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El viernes tuve un nuevo encuentro con Abrihl. Y todavía lo estoy disfrutando. Sabiendo de mis aficiones tangueras, la niña me recibió con una vestimenta especial: minilencería negra, medias de red, guantes largos, sombrero, corbata y zapatos de taco alto blancos. ¡Un encanto, disfraz de tanguera con pinta adolescente! Nos besamos apasionadamente, luego que le entregara unos chocolates que le gustan. Luego comenzamos a comer juntos chocolate, de una boca a la otra. Caricias, mucha franela, poco a poco nos desnudamos. Me besó todo el cuerpo, como ella sabe hacerlo, y me chupó la pija a la alta escuela, por supuesto que sin forrito. Bueno, hicimos de todo, 69, su conchita, una orteada sensacional, primero con ella boca arriba y las patitas levantadas, luego sentada en mi verga dándome la espalda para que yo pudiera ver bien la penetración en su estrecho culito. Fue sublime. Acabé dándole toda la leche en su boca, y tanto placer sentía que parece que grité de más. Luego Abrihl me dijo que Carola, que comparte el depto le dijo que pensaba que me estaba matando. Y no se equivocaba, me mataba de placer. Sentí sensaciones tan intensas que son indescriptibles.
Tan metidos en lo nuestro estábamos, que no advertimos cuando se acabó el tiempo, nos tuvieron que volver a llamar. Salimos, nos besamos, y tuve el gusto, antes de abandonar el depto que Carola, hermosa, atractiva y sensual como siempre viniera a saludarme. Una amiga de siempre con la que he disfrutado también momentos de mucho placer.
Pienso que de las chicas que trabajan, tanto Carola como Abrihl deben ser dos de las más bonitas que conozco.
Me fui... con ganas de volver a entrar. ¡Así da gusto vivir!