Off-Topics / Fuera de tema

[color=indigo:ec13922bb1][size=18:ec13922bb1]Este articulo interesante del Periodico El tiempo (Bogota) de hoy espero sea de su agrado[/size:ec13922bb1][/color:ec13922bb1]

[color=red:ec13922bb1][size=24:ec13922bb1]El problema para los colombianos ya no es exclusivamente el costo de la vida, sino el de la muerte[/size:ec13922bb1][/color:ec13922bb1]


[size=18:ec13922bb1][color=blue:ec13922bb1]Las tumbas eran el lugar que cerraba la brecha social. Pero morirse es cada vez un negocio más lucrativo.


Polvo eres... y en plata te convertirás

En Florencia, Caquetá, una mujer guarda en una de caja cartón los huesos de su hijo de 14 años, violado y asesinado en 1997 por el monstruoso Luis Alfredo Garavito. No conserva por fetichismo los restos al lado de la cama que comparte con seis hijos, sino porque le cuesta 400 mil pesos enterrarlos y no tiene la plata para hacerlo. Mientras esto ocurre en un inquilinato del sur del país, en un exclusivo club del norte de Bogotá se presentó la última guaracha en honras fúnebres: el edificio inteligente para muertos.

Con nombre extranjero -no podría ser de otra manera, tratándose de un proyecto comercial para bogotanos ricos--, una empresa lanzó su Panteón Vertical Memorial Towers (¿se exigirá a los finados que hablen inglés?) Son trece torres inclinadas con ascensores panorámicos, cafetería, templete, música ambiental, 350 parqueaderos y vigilancia electrónica permanente, que estarán al servicio de los difuntos de estrato seis (o de estratos inferiores que se endeuden a fin de tener en la otra vida una casa mejor que la que seguramente tuvieron en esta). La revista Arcadia de junio ofrece detalles suculentos sobre este pomposo plan de vivienda... o morienda. Para mayor rendimiento, Memorial Towers no recibirá cadáveres, sino cenizas. El cliente será cremado y su yerto rescoldo pasará a la gigantesca muertoteca, al lado de otros 300 mil cenizarios. Para alivio de los huéspedes, los arquitectos anuncian que "la visual de todas las tumbas es el cielo". También ofrecen palabras esperanzadoras a quienes buscan buen sitio para resucitar, pues afirman que "tiene vista hacia la montaña". (No, si es que dan unas ganas de morirse...)

Temo que "la visual" sean, temprano o tarde, los atascos que generan en las vías del norte los centros comerciales adonde corren a gastar dinero los bogotanos, y los cementerios vecinos a los que, tarde o temprano, iremos a parar los compradores. No dicen los autores del magno edificio funerario cuánto costará cada gaveta para despojos. Pero podemos pensar en términos de millones.

El problema para los colombianos ya no es el costo de la vida, sino el de la muerte. Antes, uno entregaba su alma al Señor, y se olvidaba de todo. Ahora hay que dejar el entierro prepagado, pues de lo contrario arruinará a los deudos. No puede decirse, además, que el proyecto contribuya a cerrar la brecha entre clases sociales: los muertos ricos son cada vez más ricos, y los vivos pobres son cada vez más pobres.

Se pensó que las costosas implicaciones de ataúdes, criptas y huesos huérfanos desaparecerían merced al sano procedimiento de meterle candela al fiambre y convertirlo en un puñado de cenizas; no somos más, y es bueno volver al barro del que venimos. Pero ya vemos que los moteles para polvos metafísicos son el último grito del negocio. Apuesto a que un día prohibirán lanzar las cenizas de los seres queridos al viento, al mar o en la portería norte de El Campín, donde Pandolfi anotó su famoso gol de cabeza al América, que es donde yo quiero que reposen las mías.

En la edición póstuma del clásico libro de Jessica Mitford 'El modo americano de morir (1998)', la gran periodista gringa advierte que la cremación, otrora económica, se volvió el más lucrativo factor de explotación de los muertos. Muy pronto los bogotanos podremos confirmarlo en carne, hueso y polvo.

Detener la matanza

La comunidad internacional debe detener ya mismo la carnicería del ejército israelí en El Líbano y los ataques de Hezbolá en el sur de Israel. Es lamentable que los terroristas de Hezbolá retengan soldados israelíes, pero este acto hostil no justifica los bombardeos a cientos de árabes inocentes.

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Daniel Samper Pizano [/color:ec13922bb1][/size:ec13922bb1]