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El regreso de los secuestros virtuales con una nueva modalidad

[size=18:8f60a09975]Cuando el miedo llega por teléfono[/size:8f60a09975]

Ahora los supuestos captores se hacen pasar por comisarios que dicen que un familiar tuvo un accidente. Encontraron además el truco para evitar la grabación de advertencia de que la conversación proviene de un penal. En la Defensoría del Pueblo sólo ayer hubo 20 denuncias.[/b:8f60a09975]


Rodolfo Palacios
16.05.2008


¿Señorita Almada? Le habla el comisario Arriola. Su hermana sufrió un grave accidente –avisó el hombre con la voz impostada.

–¿Dónde está? –preguntó la mujer al borde del desmayo.

–En realidad la tenemos secuestrada. Juntá dos lucas o la matamos.

El llamado, que duró dos minutos, era un engaño. Después del susto, Lucía Almada comprobó que su hermana estaba a salvo. No fue la única que recibió ese tipo de extorsión. Los secuestros virtuales están de vuelta: la Policía Federal investiga unos 50 hechos y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires recibió ayer veinte denuncias en una hora, pero hubo muchos más casos que no salieron a la luz. Los delincuentes se hacen pasar por comisarios, fiscales o médicos de hospitales con el objetivo de reunir dinero –de 500 a tres mil pesos– en rescates pactados cerca de la casa de la familia elegida.

“Queremos alertar sobre esta nueva modalidad. La Policía no acepta muchas denuncias porque a veces no se llega a concretar el delito. Por eso queremos reunir todos los casos para presentar la denuncia ante una fiscalía de Instrucción. Incluso unos seis empleados de la Defensoría recibieron este tipo de llamados. Es un delito exprés y silvestre”, dijo la defensora del Pueblo de la Ciudad, Alicia Pierini. La Defensoría del Pueblo abrió ayer un mail ([email protected]) que en una hora recibió 20 denuncias. En uno de los casos, a una mujer le dijeron que le habían secuestrado un hijo. Al final le hicieron entregar una valija con dos mil pesos a dos cuadras de su casa, en el barrio de Colegiales.

En los últimos diez días, la Policía Federal detuvo en distintos hechos a seis personas, familiares de presos de Devoto, cuando estaban por cobrar los rescates. En la mayoría de los casos, los damnificados descubrieron que era una falsa alarma. Pero hubo personas que llegaron a pagar rescate. “Es imposible calcular cuántos casos hubo. Fueron cientos, la mayoría sin denunciar. Muchos llamados se hacen al azar, con un número sacado de la guía. Pero en otros casos hacen inteligencia previa, buscan casas en barrios residenciales de Palermo, Belgrano y Núñez. Apuntan alto”, dijo una fuente policial.

“Un 80% de los llamados se hacen desde la cárcel, pero los presos consiguen borrar el mensaje de voz que avisa que el llamado se hace de la unidad penal. Primero avisan que fue un accidente para que la víctima entre en pánico. De esa manera le sacan más información personal. Una gran cantidad de los llamados fueron de madrugada para desconcertar.

Cuando logran paralizar a la persona, le dicen que es un secuestro y que no salga de su casa porque están vigilados en forma satelital. El último paso es que entreguen la plata en una esquina”, dijo una fuente de la Federal.

Los secuestros virtuales estuvieron en auge hace poco más de tres años: el 10 de febrero de 2005, el despachante de Aduana Facundo Azulay, de 35 años, fue asesinado después de que intentara pagar el rescate de un falso secuestro. El autor del disparo fue José Bordon, condenado a 28 años de prisión. Su compañero, Ramón Godoy, dirigía a la banda desde la cárcel de Ezeiza.

A partir de ese caso, un pedido de Juan Carlos Blumberg logró que todos los llamados desde la cárcel fueran anunciados con este mensaje grabado: “Este llamado proviene de un establecimiento penitenciario”. Pero esa medida no detuvo a los delincuentes: ahora descubrieron la forma para que ese aviso no aparezca o directamente logran entrar teléfonos celulares en las celdas.

“Hay presos que le encontraron la vuelta al tema. Y con un truco que desconocemos, o quizá con una tarjeta telefónica especial, consiguen borrar el aviso del locutor. Otros hacen los llamados desde celulares que entran en forma clandestina”, dijeron en la División Antisecuestros. “Hay muchísimos casos. Si a alguien no fue víctima, le pasó a su tía, a su amigo, a su hermano. Estas llamadas, aunque sean falsas también deben denunciarse. Es imprescindible tomar nota del número y compañía del teléfono receptor de la comunicación, día y hora que se produjo”, dijo Pierini.

A Carolina Caporaso la llamaron hace un mes. “La llamo de la guardia del Hospital Pirovano. Su padre, el señor Caporaso, acaba de entrar con una herida de bala tras un asalto”, le dijo el falso médico. Antes de cortar, llamó desde otra línea a su padre y comprobó el engaño. “No me preocupé demasiado porque cuatro amigos habían recibido llamadas similares”, contó.

“Si se recibe este tipo de llamados, la mejor manera de prevenir es no entrar en pánico y cortar el teléfono mientras se chequea cómo está el familiar presuntamente secuestrado o accidentado. Y siempre es mejor llamar al 911 o hacer la denuncia policial”, dijo el comisario inspector Sebastián Seggio, jefe del Departamento de Comunicación Social de la Federal.

En uno de los hechos, atendió un chico de diez años que siguió la indicación del delincuente al pie de la letra. Le dijo que su padre estaba secuestrado y que no se lo debía contar a nadie. Su abuelo lo descubrió cuando estaba por salir a entregar su play station a los falsos secuestradores, que lo esperaban en la plaza del barrio.

[b:8f60a09975]El Gangoso está asustado[/b:8f60a09975]

El Gangoso tiene miedo. Para los investigadores, Cristian Javier Maldonado, de 38 años, fue el negociador de la voz gangosa que participó en al menos diez secuestros, entre ellos el de Ariel Perretta, por el que está detenido.

“Tengo miedo de que la Policía me haga algo. Tengo miedo de que me maten. Soy inocente, la Policía es la que secuestra”, declaró ayer Maldonado ante el fiscal federal de Morón Marcelo Fernández.

“El imputado negó todos los cargos que se le imputan y dijo que está dispuesto a que lo sometan a una prueba de audio para comprobar si su voz es la misma que aparece en los llamados en el secuestro de Perretta”, dijo una fuente judicial. Tarita Maldonado o “Cristian Castro”, por su parecido con el cantante mexicano, fue detenido el 8 de mayo.

Al cierre de esta edición, el juez federal Juan Pablo Salas no había resulto sobre la situación procesal de los nueve detenidos que hay en el caso. La Policía cree que su voz nasal, que podría ser fingida, estuvo en los secuestros de Perretta, Hernán Ianonne, Franco Andreola, Mirta Fernández y Nicolás Garnil, entre otros.