trabajar en grupo, como una orquesta”.
-“¿Qué hay que hacer?” –preguntaron
-“Imitarán a Jean Louis du Perpignam. Van a cantar con el culo. El primero que desentone…¡fuera!”
-“¿Estás loco? –Tucanfast- Yo apenas tarareo mientras me baño… menos voy a cantar con el trasero.”
.”Entonces comienzas mal… Un no y quedar fuera, es lo mismo.”
Un sólido silencio invadió el pequeño pasillo.
-“¿Cómo lo haremos?” –Aminowana tenía cara de preocupado.
-“A ver. Vamos a probar. Vos Amino, Tragá todo el aire que puedas infla las tripas y dame un Do Mayor”.
El ex súper gordo hizo lo que le indiqué. Se bajó los pantalones y trató de dar la nota:
-“¡¡PPRRRFFFGGRR!!”
-“No. No. Te pedí un Do Mayor!! Apretá las nalgas y muévelas como si fueses a dar un beso. “
No sin poco esfuerzo lo logró:
-“¡¡¡PRDrooofff!!”
-¡Perfecto! Un Do Mayor digno de Mozart! A ver Yeti, trata de lograr un Sol…”
Después de tres intentos fallidos, El Yeti consigue un Sol de antología.
-“¡¡¡FFSshooollrrr!!”
Y así todos, hasta llegar a Coquito. –“Coco, la última nota que queda es un Si. Creo que no te será difícil…”
Coco se baja los lienzos, apunta hacia el Este, sube una nalga y baja la otra y emite el sonido deseado:
-“¡¡¡RRRSsshhhhiiiiirrr!!!”
-“¡¡Bien!! Ahora presten atención. Vamos a practicar un tema: Sigan este orden: Do, Mi Fa Sol. Do, Mi, Fa, Sol.Do, Mi, Fa, Sol, Fa, Mi, Sol, Re.”
Todos se bajaron los pantalones, tragaron abundante aire, apuntaron hacia arriba y comenzó el concierto:
-¡¡¡PRDrooooff!! -(Aminowana)- ¡¡RRmmiiiiggrrr!! -(Tucanfast)- ¡¡FFraaafff!! -(El Biker)- ¡¡¡FFShooollrrr!! (El Yeti) ¡¡¡PRDrooooff, RRmmiiiggrrr, FFraaafff, FFShooollrr, PRRDroooff, RRmmiiiggrrr, FFraaff, FFShooollrr, PRDroooff, RRmmiiiggrrr, FFraaafff, FFShooollrr, FFraaaff, RRmmiiiggrrr, FFShooollrr, PRrreeeeef (Pipin)
-“¡¡¡Perfecto… ¿Saben lo que interpretan?”
-“Eso suena como a… “Los Santos Vienen Marchando” –dijo Andrea, sorprendida, moviendo las manos para aventar el olor de los gases.
-“¡¡Exacto!! Están trabajando en grupo como verdaderos artistas…”
-“¿¿Y yo??” –preguntó Coquito. –“¡Falto yo!” –dijo Loreli
-“¡¡Esperen, ansiosos…!! Ahora la segunda tanda: Fa, Fa, Re Do, Mi, Mi, Si, La, La, Mi, Sol, Fa, Sol, Mi, Mi. Do, Mi, Sol Fa, Re, Mi, Do. Vamos todos, ahora!!!” –dije
Y allí demostraron que son tan buenos músicos culeares como foristas de BG. Tan entusiasmados quedaron que Cocco se animó a interpretar con voz baja y grave: “Cuando se ven, cuando se ven, cuando se ven gatos, marchar…”
Las chicas de DC se habían asomado y acompañaban el ritmo haciendo sonar las palmas. La locura musical llegó hasta los vecinos del DC que salieron al pasillo a bailar.
-¡¡¡PRDrooooff!! -(Aminowana)- ¡¡RRmmiiiiggrrr!! -(Tucanfast)- ¡¡FFraaafff!! -(El Biker)- ¡¡¡FFShooollrrr!! (El Yeti) ¡¡¡PRDrooooff, RRmmiiiggrrr, FFraaafff, FFShooollrr, PRRDroooff, RRmmiiiggrrr, FFraaff, FFShooollrr, PRDroooff, RRmmiiiggrrr, FFraaafff, FFShooollrr, FFraaaff, RRmmiiiggrrr, FFShooollrr, PRrreeeeef (Pipin)
Salieron todos al pasillo, abrieron la puerta cancel, luego la de calle, y allá fue la orquesta de pedos musicales por Uruguay, rumbo a Avenida de Mayo. Decenas de personas observaban atónicos esa exhibición de culos y armonías, notas graves y ritmo, nalgas al viento y “vento de nalgas”. Muchos tacheros detenían la marcha pensando que se trataba de un piquete singular.
Encabezados por Aminowana y su tradicional vestimenta negra, con El Biker pasando la gorra para la Campaña y dejando al aire su casco de carne, Coquito, el Breve, bailando y cantando, Tucanfast, Loreli, El Yeti y Pipín concentrados en dar la nota justa sin perder el ritmo.
Y allá fueron, cruzaron bocacalles, caminaron en fila entre los autos, subieron y bajaron veredas, llegaron a la 9 de Julio, la cruzaron, seguidos de una multitud cada vez mayor, una horda humana que los ovacionaba y aplaudía.
-¡¡¡PRDrooooff!! -(Aminowana)- ¡¡RRmmiiiiggrrr!! -(Tucanfast)- ¡¡FFraaafff!! -(El Biker)- ¡¡¡FFShooollrrr!! (El Yeti) ¡¡¡PRDrooooff, RRmmiiiggrrr, FFraaafff, FFShooollrr, PRRDroooff, RRmmiiiggrrr, FFraaff, FFShooollrr, PRDroooff, RRmmiiiggrrr, FFraaafff, FFShooollrr, FFraaaff, RRmmiiiggrrr, FFShooollrr, PRrreeeeef (Pipin)
Después de descargar el cuarto aerosol con perfume a lavanda, Andrea me hizo pasar a la Champagne. Higiene, regreso, y allí estaba Ara. Bajo la tenue luz con sus medias blancas, el portaligas y conjunto del mismo color. Sonriente, mimosa, estampando besos de lengua y arrimando ese cuerpo de nena.
Después de desabotonarme la camisa, le tocó al pantalón. Guió mi cuerpo hacia el borde de la cama y bajó el calzoncillo comenzando un pete con garganta profunda que casi me descontroló. Fueron seis minutos. Seis minutos imperdibles, sublimes, excelsos, inapreciables.
-“Pará, Negri que me vas a hacer acabar antes de tiempo…” –rogué.
-“¿No te gusta?”
-“Si, pero me gusta mas el juego previo…”
Y allí nomás me tiró sobre la cama y continuó con su vicio succionador, lengua húmeda que recorre todo el arco erógeno.
-“Y pensar que te conocí tímida…” –dije
-“No tenía experiencia…ahora me gusta todo… todo…”
Mis ratones se juntaron, abrazados por el hombro, para ver si alguno comprendía a que se refirió con: “todo”.
Mimos, caricias, lengua inquieta, curiosa, incontrastable, incuestionable, dejó un reguero de saliva por mis tetillas, vientre y gemelos.
Bajé a su sexo y lo ungí con adoración llenándolo de besos y chupaditas. Las manos de Ara retorcían la almohada. La respiración agitada y los quejidos de placer animaban la tarea propuesta.
Encapuchada y un misionero que continuó con sus piernas al hombro. Allí sentí el orgasmo de Ara con latidos de vagina, que fueron aplacándose mientras recuperaba la respiración normal.
Mas mimos, caricias, y pidió hacerlo por colectora.
-“Si lo haces despacito y suave…”
Se puso de costado y condujo el glande hasta el agujerito furtivo. Poco a poco la fui penetrando. Ella agarraba mis nalgas y guiaba atrayéndome para una mayor penetración.
Ver el cuerpo de Ara, moviéndose acompasadamente para hermanar sus movimientos con los míos, es un espectáculo indescriptible. Ni Miguel de Cervantes podría ubicar palabras del noble idioma castellano para narrar ese momento.
Allí se fue el primero. Deleitable, sutil, gustoso, delicado, etéreo.
Saqué el látex y relajé el cuerpo.
-“No te me vas a dormir… eh?” –expresó
-“Sólo descanso…” –contesté
-“Porque un forista, después de masajes y sexo, se me quedó dormido…”
Después de reír, comenzó a acariciarme y besarme. Bajó al semiflácido órgano y volvió a jugar con él. Al poco tiempo estaba con sus besos, garganta profunda y lengua húmeda como si nada hubiese pasado antes.
-“Seguí… seguí…-le dije casi suplicando.
A los 10 o 12 minutos, al notar que estaba por eyacular, me rogó.
-“Dame toda… dame tu leche…”
Y no la defraudé. Ara merece todo lo que pide y cumplí con el rito sagrado del Divas Club.
Cuando me iba, Andrea recibe un llamado telefónico.
-“Esperame y te acompaño” –me dijo mientras levantaba el tubo.
Una carcajada salió como un estallido, de sus labios. Me miró después de colgar.
-“Son los muchachos… Me piden que les mande alguien para sacarlos de la Cuarta, en Tacuarí al setecientos…”
No paramos de reír hasta que cerró la puerta de calle.
Imaginaba, mientras desandaba el camino al DC, el concierto que estarían dando los entusiastas flamantes músicos de traste pelado.
Y no pude evitar que quienes pasaban a mi lado, creyeran estaba loco.-


Total.esunratito