Aplaudiendo sin manos con la Laly. Ojota que vengo racha de fotos!

Jodieron tanto acá con Laly que al final fuí a conocerla.

Piba bonita, joven. De sonrisa fresca y linda. Baja a abrir con el pelo mojado.
Me encanta que me reciban recién bañadas.
Le pregunté si estaba cansada porque era el último turno.

- No! Tengo pilas para tres horas más. Después me apago.

Me hace reír, tiene como una chispa sincopada. Es decir nunca sabés cuándo ni con qué te puede salir. Esa imprevisibilidad es algo tan raro hoy en día. Las personas se ajustan a un guión en la relaciones y eso hace que todo sea tan aburrido.

Paso al baño, etc. Ella se cambia, se pone una lencería con tiritas (se ve en las fotos). Y mientras hablamos boludeces, yo parado en bolas y ella agazapada en la cama como un predador por saltar a su presa, me toca las bolas suavemente, y casi me quiebro de la emoción. (Soy muy sensible)
- Ay, si. Dios, si tocame ahí. (Soy un exagerado también).

Sonríe y me hace un pete en cuatro, exhibiéndome ese culo carnoso que tiene.
Me la chupa con ruido, cosa que me encanta y después de un par de minutos me estiro y agarro un forro de la mesita, y me lo pongo.
Y en nimia charla técnica articulamos las herramientas teóricas para disponer un marco procedural en el que se vaya a desarrollar la cojida.

- En cuatro.
- En cuatro.

Me acomoda en tres cuartos frente al espejo, ella me clava y me empuja hacía atrás hasta dejarme medio sentado sobre mis talones.
Laly tiene una disposición de los volúmenes y tensiones cárnicas, ligeras pero a las vez contundentes, que maridan primorosamente con mí cuerpito de bebé de 95 kilos.
Dispuesto así en cuatro, después de unos ajustes, activamos la máquina más vieja del mundo, el artefacto de carne, sangre, sudor y lágrimas, que me tuvo quemando aceite más de 40 minutos.
Sus piernas abiertas pero sus pies por dentro de las mías.
Creo que si supiera que levantando apenas los deditos podría acariciarme las bolas, y me haría acabar como un chancho.

Mientras nos cojemos a distintas velocidades e intensidades apoyo mis zarpas, ora en su cintura, ora en sus hombros, ora en sus muslos. En uno tiene un tatuaje grande. Es la primera piba que un tatuaje así le queda re bien, la adorna. Por lo general se ponen tatuajes como si fueran stickers en un auto de TC, sin relación de forma, tamaño o tono entre sí, ni con el lugar donde se lo hacen. Este acompaña la forma de la pierna y la embellece. Bah, digo yo.

Laly se moja los dedos y hace cosas para enloquecerme, mientras me ruega/ordena:
- Dale, dale! Y me mira en el espejo.
Está claro que me quiere enloquecer.
- Me querés agarrar como recién?
Me quiere enloquecer, no hay dudas. Tengo miedo. Jajaja.

Fué un polvo largo, completo. Nunca nos movimos del lugar.
A la mitad le tiré un:
- Querés que paremos un ratito? Estás cansada?
- No. Estoy bien así... (Me mira) Vos estás cansado!

Herido en mí frágil hombría, guardé silencio y bajé la cabeza derrotada. Ella se apiadó y me ofreció un descanso y una Coca-Cola.
- Dale. Le dije. Pero, aunque quise, no pude soltar esa cintura hasta que acabé un rato después, como el cerdo que soy.

Me limpio, hablamos un cacho de no sé qué. Estoy muerto.

Me trae la Coca!!
Me ducho porque doy asco. Nos vestimos y me acompaña abajo.
Vereda, calle, birra y chau chau.

El anal y demás cosas hablenló con ella. Yo le avisé lo que quería antes de ir.

Tengo algunas fotos muy cuidadas. No esperen nada zarpado. Soy muy tímido.
Pídanlas en los comentarios, vacíen sus casillas de mensajes y que Dios nos asista a todos.

Saludos!

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