Escort Catalina Hot - La culona de Tribunales bairesgirls

Describiré mi primer encuentro con Catalina. Luego de dos intentos fallidos en los que traté de tener un encuentro con ella, arreglé el viernes para encontrarnos el sábado 2 horitas con servicio completo. Veníte a las 13 me escribió.
Llegó el momento esperado y me dirigí a su casita del placer ubicado sobre Perón al 1400 en Tribunales. El lugar es discreto, sin portero y Cata me abrió desde arriba.
Cata es una señorita de unos 25 añitos, muy linda, ojos claritos, de piel super blanca y muy suave. Es una chica de contextura robusta, de pechos normales a grandes y su culo es lo que más destaca, es simplemente Enorme y es sostenido por dos piernas robustas, que ella las mantiene firmes (al igual que su cola) gracias a que practica hockey, según me contó. Tiene su brazo izquierdo todo tatuado y dos alas tatuadas en su espalda ¿Sos ángel o demonio le pregunté? Las dos cosas me respondió.
Luego del aseo correspondiente, nos desvestimos dejando nuestras vergüenzas al aire, y nos comimos a besos con mucha lengua y franeleo. En una de las paredes hay un espejo largo, desde el piso al techo. Ella se arrodilló dándole la espalda a dicho espejo y me comió la pija a pura lengua y saliva. Yo le miraba la cola a través del espejo, uffff! qué hermoso paisaje, es uno de los culos más lindos que he visto. Así estuvo varios minutos chupando cabeza, tronco y huevos. Lo hace muy bien y tuve que concentrarme bastante para no dejar mi simiente en su boquita caliente.
Luego le dije ahora me toca a mi. Y estando ella acostada en la cama con sus pies en mis hombros y yo arrodillado en el suelo, comenzé a comerme esa flor deliciosa, bien carnosa y nada de pelillos. Cuando estuvo bien mojada, le introduje lentamente un dedo y luego me pidió dos. Qué delicia frotar con los dedos la piel rugosa donde está el punto G. Y entre dedos adentro, lengua y a veces frotar su clit con la otra mano, Cata no aguantó más y acabó con un profundo gemido, a la vez que cerraba sus piernas. Le pedí que se pusiera en cuatro y procedí a lamer su puertita trasera como un verdadero degenerado.
Al toque me puso el póntelo pónselo y se subió sobre mí y comenzó la cabalgata de la amazona, frotaba su chuchi sobre mi pelvis o saltaba sobre mi miembro, un espectáculo para la vista ver esas tetotas como se mueven, no me alcanzaban las manos para tocarlas. Cambiamos a la pose del perrito y le di para que tenga y guarde.
Ya a esa altura los dos estábamos re hot. Le pedí el anillito de cuero, le puso gel y entré despacito hasta que calzó todo adentro. Estábamos sobre la cama en posición perrito. Debe ser la primera vez que estuve tanto tiempo dentro de un culito, le daba y le daba pero no podía acabar. Entonces le pedí que ella me cojiera con su cola, pero no hubo caso, lo intentamos pero no nos salió. Ella volvió a ponerse en cuatro y yo parado al borde de la cama entré nuevamente a su asterisco sabroso. Estuve dándole estocadas unos cuantos minutos, y entonces me pidió que le acabara en la conchita porque no aguantaba más por la cola. Le dije bancáme unos minutos más que estoy por acabar.
Es muy gauchita Cata, me dijo que siguiera, así que dejé una pierna en el suelo, la otra sobre la cama y seguí embistiendo hasta que millones de seres humanos que nunca nacerán escaparon de bolivia y fueron a parar al hermoso trasero de esta rica pendeja.
Nos bañamos, trajo agua para beber y hablamos de todo un poco, especialmente de su trabajo, me contó algunas cositas interesantes. Trajo crema y me hizo masajes en toda la espalda, se lo agradecí ya que tenía la espalda estropeada gracias a una lumbalgia reciente a causa de mi laburo.
Comenzamos el segundo round con un 69 largo y muy caliente, donde ambos dábamos cada gemidos que creo que se escuchaba en otros departamentos, menos mal que estaba la radio en otra habitación con La 98.3 a buen volumen. Una vez que mi miembro quedó duro como el titanio y su cotorrita más mojada que ventana de submarino, procedimos a hacer un par de poses y mi segundo polvazo llegó cuando estábamos en la pose del misionero.
Debo decir que realmente disfruté mucho con ella, me sacó dos buenos polvazos con la colita y la conchita. Ella disfruta mucho del momento y se entrega totalmente, se relaja y la pasa bien. No le dice que no a nada, no te apura y busca que te sientas cómodo.
Altamente recomendable.

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