ERIIKA. La Casada Infiel

Y que yo me la llevé al telo
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue antes de las primarias
y casi por compromiso.
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
Como ramos de jacintos.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
tiene el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío
y en el medio de los mismos
un anillo rosadito.
Aquella tarde corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
Me porté como quien soy.
Como un cura legítimo.
Le regalé un rosario
Y me mandó a la mierda,
Me dijo son 4 Evitas
Porque soy bien completita
Y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
mientras su semen corría
por esos labios rojizos.