Escorts en Mendoza

[b:926f71117e]No me toquen la chicharra[/b:926f71117e]

Cuando leo en el diario, R12 modelo 80 $ 2.500 es casi seguro que el auto está destruido, fundido o tenga problemas de papeles. Es sabido que los fierros siempre tienen arreglo pero los problemas de documentación jamás se podrán arreglar.

Uno elige cuál bien o servicio adquiere con su plata. La experiencia, a fuerza de golpes, nos indica que se debe pagar lo menos posible para obtener el máximo beneficio. Eso es lo que pasa con el tema de los [color=blue:926f71117e]sexoservicios[/color:926f71117e].

Me ha pasado innumerables veces ir a un depto, ver a las pibas, conocer el precio y en el momento darme cuenta que no vale la pena haber entrado.


Por ejemplo en cierto establecimiento que queda en la esquina donde termina la calle Lavalle, que tiene puerta de entrada con dos hojas, toco el timbre bajo la atenta mirada de un gorila malentrazado que han puesto como vigilante, se entreabre la puerta y una piba muy bonita me hace pasar, llama a otras que están en una especie de entrepiso, las que en número de media docena bajan embombachadas y encorpiñadas a presentarse.

El impacto visual de las seis minas que se acercan, me dicen el nombre, se dan vuelta mostrando el poto al zonda y se paran como candidatas a reinas de la Vendimia hace que uno apenas escuche precio y duración.

La mina que me explicaba me contaba que por 20 me hacían una chupadita de 10 minutos. Pero si quería 20 minutos con una chica que me hiciera media francesa y metidita, me iba a costar unos $ 60.

Tomé servicio con una pibita morochita de pelo largo, bien menudita y aparentemente muy complaciente y cariñosa. Empezamos a franelear antes de desnudarme así que la ésta me puso en temperatura. Procedo a desembarazarme de mis ropajes y le pido a la fémina que me de una lamidita sin forro. Ella se niega y me lo pone con la boca. Bué, peor es nada.

Esta chica lo hace muy bien y la dejo en su tarea otros segundos más. Luego se tira en la cama ya desnuda y con las piernas abiertas. Antes de metérserla le paso la lengua dos veces por la que te dije. Ya colocado en posición le empiezo a dar al asunto. Al minuto suena una chicharra. ¿Y eso?
Me explica que se había terminado el tiempo. ¿Vé? Si pagué por 20 minutos y no han pasado ni diez. Le sigo dando matraca mientras hablamos. Vuelve a sonar la chicharra. Dale, salíte, que me van a retar. Se me pasó instantáneamente la calentura sexual y empezaba a agarrarme la calentura de otro tipo. La chica abre la puerta y siento que suena una chicharra distinta, indicando que el servicio había terminado.

A esta altura me visto y espero para salir de la pieza, porque otro tipo que estaba al lado le acababa de pasar lo mismo que a mí, había comprado un servicio de diez minutos y le tocaron la chicharra a los cinco.

Encaro a la presentadora y le hago saber de mi malestar por el episodio, a lo que me contesta que ésas son las reglas de la casa. Lo único que puedo decirle [color=olive:926f71117e]es que voy a hacerle mala fama en todo Mendoza, sobre todo por Internet.[/color:926f71117e]
Si contratás veinte, te dan diez. Al otro pobre boludo que quería una francesita de 10 minutos le tocaron la chicharra en cinco.

No ir a este local, avisarle a todo el mundo, que el servicio es en realidad una estafa. Te dejan con la leche y encima te sacan guita.

Este lugar tiene avisos en el diario con CINCO, cinco líneas de teléfono en los que promociona, entre otras cosas, mulatas caribeñas, otra rubia con la colita dispuesta, otra terminá en mi boquita, etc. Etc.

Precaución, para eso es preferible encarar una mina de la calle que por más que no esté tan fuerte como las de ese local, te va a atender los 20 o 30 minutos que hayas pagado por la pieza del hotel. En una de esas quedás satisfecho por la mitad de la plata.
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Lo de Pedro, ¿queda cerca de la escuela italiana?
chau