Política y Economía

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[INF] historia de la judeofobia

Hilo del tema

LOS ORIGENES DEL ANTISEMITISMO


INTRODUCCION AL ANTISEMITISMO.



Ningún pueblo, en toda la historia de la humanidad, ha sido tan odiado, tan maldecido, tan perseguido en forma tan continua y sistemática como el pueblo judío. Todos los estudios sobre antisemitismo llegan prácticamente a las mismas conclusiones: el antisemitismo ha sido un elemento continuo y penetrante en la historia y cultura occidental. Manifestaciones antisemitas extremas durante las cruzadas, la peste negra y en los Siglos XVII y XX, no fueron aberraciones o violencia aleatoria dirigida a conveniencia contra una minoría, sin relación alguna. Estas expresiones de intolerancia extrema y brutal tienen que ser reconocidas como reflexiones de un tema de desprecio y odio, hacia los judíos, que penetró la cultura occidental y desarrolló en el curso de los siglos una tradición que permitió, toleró, alentó y premió las acciones antisemitas.

El antisemitismo como tema y tradición de la cultura e historia occidental se desarrolló y creció en un período de siglos. No apareció de pronto completamente desarrollado ni fue aceptado de inmediato por todos los segmentos de la población.

El contenido, las dimensiones y la variedad de antisemitismo y sus múltiples expresiones se desarrollaron y expandieron a medida que su influencia y permanencia creció a través de la historia.

Sin embargo su base lo forman dos factores interrelacionados que se soportan mutuamente. El uno es la creencia y enseñanza religiosa que fue dominante y formativa en el cristianismo occidental. El otro factor se refiere a la condición en la cual el judío sobrevivió, como permanente extranjero, después de la destrucción del estado Judío. Este factor es parcialmente el efecto del primero ya que el judío sin patria y permanentemente extranjero se convirtió en un elemento soportante de la enseñanza cristiana y fue perpetuado por esa enseñanza.


ANTECEDENTES DEL CRISTIANISMO.

El Mesianismo:

El cristianismo no empezó como una nueva religión sino como un movimiento de judíos monoteístas que sostenían que Jesús era el rey, libertador, y el Mesías, que Dios les enviaba. En esa simple proposición se encuentra todo lo que es necesario saber sobre los orígenes del Cristianismo.

El cristianismo primitivo se fundó sobre una persona y se cimentó sobre una idea. Una extraña idea difundida entre los judíos de la época. Una idea ajena al pensamiento occidental: la idea del Mesianismo. Fue el Mesianismo lo que hizo de la vida de Jesús lo que esa vida fue y lo que originó al cristianismo. Fue también el Mesianismo, en la forma que lo aceptaron los oyentes gentiles, lo que contribuyo hacer inevitable la deificación de Jesús.

La enseñanza fundamental del cristianismo fue, que en Jesús había llegado el Mesías (El Cristo). Es la convicción última sobre la cual descansa todo el edificio del Cristianismo.

La venida del Mesías no fue algo fortuito: Estuvo estrechamente vinculado a un período de la historia proféticamente anticipado, los últimos tiempos, o el fin de los días que precederían a la inauguración del Reino de Dios . El Mesías no podría aparecer en cualquier tiempo sino solamente al fin de los Días, en un momento de prueba y gran tribulación para Israel.

Podía esperarse que los últimos tiempos empezarían después de pasados 490 años desde la liberación de los Judíos por Ciro y el permiso para reconstruir a Jerusalén, es decir, más o menos en el año 46 antes de la e. c, .Los que creían en esa interpretación y vivían en el reinado de Herodes el Grande (años 37- 4 a.e.c), podían aceptar que los Últimos Tiempos habían empezado y que por lo tanto, en cualquier momento podía esperarse la venida del Mesías. Esto explica porque una fuerte excitación Mesiánica se manifestó entre los Judíos a partir de aquellos años, y porque antes de entonces nadie había pretendido ser

el Mesías.


Jesús de Nazareth

Es en ese ambiente de excitación Mesiánica que surge la figura de Jesús de Nazareth. No fue el único, para esa época, que se creyó o lo consideraron Mesías. Todos pasaron al olvido menos Jesús.

El ministerio de Jesús duró entre uno y tres años. No hay acuerdo sobre el particular. Durante su corta vida fue exorcista, curador, maestro, hacedor de milagros etc.

RABI JESHUA, (el que se llama hoy en español Jesús) era Judío, de madre y padre judíos. Sus discípulos eran judíos. El mismo había dicho: " He sido enviado sólo a las ovejas perdidas de la Casa de Israel ". A los doce, a quienes envió por primera vez en misión recomendó: no vayáis a los gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.


ORIGENES DEL CRISTIANISMO.

El Cristianismo Judío:

El cristianismo tal como se desarrolló dentro del seno de sus discípulos en Jerusalén. no fue ni pretendió ser una religión separada. Lo único diferente de sus seguidores y después de su

muerte, fue el de aceptar que era el Mesías. En todo lo demás no se

apartaron un ápice del Judaísmo.

A su muerte se constituyó lo que llegó a llamarse la Iglesia de Jerusalén, que no era una Iglesia en el sentido que la conocemos hoy sino una casa donde se reunían sus discípulos liderizados por Santiago y Pedro. Se reunían para recordar al maestro y estudiar sus enseñanzas. Dieciocho meses después de la crucifixión aparece en escena Pablo, un Judío Fariseo originario de Tarso, ciudad de la provincia romana de Cilicia. Pablo era ciudadano

romano y perseguidor de los cristianos hebreos hasta que tuvo la visión de Jesús quien, en esa visión o sueño, le dijo ¿ Por qué me persigues ? Pablo se convierte entonces al cristianismo al cual modifica y en el cual introduce extrañas ideas totalmente ajenas al espíritu y tradición Judía que seguía siendo el norte de los cristianos hebreos de Jerusalén Con el correr de los tiempos llega a ser el apóstol de los gentiles .

El Cristianismo Paulino.

Pablo se nutrió de tres fuentes para crear su cristianismo: (1 ) El punto de vista gnóstico dualístico del mundo según el cual la humanidad vive en el reino de la oscuridad y la desesperación y el cual puede ser rescatado solo por el descenso de un salvador proveniente del mundo de la luz; (2) El mito pagano de dioses que mueren y resucitan. Dioses que nacen de madres vírgenes, etc.; muy común en el medio ambiente en el cual vivió y creció Pablo, junto con los rituales misteriosos donde el iniciado puede ser identificado con Dios y (3) el mismo judaísmo con su vasta perspectiva histórica desde la creación hasta el fin del mundo en el cual pudo insertar sus nuevas ideas dándole al cristianismo el antiguo pedigrí que le ganó credibilidad en el mundo gentil. Es Pablo quien introduce el concepto de la expiación y la salvación.


Los Primeros Cuatro Siglos Después de Cristo

En el primer siglo d.C., la Iglesia estaba bien unida a sus raíces judías, y Jesús no pretendió que fuese de otra manera. Después de todo, Jesús era judío y la base de Sus enseñanzas era consistente con las Escrituras Hebreas. Jesus declara en Mateo : "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido."

Antes de la Primera Revuelta Judía del año 66 d.C., el cristianismo era básicamente otra secta más dentro del judaísmo, como lo eran los fariseos, los saduceos y los esenios. Los cristianos también eran conocidos como nazarenos. Antes de la destrucción del Templo en el año 70 d.C., cuando Jerusalén fue arrasada por los romanos, era común el debate en torno a las ramas del judaísmo en la cosmopolita y bulliciosa ciudad de Jerusalén. ¿Qué ocasionó la ruptura entre las primeras comunidades cristianas y las judías, extendiéndose hasta el día de hoy?

Comienza la Separación: A manera general, la separación vino como resultado de las diferencias religiosas y sociales entre el pueblo judío. Hubieron varios factores contribuyentes: 1) La invasión romana de Judea y la amplia aceptación del cristianismo por los gentiles que complicó la historia del judeo-cristianismo. 2) Las guerras romanas contra los judíos que no solamente destruyeron al Templo y a Jerusalén, pero también obligaron que la Iglesia en Jerusalén renunciara a su posición como centro de la fe cristiana en el mundo romano. 3) La acelerada aceptación del cristianismo por parte de los gentiles que condujo a un conflicto prematuro entre la Iglesia y la Sinagoga. Los viajes misioneros de Pablo extendieron la fe cristiana al mundo gentil y, a medida que iba creciendo el número de cristianos, creció también su influencia, la cual desligó el cristianismo de sus raíces judías.

Separación del cristianismo y judaísmo: A este momento histórico, la Iglesia ya se había separado, para todos efectos, del judaísmo. El poder teológico y político se trasladó de manos de hombres judeo-cristianos hacia centros de mando de tipo cristiano-gentil, tales como Alejandría, Roma y Antioquía. Es importante comprender este cambio, porque ejerció gran influencia sobre los Padres de la Iglesia Primitiva para que hicieran declaraciones anti-judías a medida que se fueron desvinculando de sus raíces judaicas.

A la vez que la Iglesia fue ampliando su alcance dentro del Imperio Romano, y su membresía no-judía fue aumentando, el pensamiento de tipo griego y romano insidiosamente penetró y totalmente alteró la manera de interpretar las Escrituras: desde uno de tipo judío o hebraico, a uno de tipo griego. Esto ocasionaría muchas herejías en el futuro. Una vez que el cristianismo y el judaísmo comenzaron a tomar rumbos separados, la distancia se hizo cada vez mayor. Los romanos habían casi en efecto suprimido al judaísmo, pero el cristianismo se dispersaba rápidamente. Esto causó gran preocupación en Roma, y su nueva presión política, convertida en persecución contra los cristianos, especialmente en tiempos de Nerón fue otro factor para ampliar aún más la brecha entre cristianos y
judíos.

Teología de la Suplantación: La animosidad por parte de los cristianos hacia los judíos comenzó a reflejarse en los escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Por ejemplo, Justino Mártir (cerca de 160 d.C.), refiriéndose al pueblo judío dijo: "Las Escrituras no son de ustedes, sino nuestras". Ireneo, obispo de León (alrededor de 177 d.C.) declaró: "Los judíos han sido desheredados de la gracia de Dios ". Tertuliano (160-230 d.C.), en su tratado Contra los Judíos , anunció que Dios había rechazado a los judíos para favorecer a los cristianos.

La Iglesia Triunfante: A principios del siglo 4to, ocurrió un evento monumental para la Iglesia. En el año 306 d.C., Constantino llegó a ser el primer emperador romano cristiano. En sus comienzos, tenía un punto de vista pluralista y permitió que los judíos tuvieran los mismos derechos religiosos que los cristianos. Sin embargo, en 321 d.C. instituyó al cristianismo como religión oficial del Imperio. Esto marcó el fin de la persecución de los cristianos, pero el principio de la discriminación y persecución del pueblo judío.

La Roma Imperial, en 313 d.C., promulgó el Edicto de Milán, el cual favorecía al cristianismo y prohibía la existencia de sinagogas. Luego, en 315 d.C., otro edicto permitía quemar a judíos al ser convictos de quebrantamiento a la ley. A medida que el cristianismo se convertía en la religión del estado, más leyes fueron establecidas en contra de los judíos:

-Los anteriores privilegios otorgados a los judíos, como religión licita en el Imperio, fueron removidos.
-La jurisdicción rabínica fue abolida o severamente coartada.
-El proselitismo era prohibido y severamente castigado con muerte.
- Se excluía a los judíos de alto cargos en el gobierno o carreras militares.

Estas y otras restricciones fueron reafirmadas vez tras vez por varios Concilios Eclesiásticos durante los próximos 1,000 años.

En 321 d.C., Constantino decretó que todo comercio cesara en "el día venerado del sol". Al sustituir el sábado por el domingo como día de adoración cristiana, agudizó aún más la separación. Esta controversia en torno al shabat judío o domingo cristiano surgió en el primer concilio ecuménico de Nicea (325 d.C.), el cual estableció que el domingo debiera ser el día de descanso para los cristianos. El debate continuó posteriormente durante largo tiempo. Es importante señalar que en el concilio de Nicea se condeno el Arrianismo como hereje y se puso en vigencia la actual concepción divina en la profesión de fe que se llama Credo de Nicea. Allí nació el Cristianismo actual . De la noche a la mañana, se le otorgó al cristianismo el poder del Estado Imperial, y los emperadores comenzaron a aplicar los conceptos y aseveraciones de teólogos cristianos en contra de los judíos y del judaísmo. En lugar de la Iglesia aprovechar esta oportunidad para difundir su mensaje del amor, se transformó en una Iglesia triunfalista y politica, empeñada en derrotar a sus enemigos .

La Edad Media

Miremos ahora los próximos 700 años de la historia, desde el tiempo de Constantino hasta la Primera Cruzada en 1096 d.C.

Este período es conocido como la Edad Media. El Santo Imperio Romano estaba procurando expandir su nueva fe a las tribus paganas de Europa Occidental, a los ostrogodos en el norte y este, a los visigodos en el oeste, y al Imperio Franco.Todos ellos profesaban el Arrianismo.

Durante este período encontramos más ejemplos de prejuicio anti-judío en la literatura eclesiástica escrita por líderes de la Iglesia:

- Hilario de Poitiers (291-371 d.C.) escribió: " Los judíos son una nación maldecida por Dios eternamente".
- Gregorio de Hyssa (fallecido en 394 d.C.), Obispo de Capadocia, dijo: "Los judíos son una cría de serpientes, aborrecedores de todo lo bueno..."
- San Jerónimo (347-407 d.C.) describe a los judíos como "...serpientes, portando la imagen de Judas, sus salmos y oraciones son el bramido de asnos." Como puede verse, este lenguaje es diferente al anterior. Ya es muy agresivo y difamatorio. Es a partir de allí que comienzan a crearse todos los mitos y estereotipos, sobre los judíos, que veremos mas adelante.

Al final del siglo 4to, el gran orador y Obispo de Antioquia, Juan Crisóstomo , escribió una serie de ocho discursos contra los judíos. Había visto a cristianos conversando con judíos, haciendo juramentos delante del Arca, mientras que otros guardaban las fiestas judías. El quería detener ésto y, en un esfuerzo por hacer retornar a su gente a lo que llamaba "la verdadera fe", los judíos llegaron a ser el chivo expiatorio para su serie de discursos. Crisóstomo, dijo: " La sinagoga no es solamente un centro de prostitución y un teatro; es también una casa de ladrones y hospedaje para bestias salvajes. Ningún judío adora a Dios...los judíos son asesinos empedernidos, poseídos por el diablo; su libertinaje y borrachera les da los modales de un cerdo. Se matan y se mutilan entre sí..."

Bajo esta presión, uno puede ver la gran dificultad que representaba el querer mantenerse fiel a la herencia judía, o que un cristiano gentil aprendiera sobre la paternidad del cristianismo. Más aún, Crisóstomo intentó separar el cristianismo totalmente del judaísmo. Escribió en su Cuarto Discurso, " He dicho suficiente en contra de los que dicen estar de nuestro lado, pero mantienen los ritos judíos...mi verdadera guerra es contra los judíos...los judíos han sido abandonados por Dios, y por el crimen de este deicidio no hay expiación posible."

Observamos que Crisóstomo, conocido como el boca de oro, era bien conocido por su predicación fogosa contra lo que él percibía como amenazas a su rebaño, incluyendo las riquezas, el entretenimiento, los privilegios y los ornamentos externos. Sin embargo, su predicación contra la comunidad judía, la cual creía tener una influencia negativa sobre los cristianos, es inexcusable y abiertamente antisemita en su contenido.

Otra desafortunada contribución que hizo Crisóstomo al antisemitismo cristiano fue el adjudicar a todo el pueblo judío la culpa de la muerte de Cristo. La etiqueta de "asesinos de Cristo," aplicada al pueblo judío, sería utilizada por antisemitas durante los próximos 16 siglos.

Los judíos como un Pueblo Testigo: Adelantándonos un poco en el período de la Edad Media, encontramos algunos líderes eclesiásticos un tanto perplejos. Si fuese cierto lo que habían estado enseñando por siglos, que los judíos y que el judaísmo era maldecido por Dios, entonces, ¿cómo se puede explicar su perpetua existencia?

San Agustín se refirió a este asunto en su "Sermón contra los judíos". Expresó que, aunque los judíos merecían el más severo castigo por haber asesinado a Jesús, habían sido preservados por la Divina Providencia para servir, al igual que sus Escrituras, como testigos a la verdad del cristianismo. Más aún, su existencia era justificada para que atestiguaran, a través de su humillación, en torno al triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga. Habrían de ser un "Pueblo Testigo" - esclavos y sirvientes que debieran ser humillados.

Ya hemos podido ver que el arsenal ideológico del antisemitismo cristiano se encontraba completamente desarrollado par la Edad Media. Como producto del antisemitismo tres hechos ocupan un lugar preponderante en la historia que son:

LAS CRUZADAS
LA INQUISICIÓN

Y EL HOLOCAUSTO

Las Cruzadas

La primera Cruzada comenzó en el año 1096. Este fue un período de conflicto interno dentro de la iglesia occidental. Existían dos papas católico-romanos a la vez, uno de los cuales era visto como un anti-papa quien le reclamaba el título al otro. Al morir uno de ellos, el sobreviviente, Urbano II, necesitaba una causa unificadora. Con esta intención, hizo un llamado para realizar una cruzada, o guerra santa, en contra de los musulmanes de la Tierra Santa, quienes perseguían a los cristianos y profanaban los lugares santos de Jerusalén.

En el verano de 1096, una turba de 200,000 campesinos y artesanos fue reunida en Francia. Como no se encontraba ningún musulmán en los contornos, "los campeones de la Cruz" tornaron su vista hacia los judíos quienes, a su entender, eran tan "infieles" y enemigos del cristianismo como lo eran los musulmanes. Encontraron que podían inciar las Cruzadas allí mismo. Así que, el odio, en lugar del amor, fue predicado desde estas mismas tierras.

A medida que los cruzados marchaban sobre Europa en camino a la Tierra Santa, lite-ralmente violaban, saqueaban y despojaban a todas las comunidades judías que se encontraban de frente. Ante los gritos enloquecidos de los cruzados de: "Los judíos crucificaron a nuestro Señor, y deberán convertirse o morir", los judíos no tenían mayor alternativa que el bautismo o la muerte. Miles prefirieron la muerte.

A pesar de que la Iglesia no apoyaba oficialmente estas actividades, hizo muy poco para detenerlas. Muchos cleros y obispos individualmente llegaron a brindar protección y refugio a los judíos, pero desafortunadamente, otros participaron activamente en las ejecuciones.

Tres años después, cuando por fin los cruzados llegaron a Jerusalén, contaban con 600,000 hombres. Sitiaron la ciudad y, el 15 de julio de 1099, penetraron las murallas. Mataron a los musulmanes en la ciudad, junto a muchos cristianos a quienes confundieron con los musulmanes porque estaban vestidos con la indumentaria del medio oriente. Encerraron a los judíos en las sinagogas y, con escudos decorados con grandes cruces, pusieron madera alrededor de las mismas y les prendieron fuego, mientras cantaban, "Cristo, te adoramos".

Hubo un total de nueve Cruzadas. La última fue en 1291, cuando los musulmanes nuevamente tomaron posesión de la Tierra Santa.

La Inquisición

El próximo evento histórico en manchar la historia cristiana mundial fue la infame Inquisición promovida por la Iglesia en España y Portugal.

Según la Ley Canónica, la Inquisición no estaba autorizaba a intervenir en asuntos judíos, sino que su propósito era detectar herejes cristianos quienes se apartaban de la fe. Pero esta ley fue ignorada debido a que los judíos eran acusados de inculcar sus herejías dentro de las comunidades cristianas.

A mediados del siglo 15, la Inquisición española comenzó a identificar y perseguir a los apartados de la Iglesia. Luego se extendió a las comunidades judías, obligando a miles de judíos ser bautizados. Estos judíos bautizados eran conocidos como "conversos" o nuevos cristianos, y se esperaba que actuaran como tal, a pesar de que la "conversión" no era voluntaria. Muchos de estos "convertidos" (llamados también marranos), adoptaron una apariencia cristiana para poder vivir y trabajar en las sociedades cristianas de España y Portugal. Otros no aceptaron la conversión, y fueron perseguidos por su fe. De acuerdo con las leyes de la Inquisición, el ser sorprendido observando cualesquiera de las costumbres judías era suficiente razón para tener que enfrentar la Corte de la Inquisición. Era deber de todo cristiano detectar estas señales e informar la Corte inmediatamente. Una vez frente a la Corte, no había manera de evitar el castigo:

- Si uno confesaba y no se arrepentía, era quemado en la hoguera.
- Si uno confesaba y se arrepentía, era humillado públicamente. Cualquiera otra infracción significaba muerte segura.
- Si uno no confesaba, aún siendo inocente, era torturado hasta confesar, y luego quemado en la hoguera.

A la Iglesia no le era permitida ejecutar a ninguna víctima, por lo que delegaba esa función a la rama secular, la Corte de la Inquisición. Como no se permitía derramamiento de sangre, el modo preferente de ejecución era la muerte en la hoguera. La propiedad de la víctima era confiscada y añadida a la opulencia de la Corte.

La Inquisición en España duró desde 1481 hasta 1820. Sobre 350,000 judíos sufrieron tortura y muerte.

La Reforma

Muchos reformadores reconocieron los errores inherentes en la Iglesia y desafiaron su liderazgo.. La Reforma sin embargo trajo consigo repercusiones complejas y a veces contradictorias en la evolución del antisemitismo.

Martín Lutero
Martín Lutero fue el padre del luteranismo. Durante la primera fase de su ministerio, entre 1513 y 1523, Lutero a menudo censuraba la persecución de los judíos y recomendaba una política de tolerancia hacia ellos basado en un verdadero espíritu de hermandad. En 1523 escribió un folleto ,"Que Cristo nació judío ", en el cual argumentaba que los judíos eran del mismo linaje que el fundador del cristianismo y que ellos tenían razón al negarse al "paganismo papal" presentado a ellos como si fuera cristianismo. Comentó, "Si yo hubiese sido judío y hubiese visto a estos tontos e insensatos enseñando la fe cristiana, hubiese preferido convertirme en un cerdo que en un cristiano."

Sin embargo, cuando los judíos no aceptaron su nueva versión del cristianismo ni eran convertidos, Lutero se tornó hostil hacia ellos Finalmente, ocurrió lo que ya conocemos:. Publicó en 1542 un folleto titulado Sobre los judíos y sus mentiras , y otro en 1543. Estos dos folletos contienen algunas de las frases más horrendas y viles jamás escritas contra el pueblo judío.

Quinientos años más tarde, Hitler encontró justificación para muchas de sus ideas contra el pueblo judío y el Holocausto, en estos escritos. Después de todo, si el padre de la Iglesia Luterana, siendo alemán, hizo estas declaraciones, ¿quién podía argumentar en su contra. Continuando con nuestra historia llegamos a la Europa Ortodoxa.

Asonadas contra los judíos (Pogromos) en Rusia

Entre 1881 y 1902, comenzó una serie de asonadas contra los judíos, en la Rusia Ortodoxa: los llamados pogromos. Estas asonadas representaban ataques de destrucción, saqueamiento de propiedad, violaciones sexuales y asesinatos perpetrados por la población cristiana contra los judíos. Las autoridades civiles y militares únicamente observaban los ataques, y a veces participaban en ellos. La Iglesia callaba y aún los apoyaba.

En este período fue publicado el infame folleto Los Protocolos de los Sabios de Sion . Estos Protocolos, fabricados por la Ojrana, policía secreta rusa, en Paris, fueron publicados en Rusia en 1905 y relatan supuestas conversaciones entre líderes judíos sobre cómo planeaban apoderarse del mundo . Aunque se ha demostrado hasta la saciedad la falsedad de este libelo, esto no ha impedido su divulgación hasta el día de hoy. Se ha convertido en la Biblia del antisemitismo. Fue el libro de cabecera de Hitler y de los jerarcas nazis.

En el siglo XIX aparecen las teorías raciales cuyas consecuencias fueron funestas para los judíos y la humanidad.

El desarrollo de las teorías raciales en la historia y la interpretación racial de la sociedad proporcionó un perfecto vehículo para la manifestación de ese antisemitismo. El antijudaismo medieval no tenía características racistas. Era enteramente religioso. Solo en la España de la inquisición empezó aparecer un principio racista aún cuando el término no había sido inventado.

El racismo germano tuvo su origen en el mito “ario” con el cual terminó la ciencia y comenzó la seudo ciencia

Dos obras que aparecieron en la segunda mitad del siglo XIX tuvieron una influencia terminal en todas las ideas racistas que se desarrollaron con posterioridad. La una fué escrita por un francés y la otra por un inglés.

El diplomático francés Conde Joseph Arthur de Gobineau, en su ensayo titulado “Sobre La Inigualdad de Las Razas Humanas”, dice que los destinos de los pueblos son gobernados por la ley racial. Sostiene, igualmente, que todas las verdaderas civilizaciones tienen su origen en la raza aria, la mas pura y creadora de todas las razas y concluye que sus descendientes solo se pueden encontrar en la Europa central. Algunos académicos alemanes no tardaron en identificar a los alemanes como esos descendientes.

Mas influyente que la de Gobineau fue la obra de Houston Steward Chamberlain. Este racista, hijo de ingles y alemana nacido en Inglaterra se residenció en Alemania en su temprana juventud donde se convirtió primero en discípulo del arrianismo del compositor Richard Wagner y después en su yerno.

En su obra “Los Fundamentos del Siglo XIX” intentó trazar la historia de la “raza aria” con documentos de dudosa valides histórica y trató de probar, en la misma, que las creaciones mas importantes de casi todas las civilizaciones fueron el resultado de la influencia germano-aria. Hasta Jesús fue transformado en ario.

Los judíos, insistía Chamberlain, son una “raza” de elementos baratos, escoria y que no ha producido nada de valor en toda su historia, ni siquiera la Biblia. Advirtió que estos tenían como misión contaminar la corriente racial germánica y producir una horda de seudo-hebreos mestizos, gente degenerada física, mental y moralmente por lo que era deber de los alemanes contra-atacar no solo para sobrevivir sino para conquistar porque estaban destinados a ser los amos y gobernantes de la caótica jungla de pueblos que poblaban al planeta tierra.

Los teóricos del racismo desde Gobineau hasta Düring habían basado sus enseñanzas sobre conocimientos biológicos relativamente primitivos. Las teorías racistas no fueron tomadas en serio en sus comienzos. Conquistaron su “legitimidad” entre muchos europeos, no todos, después que las ideas de Darwin fueran aceptadas, a fines del siglo XIX. A partir de alli el racismo entró en los dominios de la literatura y el arte. El intento de aplicar el Darwinismo a la sociedad condujo a conceptos erróneos como el Darwinismo social que eliminó toda ética y moral del comportamiento alemán lo que condujo primero a los programas de eugenesia de los nazis y después a la solución final. Había aparecido la raza superior la que, por ley natural, podía hacer todo lo que viniera en gana. Pero el concepto de superioridad racial incluye, por supuesto, el de inferioridad racial y quien mejor que el judío encaja en ese molde. Su imagen y estereotipo han pasado y crecido de generación en generación. Lo absurdo e irracional de esas teorías no fueron ni han sido suficientes para prevenir su extensa aceptación. El desarrollo de las teorías raciales en la historia y la interpretación racial de la sociedad proporcionó un perfecto vehículo para la manifestación de ese antisemitismo que se pensó había sido suprimido de la sociedad con los cambios que se produjeron con la revolución francesa.

Lo absurdo e irracional de esas teorías no fueron suficiente para prevenir su extensa aceptación. Para la época cuando los más optimistas intelectuales anticipaban la muerte natural del antisemitismo, debido a la declinación de la religión y el auge de la ciencia, las teorías raciales le dieron nueva vida y una cubierta o chapa de respetabilidad científica.

El antisemitismo contemporáneo y racial puede ser visto como una extensión de esta forma antigua y no como un nuevo fenómeno. Las creencias, acusaciones, estereotipos y practicas son las mismas. El mismo lenguaje de odio vociferado por Eusebio, Orígenes, Agustín, Juan Crisóstomo, Juan Capristrano y Lutero lo repitieron y lo repiten, los nazis, el Ku Klux Klan y algunos militantes Árabes.

La voluntad en creer a los judíos responsables o capaces de hechos inhumanos, sub humanos, súper humanos o actividades demoníacas y poseer poderes con esas características se originó y creció de las enseñanzas cristianas y fue decisivo en el odio y desprecio al judío como reacción propia hacia el asesino de Cristo. Esto fue actualizado en comportamientos antisemíticos que fueron tolerados, instados y premiados. Esto creo una estructura de actitudes que se formó en un período de gran ignorancia y superstición que ha sobrevivido hasta el presente.

Un listado de las absurdas acusaciones contra los judíos, ampliamente creídas a través de la historia occidental tambalea la imaginación y desafía la presunción sobre la racionalidad del hombre. El asesinato de Dios y su trascendental culpa fue la base de muchas atrocidades y extrapolaciones. El judío errante es uno de los más inofensivos y pintorescos. A esto se agrega que los judíos adoran o adoraban al diablo, adoraban chivos, culebras, hacían orgías sexuales, practicaban infanticidio y canibalismo en ritos religiosos. Los judíos repiten la crucifixión anualmente con víctimas cristianas frescas. La sangre cristiana es un ingrediente necesario para las Matzos. Los médicos judíos hacen un juramento para matar, pacientes cristianos usualmente con veneno. Los judíos causan terremotos, huracanes y derrotas militares. Los judíos causaron la peste bubónica por medio de una conspiración internacional que envenenaba los pozos de los cristianos. Los judíos roban hostias consagradas con el fin de profanarlas y torturar a Jesús de nuevo. Los judíos han jurado matar cristianos. Los judíos son el anticristo en pacto con el diablo. Los judíos son el diablo. Los sombreros con picos usados en la edad media eran para cubrir sus cachos. Los

judíos son pervertidos y propuestos a seducir mujeres cristianas con el fin de reducirla a la esclavitud blanca. Son tratantes de blancas. Ya lo hemos mencionado: sobre los judíos se podía y se puede creer cualquier cosa. Todo este arsenal de difamación y predica de odio fue un ingrediente importante en la solución final.

El Holocausto

La solución final del problema judío que dio origen al HOLOCAUSTO nació de una matriz formada por el antisemitismo tradicional, la desilusión paranoica que se apoderó de Alemania por la pérdida de la primera guerra mundial y por el advenimiento de Hitler y el movimiento nacional socialista. La solución final no fue otra cosa que el antisemitismo llevado a sus ultimas consecuencias.

Sin el perverso antisemitismo alemán que se inició en la edad media y que a partir de Lutero tomo un camino in crecendo, el nazismo no hubiera tenido ese suelo fecundo para crecer, desarrollarse y difundir su perniciosa propaganda con la facilidad y velocidad con que lo hizo.

Alemania era una de las sociedades más adelantadas intelectual y culturalmente de su época. No obstante, esta sociedad denominada "cristiana" observó cómo eran exterminados los judíos de Europa sin un gesto en su defensa, y muchos participaron en ello. Seis millones de judíos, incluyendo dos millones de niños, fueron violentamente asesinados por Hitler y los nazis. El padre Martin Neimoeller , escribiendo en torno a este triste capítulo de la historia, dijo: " Primero vinieron por los comunistas y no protesté - porque no era comunista. Luego vinieron por los socialistas y no protesté - porque no era socialista. Luego vinieron por los líderes unionistas y no protesté - porque no era líder unionista. Entonces vinieron por los judíos y no protesté - porque no era judío. Finalmente vinieron por mí - y no quedaba nadie quien protestara por mí."

Antisemitismo durante los últimos 50 años

Las relaciones amistosas judeo-cristianas han sido un fenómeno muy reciente. El esfuerzo genuino por construir relaciones entre judíos y cristianos ha sido iniciado sólo en los últimos 50 años.. Cincuenta de entre casi 2,000 años es muy corto tiempo. Ha sido iniciado, en parte, en respuesta al Holocausto. Pero, ¿podrá perdurar?. El antisemitismo no ha muerto, y puede ser percibido en cualquier comunidad. Mientras algunos nos quieren hacer creer que el antisemitismo está menguando, esto no es cierto. Desde 1990, actos antisemíticos han aumentado alrededor del mundo, apareciendo aún en lugares donde no existen los judíos, como en Japón.

Es evidente cómo los medios noticiosos siempre presentan las noticias con un enfoque negativo respecto a Israel. Esta nación se ha convertido en un baluarte de auto-determinación para el pueblo judío, y muchos alrededor del mundo lo resienten. Un Israel impotente era más aceptable, pero un Israel fuerte, a la par con el resto del mundo, para muchos es intolerable. No hay duda que el antisemitismo a nivel mundial no ha disminuido en lo absoluto. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando ya los hechos viles comenzaron a esclarecerse, muchos individuos y grupos comenzaron a expresarse a favor del pueblo judío. Sin embargo, el antisemitismo no ha dejado de existir; sólo ha quedado disimulado. En la actualidad, los pueblos y los gobiernos transfieren su sentimiento antisemita a nivel nacional o político refiriéndose a las "agresiones del Estado Sionista". La nueva tendencia anti-Israelí o anti-Sionista no es más que el antiguo antisemitismo con nueva vestimenta, esta vez política.


CONCLUSIONES FINALES

Cualquiera que sea la forma de antisemitismo, ya sea religiosa o secular, conservadora, marxista o liberal, todas las formas del antisemitismo moderno son ramas del mismo árbol. Todas han heredado del pasado cristiano la convicción de que los judíos son malos. Para los antisemitas religiosos, los judíos son los enemigos recalcitrantes de Dios y de Cristo.

Para los conservadores son una comunidad racial no asimilable. Para los liberales, son agresivos y de mente estrecha listos a negar a otros los derechos políticos que reclaman para sí. Para los marxistas, son instrumentos del imperialismo americano.

Se pueden dar nuevas razones, pero la hipótesis es vieja. En las raíces del árbol encontramos el antiguo mito cristiano destacando a los judíos como los asesinos de Cristo.

Cuando se estudian los orígenes del cristianismo en la forma más crítica posible algo muy nuevo y sorprendente emerge. El supuesto fundador del cristianismo, Jesús de Nazareth, tuvo muy poco que ver con el cristianismo tal como este se desarrolló a través del tiempo.

Contrariamente, mientras más se desarrolló el cristianismo en una religión nueva y antijudía más traiciono a Jesús el Judío. Para la época en la cual fueron redactados los evangelios, una o dos generaciones después de la crucifixión el mito había comenzado a posesionarse de las mentes cristianas y Jesús el Judío ya no fue reconocido como tal.

Los nuevos estudios nos permiten afirmar con confianza que Jesús de Nazareth fue un Judío fiel y observante de la Torah y nada predicó y enseñó contra su propio pueblo y su propia fe. Nunca pretendió ser el Mesías. Los judíos no fueron responsables de su muerte.

Murió en una cruz romana condenado por un funcionario romano en base a una ofensa o delito contra roma. El mito de los asesinos de Cristo, carece de base histórica. La historia que habla de rechazo y malicia es falsa. Los romanos y no los Judíos fueron los asesinos de Cristo. Es importante señalar sin embargo, que a partir del Concilio Vaticano II, promovido por ese gran Papa que fue Juan XXIII y continuado por ese extraordinario personaje recientemente fallecido que fue Karol Wojtyla o Juan Pablo II, las relaciones entre la iglesia y el judaísmo han mejorado, pero aun queda un largo y tortuoso camino que recorrer. Es necesario sin embargo agregar que el Papa Juan Pablo II fue el primer Papa en visitar la sinagoga de Roma, fue el primero en reconocer el Estado de Israel y visitar ese país donde oro frente el Muro de los Lamentos. Fue el primero y único Papa que tuvo la valentía de reconocer muchos de los errores de la Iglesia y pedir perdón por las Cruzadas, la Inquisición, el Holocausto y el antisemitismo. Todo esto hace que Karol Wojtyla, Juan Pablo II, pase a la historia de la humanidad como uno de sus grandes espíritus y quizás como una de las mas sobresalientes figuras del mundo occidental.



POR: PAUL LUSTGARTEN

29/07/2007 16:55

y dale con el ANTISEMITISMO !!!

Yo con los arabes no tengo nada... :roll:

01/08/2007 17:16

pero si con los judios???? DON TODADENTRO pregunto?? :roll:

01/08/2007 20:45

[quote:56ff0c2705="hebreo"]pero si con los judios???? DON TODADENTRO pregunto?? :roll:[/quote:56ff0c2705]

JA!!! diagame porque presiento una enemistad manifiesta...yo solo hice una broma, deberian aprender de los gallegos pobres...que los cargan hasta con violencia y no se quejan ni hacen una cuestion racial por eso....

Semitas no son solo los judios. Si lo saben no se porque insisten con eso de antisemitas...ANTISIONISTAS querran decir??!!! ahi puede ser...

shalom

02/08/2007 8:56

[quote:2d2cd63132="todadentro"][quote:2d2cd63132="hebreo"]pero si con los judios???? DON TODADENTRO pregunto?? :roll:[/quote:2d2cd63132]

JA!!! diagame porque presiento una enemistad manifiesta...yo solo hice una broma, deberian aprender de los gallegos pobres...que los cargan hasta con violencia y no se quejan ni hacen una cuestion racial por eso....

Semitas no son solo los judios. Si lo saben no se porque insisten con eso de antisemitas...ANTISIONISTAS querran decir??!!! ahi puede ser...

shalom[/quote:2d2cd63132]

shalom todadentro, sería judeofobia o antijudaísmo. Sepa que hay judíos que no son sionistas, y hasta hay sionistas que no son judíos (créase o no).
Salam aleikum.

03/08/2007 15:46

Jorge Luis Borges y la judeofobia



Daniel Lvovich, un investigador argentino que se encontraba revisando archivos buscando material para su tesis doctoral, dio con un texto inédito, escrito por Borges hace casi 75 años. Se trata de un ensayo contra el antisemitismo.

En agosto de 1932, una organización antisemita argentina había convocado a un acto. Enseguida comenzaron a correr rumores que afirmaban que los asistentes se dedicarían a atacar personas e instituciones judías.
En ese contexto, el semanario 'Mundo Israelita' solicitó a personalidades de la Argentina que expresaran su opinión sobre la situación, afirmando que "elementos tendenciosos, desembozados algunos y agazapados en las sombras otros, han estado sembrando la confusión por todos los medios a su alcance, empeñados en derivar la protesta contra los comunistas hacia una acción punitiva contra los judíos, que serían sinónimos".
El texto de Borges brilla por su ironía y su vigorosa defensa de la tolerancia y el respeto. En su último párrafo, el genial autor afirma que "instigar odios me parece una tristísima actividad… hay proyectos edilicios mejores"

El siguiente es el texto de dicho artículo:

Ciertos desagradecidos católicos, léase personas afiliadas a la Iglesia de Roma, que es una secta disidente israelita servida por un personal italiano, que atiende al público los días feriados y domingos, quieren introducir en esta plaza una tenebrosa doctrina, de confesado origen alemán, rutenio, ruso, polonés, valaco y moldavo.
Basta la sola enunciación de ese rosario lóbrego para que el alarmado argentino pueda apreciar toda la gravedad del complot.
Por cierto que se trata de un producto más deletéreo y mucho menos gratuito que el dumping. Se trata -soltemos de una vez la palabra obscena- del Antisemitismo.
Quienes recomiendan su empleo, suelen culpar a los judíos, a todos, de la crucifixión de Jesús. Olvidan que su propia fe ha declarado que en la cruz operó nuestra redención.
Olvidan que inculpar a los judíos equivale a inculpar a los vertebrados, o aun a los mamíferos.
Olvidan que cuando Jesucristo quiso ser hombre, prefirió ser judío y que no eligió ser francés, ni siquiera porteño.
Ni vivir en el año 1932 después de Jesucristo para suscribirse por un año a Le Roseau d"Or.
Olvidan que Jesús, ciertamente, no fue un judío converso.
La Basílica de Luján, para El, hubiera sido tan indescifrable espectáculo como un calentador a gas o un antisemita.
Borrajeo con evidente prisa esta nota.
En ella no quiero omitir, sin embargo, que instigar odios me parece una tristísima actividad y que hay proyectos edilicios mejores que la delicada reconstrucción, balazo a balazo, de nuestra Semana de Enero, aunque nos quieran sobornar con la vista de la enrojecida calle Junín, hecha una sola llama.

Jorge Luis Borges, agosto 1932.

15/08/2007 20:16

Antisemitismo
En el caso de la judeofobia, a pesar de las incoherencias de la idea de raza, se confunde esta misma noción con la religión, puesto que de eso y no de otra cosa se trata.Por Alberto Benegas Lynch

Después de todas las atrocidades criminales que han ocurrido en el mundo perpetradas contra los judíos, todavía existe ese perjuicio bárbaro que se conoce como “antisemitismo” aunque, como bien señala Gustavo Pedernik, es mas preciso denominarlo judeofobia puesto que esa otra denominación inventada por Wilhelm Marr en un panfleto de 1879 no ilustra la naturaleza y el significado de la tropelía.

Spencer Wells, el biólogo molecular de Stanford y Oxford, ha escrito que “el término raza no tiene ningún significado”. En verdad constituye un estereotipo. Tal como explica Wells en su obra mas reciente, todos provenimos de África y los rasgos físicos se fueron formando a través de las generaciones según las características geográficas y climatológicas en las que las personas han residido. Por eso, como he dicho en otra ocasión, no tiene sentido aludir a los negros norteamericanos como “afroamericanos”, puesto que eso no los distingue del resto de los mortales estadounidenses, para el caso el que éstas líneas escribe es afroargentino.

La torpeza de referirse a la “comunidad de sangre” pasa por alto el hecho que los mismos cuatro grupos sanguíneos que existen en todos los seres humanos están distribuidos en las personas con los rasgos físicos mas variados. Todos somos mestizos en el sentido que provenimos de las combinaciones mas variadas y todos provenimos de las situaciones mas primitivas y miserables (cuando no del mono). Thomas Sowell escribe que las tres cuartas partes de la población negra en Estados Unidos tienen blancos entre sus ancestros y que millones de blancos estadounidenses tienen por lo menos un negro entre sus ancestros.

También apunta Sowell que en los campos de extermino nazis se rapaba y tatuaba a las víctimas para poder diferenciarlas de sus victimarios. Esto a pesar de todos los galimatías clasificatorios de Hitler y sus sicarios, quienes finalmente adoptaron el criterio marxista (dicho sea de paso como una nota a pie de página, el antisemitismo de Marx queda consignado en su escrito La cuestión judía) solo que en lugar de ser el polilogismo clasista fue el racista pero son la misma insensatez en cuanto a que nunca pudieron mostrar cuales eran las diferencias entre la lógica de un “ario” respecto de las de un “semita”. Darwin y Dobzhansky -el padre de la genética moderna- sostienen que aparecen tantas clasificaciones de ese concepto ambiguo y contradictorio de “raza” como clasificadores hay.

Por otra parte, en el caso de la judeofobia, a pesar de las incoherencias de la idea de raza se confunde esta misma noción con la religión puesto que de eso y no de otra cosa se trata. El sacerdote católico Edward Flannery exhibe en su obra publicada en dos tomos titulada Veintitrés siglos de antisemitismo los tremendos suplicios que altos representantes de la Iglesia Católica le han inferido a los judíos, entre otras muchas crueldades, les prohibían trabajar en cualquier actividad que no fuera el préstamo de dinero y, mientras los catalogaban de “usureros”, utilizaban su dinero para construir catedrales. Debemos celebrar entusiastamente el espíritu ecuménico y los pedidos de perdón de Juan Pablo ii en nombre de la Iglesia, entre los que figura, en primer término, el dirigido a los judíos por el maltrato físico y moral recibido durante largo tiempo.

Paul Johnson en su Historia de los judíos señala que “Ciertamente, en Europa los judíos representaron un papel importante en la era del oscurantismo [...] En muchos aspectos, los judíos fueron el único nexo real entre las ciudades de la antigüedad romana y las nacientes comunas urbanas de principios de la Edad Media; mas aún se ha argüido que la palabra misma comuna es una traducción del hebreo kahal [...] La antigua religión israelita siempre había dado un fuerte impulso al trabajo esforzado. Cuando maduró para convertirse en judaísmo, la importancia asignada al trabajo aumentó [...] Exigía que los aptos y los capaces se mostrasen industriosos y fecundos, entre otras cosas, porque así podían afrontar sus obligaciones filantrópicas. El enfoque intelectual se orientaba en la misma dirección”. Todos los logros de los judíos en las mas diversas esferas han producido y siguen produciendo envidia y rencor entre sujetos acomplejados y taimados.

Por otro lado, los fanáticos no pueden digerir aquello del “pueblo elegido” y arrojan dardos absurdos como cuando sostienen que “el pueblo judío crucificó a Cristo” sin percatarse, por un lado, que fueron tribunales romanos los que lo condenaron y soldados romanos los que ejecutaron la sentencia. De todas maneras, como una de las primeras manifestaciones de una democracia tramposa en la que por mayoría se decidió la aniquilación del derecho, la respuesta perversa a la célebre pregunta si se suelta a Barrabás o Cristo, en modo alguno permite la imbecilidad de atribuir culpas colectivas y hereditarias y no permite eludir la responsabilidad a quien pretendió “lavarse las manos” por semejante crimen.

Personalmente, como ser humano y como católico, me ofenden hasta las chanzas sobre judíos y me resulta repugnante toda manifestación directa o encubierta contra “nuestros hermanos mayores” y la canallada llega a su pico cuando quien tira las piedras pretende esconder la mano con subterfugios de una felonía digna de mejor causa. Buena parte de mis mejores profesores han sido de origen judío o judíos practicantes a quienes aprovecho esta ocasión para rendirles un sentido homenaje de agradecimiento.

Fuente: Diario de América

24/04/2008 18:44

No existe el antisemitismo existe el antifanatismo y por desgracia tanto judios como cristianos los tienen y en las esfereas del poder arraigados por los siglos.


NO desvirtuemos el antisemitismo es la repulsion hacia el fanatismo judio y no hacia una raza credo religion o lo que fuere.

Ese discurso es viejo anticuado y ya nadie mas lo cree

25/04/2008 19:33

Será una ley para siempre, para todas vuestras generaciones, en todas vuestras moradas, que no deberán comer grasa ni sangre. Levítico 3:17



Cualquier persona que comiera sangre, esa persona será cortada de su pueblo Levítico 7:26-27



Pesaj, celebración del pase de la esclavitud a la libertad, es una de las tradiciones más bellas y apreciadas del judaísmo, pero también ha servido de pretexto a los antisemitas para que, en numerosas ocasiones, ataquen y maten judíos, acusándolos de usar sangre de cristianos asesinados para elaborar la matzá, el pan chato similar a galleta, hecho de harina sin fermentar, que durante los días del festival reemplaza al pan normal.

La Torah prohíbe enfáticamente comer sangre, lo cual no ha sido obstáculo para que los antisemitas, durante siglos, hayan acusado absurdamente a los judíos de usar sangre de niños cristianos asesinados para confeccionar la matzá. Esta acusación sería risible si no hubiese causado la persecución y muerte de miles de judíos.

El autor del primer libelo de sangre fue el autor griego Apión, quien, en Alejandría, Egipto, en el primer siglo de la era, acusó a los judíos de sacrificar víctimas griegas en el Templo.

Durante el festival de Pesaj, en el año 1144, un niño de Norwich, Inglaterra, fue encontrado muerto con heridas causadas por puñaladas. Los judíos de Norwich fueron acusados del asesinato y de usar la sangre del niño para rituales religiosos. Años después todos los judíos de Norwich fueron asesinados en sus casas, y en 1290 los judíos fueron expulsados de Inglaterra, y recién en 1655 se les permitió regresar.

Durante el curso de los siguientes siglos las mismas acusaciones, con los mismos resultados trágicos para los judíos, se repitieron en otros países europeos, Bélgica, Suiza, Austria, Italia, España, Alemania, Hungría, Polonia.

En el siglo 19 hubo acusaciones en Siria, Checoslovaquia, Hungría, y Rodas.

En el siglo 20 judíos fueron masacrados en Persia por el populacho acusados de matar a una niña musulmana. En Rusia un judío fue juzgado por usar sangre cristiana para hacer matzot, pero fue declarado inocente por el juzgado, compuesto sólo por cristianos.

En 1986 el Ministro de Defensa de Siria, Mustafa Tlass, escribió un libro La matzá de Sion, donde acusa a los judíos de asesinatos rituales. El libro se convirtió en un éxito de librería; está en su octava impresión y ha sido traducido al inglés, francés e italiano.

En el año 2001 una compañía egipcia de cine produjo una película, Jinete sin caballo, basada en el libro de Tlass.

En el año 2003 la televisión siria presentó una serie llamada Ash-Shatat (La Diáspora) donde acusó a los judíos de conspirar para apoderarse del mundo y de matar niños cristianos para elaborar las matzot con su sangre.

En el año 2005 la televisión de Irán presentó una acusación similar. Un año antes, la misma emisora acusó a los doctores israelíes de robar los órganos de niños palestinos en los hospitales de Israel.

Demostrando originalidad digna de encomio, un periódico de Arabia Saudita escribió que la sangre se utiliza para confeccionar las hamentashen, bizcochos que se comen en el festival de Purim.

En el año 2005 veinte parlamentarios rusos pidieron al gobierno que declare ilegales a todas las organizaciones judías por ser "anti cristianas, y practicar asesinatos rituales".

Es interesante anotar que el libelo de sangre ha influenciado nuestra actual celebración del Seder de Pesaj. La costumbre de abrir la puerta de la casa al profeta Elías se originó durante la Edad Media. El propósito original no fue invitar cordialmente al profeta a que entre a la casa y se tome una copa de vino con nosotros, sino vigilar que algún niño o bebe cristiano que hubiese muerto en esos días no fuese "plantado" al lado de la casa de una familia judía, con la consiguiente acusación de asesinato ritual.



Nota: El libelo de sangre no es la única acusación absurda que los antisemitas expresan contra los judíos. La "Plaga Negra", epidemia bubónica que mató a mediados del siglo 14 a cerca de la mitad de la población europea, fue causada, según creencia de la época, por los judíos que envenenaron los pozos de agua. Al igual que el libelo de sangre, la acusación de envenenamiento de los pozos continúa en nuestros días. En 1999 Suha Arafat, la esposa del líder palestino, acusó a Israel, en presencia de Hillary Clinton, esposa del presidente americano, de contaminar las fuentes de agua utilizadas por los palestinos con materiales químicos y envenenar a mujeres y niños palestinos con gases tóxicos.

26/04/2008 9:40

Muy buen informe,estimado Victorio.
Yo siempre asocié las absurdas acusaciones de "crimen ritual" al contexto medieval,más allá de que conocía el caso de Siria en el año 1840...
Pero que esas acusaciones hayan tenido algun eco en el siglo XX y en el siglo XXI!!!....me parece increible :shock: :shock: ....

Eso demuestra hasta que punto puede ser irracional el odio religioso ,que se alimenta de lo que sea... por más absurdo e inverosimil que parezca.

26/04/2008 17:07

[quote:6b6680c602="todadentro"]y dale con el ANTISEMITISMO !!!

Yo con los arabes no tengo nada... :roll:[/quote:6b6680c602]

[quote:6b6680c602="Otto Zapp"]No existe el antisemitismo existe el antifanatismo y por desgracia tanto judios como cristianos los tienen y en las esfereas del poder arraigados por los siglos.


NO desvirtuemos el antisemitismo es la repulsion hacia el fanatismo judio y no hacia una raza credo religion o lo que fuere.

Ese discurso es viejo anticuado y ya nadie mas lo cree[/quote:6b6680c602]

Me parece que tanto vos como a todadentro estan tratando de, digamos, provocar ....... asi que les pido que si van a debatir lo hagan sin provocar a los demas ya que no me gustaria tener que empezar a remover los post.
Ya sabemos lo que paso en el pasado con los llamados "antisemitas".
Como catolico no me gustaria que dijera que los "anticatolicos" lo son solo contra los fanaticos, ya que, como vimos en el pasado, los muertos eran fanaticos y no fanaticos.
Para no desvirtuar el tema, cualquier cosa que me quieran comentar lo hacen por MP.
saludos - Loreli

26/04/2008 19:54

Leo tranqui.....opino...

Ahora las religiones no se pareces al menos en lo basico?

El tener que andar matandose por religion no se..

El lunes lo leo mejor...


Exitos y buen finde. :wink:

26/04/2008 21:36

Loreli, creo haber leído lo mismo. Y por eso no voy a entrar en debates. No es antisemitismo, ni odio al fanatismo, sino simple judeofobia, ni más ni menos.

28/04/2008 15:23

Contra el odio a los judíos


Por Marcos Aguinis

Las fiestas religiosas judías de estos días aconsejan que observemos la mitad llena de la copa. En efecto: es frecuente señalar que, objetivamente, en la Argentina se agazapan sectores que hierven de prejuicios judeofóbicos. Estos sectores han legado frutos repugnantes, como la Semana Trágica, en 1919; diversas agresiones antisemitas, y el arraigo de la discriminación contra otros "diferentes" por causa de su fe, origen, etnia, idioma, costumbres o clase social.

No olvidemos que antes de la Segunda Guerra Mundial ya habíamos empezado a sufrir la contaminación nazi. Las "leyes raciales" de Hitler, decidido a convertir a los judíos en cucarachas que debían ser exterminadas en Alemania y en el mundo para obtener una maravillosa higiene ( Judenrein , "limpio de judíos"), no sólo sirvieron para humillar a millones de personas y descalificarlas impiadosamente, sino para activar la más sistemática y colosal industria de la muerte, que fue el Holocausto. Se empezó por la deslegitimación y se llegó al genocidio.
En 1935, se fundó la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) para enfrentar la campaña antisemita, que fogoneaba la embajada de Alemania nazi con el apoyo de los fascistas locales. Desde el comienzo, obtuvo el apoyo de casi todas las personalidades democráticas de nuestro país. Pero otros, que también se creían democráticos, sin advertir las bacterias de odio que los trastornaban, pusieron palos en la rueda. La DAIA, desde sus inicios, comprendió que el rechazo a los judíos es el aperitivo de otros rechazos. Y se esmeró en tender puentes para que su lucha abarcase todo tipo de discriminación.

Esta tarea continúa hasta el presente, como puede advertirse en sus serios informes anuales. El último fue presentado el 23 de septiembre en la Biblioteca Nacional. La DAIA tiene los méritos de haber bregado por el fortalecimiento del tejido social argentino y de ser la contundente precursora del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo).

Nadie se confunde con la palabra "antisemita". Su etimología remite a un hijo de Noé llamado Sem, antepasado mítico de todos los pueblos de Medio Oriente, pero se sabe que se refiere exclusivamente a los judíos. No se llama antisemita a quien profesa prejuicios contra los árabes, los kurdos o los drusos. Sólo contra los judíos.

La palabra fue acuñada en 1879 por el periodista Wilhelm Marr, en su libro Zwanglose Antisemitische Hefte. Ese mismo año, Wilhelm Scherer lo siguió y usó el término Antisemiten en el diario vienés Neue Freie Presse. Martilló con él en un panfleto que exhortaba a la hostilidad contra los judíos, sin apelar a connotaciones religiosas, como venía ocurriendo desde hacía centurias. Fue una novedad maligna, que produjo graves consecuencias. La obra de Marr, publicada en Berna, tuvo mucho éxito (doce ediciones en un solo año) e inspiró la fundación de la Liga de los Antisemitas.

La atmósfera nacionalista que predominaba en Europa facilitó que los judíos fueran estigmatizados como un pueblo "apátrida", ajeno al resto de la nación y, en consecuencia, un potencial enemigo. De ahí a convertirlo en raza maldita, inferior y perversa, sólo quedaba el paso que dio Hitler.

En la Argentina sigue pululando el antisemitismo, ahora disfrazado indecorosamente de antisionismo, antiisraelismo, antiimperialismo e incluso antirracismo. Es asombroso cómo se proyectan en los judíos todas las patologías, de la misma forma que desde hace milenios. Se les atribuyen conspiraciones, horrendos crímenes y planes siniestros. Son el "pueblo maldito" que aspira a dominar el mundo. Con una diferencia, sin embargo: los antisemitas no dicen que esos vitriólicos ataques apuntan contra los judíos reales, porque suena políticamente incorrecto. Suelen enfatizar que tienen un amigo judío. Pero en medio de la diatriba se les escapa la palabra "judío" con una carga de animadversión imposible de ocultar.

Sólo en 2007 se han registrado 348 actos antisemitas en la Argentina, según fuentes periodísticas, los departamentos de asistencia comunitaria y jurídica de la DAIA y los datos del Inadi. La cifra debe de ser superior, desde luego, porque muchos ataques no se denuncian. Hay una disminución respecto de 2006, cuando habían llegado a 586. En su mayoría, se trató de agresiones diversas, pintadas contra instituciones educativas, sociales y religiosas, violación de cementerios, golpizas a personas de diverso sexo y edad, distribución de publicaciones y difusión de programas radiales que instigan al odio y la demonización.

Sin embargo, debemos también mirar la mitad llena de la copa, como dije al principio. Muchas de las vilezas han sido identificadas, procesadas y sancionadas. Como ejemplo, cito un fotolog que subía a Internet imágenes de vecinos judíos, a los que se adicionaban insultos y amenazas. El creador se llama A.G. (utilizan sólo sus iniciales para no condenarlo en exceso) y fue llevado a juicio. El imputado se vio obligado a manifestar sus disculpas y le fue concedida una probation (suspensión del proceso penal a prueba de buena conducta), por lo cual debe realizar cursos sobre discriminación en el Inadi o el Museo del Holocausto y donar una compensación a una entidad benéfica.

Otro conflicto vecinal sigue en trámite y es el caso de F.P. Un matrimonio y su pequeño hijo, que no pertenecen a la comunidad judía, fueron constantemente amenazados y agredidos por considerarlos judíos.

También resuenan y se multiplican los e-mails discriminatorios, en los que se apela a extravagantes acusaciones, como el plan Andinia, abusos y matanzas en los cinco continentes y la calidad de subhumanos que tendrían los judíos por ser gente sedienta de sangre cristiana y musulmana. Redondean los exabruptos con una conclusión impiadosa: "Por algo Hitler los hizo jabón". Lo novedoso es que en la Argentina se pudo individualizar a algunos autores de estas indecencias y también llevarlos a la Justicia. De este modo, se desalienta su reproducción soez.

La acusación de nazismo a los judíos revela la ausencia de algo más grave que una falta de lógica: la falta de misericordia y de pudor. El barrio del Once amaneció un día con gran cantidad de estrellas de David superpuestas sobre esvásticas y con la leyenda: "¿Puede demostrar lo contrario?". Los autores fueron descubiertos in fraganti por la policía y su causa está en trámite. En un club de Ramos Mejía se distribuyó un panfleto titulado "El Holocuento", además de otros pasquines. Vocean un revisionismo desfachatado que pretende negar las evidencias de que un tercio del pueblo judío fue exterminado por los nazis. El proceso contra los autores de estas publicaciones ha llegado a los umbrales del juicio oral. Se los acusa de daño agravado, por haber desparramado ponzoña en un establecimiento público.

La cantidad de ejemplos no cabría en este diario. Pero uno de los más violentos fue el ataque perpetrado contra el hijo de un rabino cuando pretendió subir a un colectivo. El agresor se escudaba en diversas identidades. No obstante, fue localizado por la policía, que lo entregó a la Justicia. El juez le impuso prisión preventiva.

Varios websites compiten en su incendiario antisemitismo, atacando a los judíos porque bogan o porque no bogan. Incorporan a sus construcciones llenas de fantasía tanática a personalidades, funcionarios y políticos, no judíos también, de todos los colores, sin coherencia alguna mientras sirvan para "demostrar" que esos individuos proceden como lacayos de la "sinarquía", o del Sanhedrín, o del "Anticristo", o del sionismo internacional, o del colonialismo israelí (las denominaciones son intercambiables), que se desesperan por adueñarse de la Argentina, asesinar a 1300 millones de musulmanes y a todos los cristianos del mundo. Es notable la serena convicción que los asiste en sus discursos, propios de un manicomio.

Revistas de neto corte racista que sólo leen rencorosos e ignorantes insisten en el "insoluble conflicto teológico entre la Iglesia y la sinagoga", la ambición sionista de ocupar la Patagonia y la sed judía por la sangre gentil. El extremo de la locura -¡peligrosa!- puede ejemplificarse con la puesta en circulación de una extraordinaria ensalada: que la presidenta Fernández de Kirchner es judía, porque su verdadero nombre y apellido es Elizabeth Wilhelm. Está "al servicio de los mandos plutocráticos de la judeomasonería, y alimenta y acompaña la revolución gramsciana, preñado su entorno de antiguos asesinos terroristas a cuyos sones cabalistas todo vejamen nacional se consuma", según escribió Antonio Caponnetto, inimputable redactor de Cabildo.

Estas manifestaciones de la extrema derecha tienden un abrazo fraternal a la izquierda marxista vetusta y la reaccionaria teocracia musulmana. No las une el amor, sino el espanto. La radio de las Madres, por ejemplo, tiene un programa llamado Derribando muros . Su publicidad proviene casi totalmente del Estado nacional, es decir, de los ciudadanos argentinos. Se dedica con pasión a menoscabar las relaciones de nuestro país con Israel e introducir el conflicto de Medio Oriente en América latina. Su conductor, Rabi Tilda, dijo en septiembre de 2007: "No es la primera vez que [los judíos] intentan digitar las relaciones internacionales de este país [...] con este lobby que está haciendo un sector de la comunidad judía argentina, fiel a su postura nazi y fiel a su apetito por la guerra y por la sangre". En diciembre produjeron otra perla: "El sionismo tuvo que ver en la Segunda Guerra Mundial [...]. ¿Quiénes le vendían el acero a Hitler desde Estados Unidos?
Empresas de origen judío y capitales judíos financiaron el sistema nazi sabiendo lo que iba a venir, para después llegar a lo que se formó en el 48 con el Estado de Israel". El director de las cátedras bolivarianas de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo (que también pagamos todos) en 2007 viajó a Irán y, para refutar los avances de la justicia argentina respecto de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, denunció que el lobby sionista "presiona a través de su embajada y de las instituciones más representativas de la comunidad judía argentina para que Irán sea acusado". Mientras, es vergonzoso corroborar que las autoridades que deberían frenar esta diarrea de odio y distorsión hacen mutis por el foro y siguen financiando sus actividades.

En conclusión: mientras medio vaso nos llena de satisfacciones, al mostrar que en la Argentina el antisemitismo no es apreciado por la mayoría de sus ciudadanos y avanzan las medidas contra su virulencia, el otro medio vaso muestra que es mucho lo que todavía queda por hacer con el fin de que haya mayor coherencia en el esfuerzo de darles vigor a la amistad y la concordia nacional.


Fuente: La Nación

06/10/2008 9:32

Contra el odio a los judíos


Por Marcos Aguinis

Las fiestas religiosas judías de estos días aconsejan que observemos la mitad llena de la copa. En efecto: es frecuente señalar que, objetivamente, en la Argentina se agazapan sectores que hierven de prejuicios judeofóbicos. Estos sectores han legado frutos repugnantes, como la Semana Trágica, en 1919; diversas agresiones antisemitas, y el arraigo de la discriminación contra otros "diferentes" por causa de su fe, origen, etnia, idioma, costumbres o clase social.

No olvidemos que antes de la Segunda Guerra Mundial ya habíamos empezado a sufrir la contaminación nazi. Las "leyes raciales" de Hitler, decidido a convertir a los judíos en cucarachas que debían ser exterminadas en Alemania y en el mundo para obtener una maravillosa higiene ( Judenrein , "limpio de judíos"), no sólo sirvieron para humillar a millones de personas y descalificarlas impiadosamente, sino para activar la más sistemática y colosal industria de la muerte, que fue el Holocausto. Se empezó por la deslegitimación y se llegó al genocidio.
En 1935, se fundó la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) para enfrentar la campaña antisemita, que fogoneaba la embajada de Alemania nazi con el apoyo de los fascistas locales. Desde el comienzo, obtuvo el apoyo de casi todas las personalidades democráticas de nuestro país. Pero otros, que también se creían democráticos, sin advertir las bacterias de odio que los trastornaban, pusieron palos en la rueda. La DAIA, desde sus inicios, comprendió que el rechazo a los judíos es el aperitivo de otros rechazos. Y se esmeró en tender puentes para que su lucha abarcase todo tipo de discriminación.

Esta tarea continúa hasta el presente, como puede advertirse en sus serios informes anuales. El último fue presentado el 23 de septiembre en la Biblioteca Nacional. La DAIA tiene los méritos de haber bregado por el fortalecimiento del tejido social argentino y de ser la contundente precursora del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo).

Nadie se confunde con la palabra "antisemita". Su etimología remite a un hijo de Noé llamado Sem, antepasado mítico de todos los pueblos de Medio Oriente, pero se sabe que se refiere exclusivamente a los judíos. No se llama antisemita a quien profesa prejuicios contra los árabes, los kurdos o los drusos. Sólo contra los judíos.

La palabra fue acuñada en 1879 por el periodista Wilhelm Marr, en su libro Zwanglose Antisemitische Hefte. Ese mismo año, Wilhelm Scherer lo siguió y usó el término Antisemiten en el diario vienés Neue Freie Presse. Martilló con él en un panfleto que exhortaba a la hostilidad contra los judíos, sin apelar a connotaciones religiosas, como venía ocurriendo desde hacía centurias. Fue una novedad maligna, que produjo graves consecuencias. La obra de Marr, publicada en Berna, tuvo mucho éxito (doce ediciones en un solo año) e inspiró la fundación de la Liga de los Antisemitas.

La atmósfera nacionalista que predominaba en Europa facilitó que los judíos fueran estigmatizados como un pueblo "apátrida", ajeno al resto de la nación y, en consecuencia, un potencial enemigo. De ahí a convertirlo en raza maldita, inferior y perversa, sólo quedaba el paso que dio Hitler.

En la Argentina sigue pululando el antisemitismo, ahora disfrazado indecorosamente de antisionismo, antiisraelismo, antiimperialismo e incluso antirracismo. Es asombroso cómo se proyectan en los judíos todas las patologías, de la misma forma que desde hace milenios. Se les atribuyen conspiraciones, horrendos crímenes y planes siniestros. Son el "pueblo maldito" que aspira a dominar el mundo. Con una diferencia, sin embargo: los antisemitas no dicen que esos vitriólicos ataques apuntan contra los judíos reales, porque suena políticamente incorrecto. Suelen enfatizar que tienen un amigo judío. Pero en medio de la diatriba se les escapa la palabra "judío" con una carga de animadversión imposible de ocultar.

Sólo en 2007 se han registrado 348 actos antisemitas en la Argentina, según fuentes periodísticas, los departamentos de asistencia comunitaria y jurídica de la DAIA y los datos del Inadi. La cifra debe de ser superior, desde luego, porque muchos ataques no se denuncian. Hay una disminución respecto de 2006, cuando habían llegado a 586. En su mayoría, se trató de agresiones diversas, pintadas contra instituciones educativas, sociales y religiosas, violación de cementerios, golpizas a personas de diverso sexo y edad, distribución de publicaciones y difusión de programas radiales que instigan al odio y la demonización.

Sin embargo, debemos también mirar la mitad llena de la copa, como dije al principio. Muchas de las vilezas han sido identificadas, procesadas y sancionadas. Como ejemplo, cito un fotolog que subía a Internet imágenes de vecinos judíos, a los que se adicionaban insultos y amenazas. El creador se llama A.G. (utilizan sólo sus iniciales para no condenarlo en exceso) y fue llevado a juicio. El imputado se vio obligado a manifestar sus disculpas y le fue concedida una probation (suspensión del proceso penal a prueba de buena conducta), por lo cual debe realizar cursos sobre discriminación en el Inadi o el Museo del Holocausto y donar una compensación a una entidad benéfica.

Otro conflicto vecinal sigue en trámite y es el caso de F.P. Un matrimonio y su pequeño hijo, que no pertenecen a la comunidad judía, fueron constantemente amenazados y agredidos por considerarlos judíos.

También resuenan y se multiplican los e-mails discriminatorios, en los que se apela a extravagantes acusaciones, como el plan Andinia, abusos y matanzas en los cinco continentes y la calidad de subhumanos que tendrían los judíos por ser gente sedienta de sangre cristiana y musulmana. Redondean los exabruptos con una conclusión impiadosa: "Por algo Hitler los hizo jabón". Lo novedoso es que en la Argentina se pudo individualizar a algunos autores de estas indecencias y también llevarlos a la Justicia. De este modo, se desalienta su reproducción soez.

La acusación de nazismo a los judíos revela la ausencia de algo más grave que una falta de lógica: la falta de misericordia y de pudor. El barrio del Once amaneció un día con gran cantidad de estrellas de David superpuestas sobre esvásticas y con la leyenda: "¿Puede demostrar lo contrario?". Los autores fueron descubiertos in fraganti por la policía y su causa está en trámite. En un club de Ramos Mejía se distribuyó un panfleto titulado "El Holocuento", además de otros pasquines. Vocean un revisionismo desfachatado que pretende negar las evidencias de que un tercio del pueblo judío fue exterminado por los nazis. El proceso contra los autores de estas publicaciones ha llegado a los umbrales del juicio oral. Se los acusa de daño agravado, por haber desparramado ponzoña en un establecimiento público.

La cantidad de ejemplos no cabría en este diario. Pero uno de los más violentos fue el ataque perpetrado contra el hijo de un rabino cuando pretendió subir a un colectivo. El agresor se escudaba en diversas identidades. No obstante, fue localizado por la policía, que lo entregó a la Justicia. El juez le impuso prisión preventiva.

Varios websites compiten en su incendiario antisemitismo, atacando a los judíos porque bogan o porque no bogan. Incorporan a sus construcciones llenas de fantasía tanática a personalidades, funcionarios y políticos, no judíos también, de todos los colores, sin coherencia alguna mientras sirvan para "demostrar" que esos individuos proceden como lacayos de la "sinarquía", o del Sanhedrín, o del "Anticristo", o del sionismo internacional, o del colonialismo israelí (las denominaciones son intercambiables), que se desesperan por adueñarse de la Argentina, asesinar a 1300 millones de musulmanes y a todos los cristianos del mundo. Es notable la serena convicción que los asiste en sus discursos, propios de un manicomio.

Revistas de neto corte racista que sólo leen rencorosos e ignorantes insisten en el "insoluble conflicto teológico entre la Iglesia y la sinagoga", la ambición sionista de ocupar la Patagonia y la sed judía por la sangre gentil. El extremo de la locura -¡peligrosa!- puede ejemplificarse con la puesta en circulación de una extraordinaria ensalada: que la presidenta Fernández de Kirchner es judía, porque su verdadero nombre y apellido es Elizabeth Wilhelm. Está "al servicio de los mandos plutocráticos de la judeomasonería, y alimenta y acompaña la revolución gramsciana, preñado su entorno de antiguos asesinos terroristas a cuyos sones cabalistas todo vejamen nacional se consuma", según escribió Antonio Caponnetto, inimputable redactor de Cabildo.

Estas manifestaciones de la extrema derecha tienden un abrazo fraternal a la izquierda marxista vetusta y la reaccionaria teocracia musulmana. No las une el amor, sino el espanto. La radio de las Madres, por ejemplo, tiene un programa llamado Derribando muros . Su publicidad proviene casi totalmente del Estado nacional, es decir, de los ciudadanos argentinos. Se dedica con pasión a menoscabar las relaciones de nuestro país con Israel e introducir el conflicto de Medio Oriente en América latina. Su conductor, Rabi Tilda, dijo en septiembre de 2007: "No es la primera vez que [los judíos] intentan digitar las relaciones internacionales de este país [...] con este lobby que está haciendo un sector de la comunidad judía argentina, fiel a su postura nazi y fiel a su apetito por la guerra y por la sangre". En diciembre produjeron otra perla: "El sionismo tuvo que ver en la Segunda Guerra Mundial [...]. ¿Quiénes le vendían el acero a Hitler desde Estados Unidos?
Empresas de origen judío y capitales judíos financiaron el sistema nazi sabiendo lo que iba a venir, para después llegar a lo que se formó en el 48 con el Estado de Israel". El director de las cátedras bolivarianas de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo (que también pagamos todos) en 2007 viajó a Irán y, para refutar los avances de la justicia argentina respecto de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, denunció que el lobby sionista "presiona a través de su embajada y de las instituciones más representativas de la comunidad judía argentina para que Irán sea acusado". Mientras, es vergonzoso corroborar que las autoridades que deberían frenar esta diarrea de odio y distorsión hacen mutis por el foro y siguen financiando sus actividades.

En conclusión: mientras medio vaso nos llena de satisfacciones, al mostrar que en la Argentina el antisemitismo no es apreciado por la mayoría de sus ciudadanos y avanzan las medidas contra su virulencia, el otro medio vaso muestra que es mucho lo que todavía queda por hacer con el fin de que haya mayor coherencia en el esfuerzo de darles vigor a la amistad y la concordia nacional.


Fuente: La Nación

06/10/2008 9:34
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