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Jueves 2 de junio de 2005

Según una encuesta

[b:d005d00657]Muy pocos jóvenes practican sexo seguro[/b:d005d00657]


[b:d005d00657]Entre los varones, sólo el 15 por ciento[/b:d005d00657]



Fundacion La Nacion

Sólo el 15% de los chicos y el 27% de las chicas utilizan siempre métodos anticonceptivos –en la mayor parte de los casos, preservativos–, según una encuesta realizada en enero pasado en playas de Pinamar y Villa Gesell.

El sondeo reunió respuestas de casi 6500 adolescentes y jóvenes de 14 a 25 años que, en altísimos porcentajes, cursaban estudios secundarios o estaban en la universidad.

El doctor José María Méndez Ribas, director del Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas y coordinador de la Fundación Universitaria para la Adolescencia y Juventud (Funaj), dijo que, junto con la encuesta, un equipo interdisciplinario de profesionales y promotores de salud también realizó tareas de consejería y entrega de folletos sobre salud sexual y reproductiva a casi 40.000 adolescentes y jóvenes que descansaban en Villa Gesell y Pinamar.

La encuesta mostró que la infección de transmisión sexual (ITS) más conocida es el sida y que un porcentaje mucho menor sabe de la existencia de la sífilis, pero esa proporción es bajísima al preguntárseles por la gonorrea (el 14% como máximo), otra enfermedad del mismo tipo, no erradicada.

Tampoco es alta la proporción de jóvenes (30 por ciento como máximo en el grupo de mayor edad) que admitió saber que la hepatitis B, que puede volverse muy grave, se contagia a través del contacto sexual y otros fluidos del organismo, como por ejemplo la sangre.

Si bien hasta las chicas más jóvenes (menores de 14 años) mostraron conocer que estas infecciones se evitan con el uso del preservativo, únicamente el 15% dijo que lo utilizaba siempre. Y en algunos casos la confusión fue tan grande que tanto varones como mujeres respondieron que estas infecciones podían evitarse con pastillas anticonceptivas.

"La mayoría de los adolescentes son sanos, pero sanos con riesgos -dijo el doctor Méndez Ribas-. Están expuestos a una cantidad de situaciones que demandan información y asesoramiento, pero no siempre se acercan a un hospital o servicio de salud. Por eso vimos que no era suficiente la tarea en los hospitales, sino que también era necesario salir a la comunidad. Y como los presupuestos universitarios siempre son escasos resolvimos crear, en 1995, la Fundación (Funaj), y además de trabajar con los pacientes que llegan al hospital al programa también hacemos tareas comunitarias y tomamos contacto con estos adolescentes, que están sanos pero están en riesgo."

La encuesta es resultado de la Campaña Educativa 2005 "Todos debemos saber", organizada por el laboratorio Schering, que este año, en su cuarta campaña consecutiva, que ya ha alcanzado a 200.000 adolescentes, reunió en la tarea a la Funaj y al Programa de Procreación Responsable del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación.

"La articulación de profesionales altamente capacitados en atención de jóvenes junto con los recursos de empresas muy sensibilizadas con la comunidad y el apoyo a través del Ministerio han constituido un trípode de trabajo que será difícil de destruir de aquí en más para éste y otros emprendimientos", dijo Méndez Ribas.

[b:d005d00657]Conocer y actuar[/b:d005d00657]

Contra lo que habitualmente se cree, poseer un alto nivel de educación o disponer de medios para veranear en pleno enero en la sofisticada Pinamar o en la menos vip pero igualmente digna Villa Gesell no inmuniza a los adolescentes contra los riesgos del sexo inseguro.

Al menos así lo demostraron los datos de la encuesta, que tuvo un prolijo diseño bajo la atenta dirección de las licenciadas Delia Villegas y Estela Calvo. La licenciada Marcela Azkenazi, socióloga de la Funaj, indicó que "las mujeres se cuidan más y saben un poco más que los varones. Y a mayor edad hay más conocimiento. Pero eso no garantiza que lo utilicen bien. La anticoncepción de emergencia, por ejemplo, es utilizada en muchos casos como método anticonceptivo de rutina, cuando en realidad, y tal como su nombre lo indica, es para momentos extraordinarios".

El doctor Guillermo Mengarelli, que tuvo a su cargo la tarea de coordinar los tres grupos de profesionales que realizaron la encuesta y la consejería, dijo que los jóvenes "están bien informados, pero más allá de los números nosotros encontramos que había disociación entre el conocimiento y la puesta en práctica. Por ejemplo: todos saben que hay que usar preservativo, pero algunos no lo colocan en el momento adecuado; otros tienen vergüenza de ir a comprarlo o no saben dónde conseguirlo..."

El equipo interdisciplinario -formado por ginecólogos, trabajadores sociales, obstetras, sociólogos, pediatras y psicopedagogos-, integrado por profesionales de la Funaj y de la Secretaría de Salud y del Hospital Municipal de Pinamar, se instaló en las playas más concurridas de las ciudades balnearias. Jóvenes promotores de salud -habitantes permanentes de Gesell y Pinamar formados ad hoc- acercaron a los adolescentes veraneantes a la encuesta y la consejería repartiendo volantes por la playa.

"La consejería es muy distinta del consultorio -afirmó la ginecóloga Paula Califano-. Y también fue muy diferente atender a los chicos en la playa, todos los profesionales vestidos con una remera verde y shorts y nuestros nombres de pila bordados para que no nos tuvieran que decir «doctora» o «licenciada»... Yo, por ejemplo, nunca había atendido a varones."

Una encuesta como ésta, realizada entre sectores de alto nivel social y educativo, ¿refleja la realidad general? "Las preguntas de los adolescentes son siempre las mismas, lo que varía es su cultura y los riesgos a los que están expuestos", aseguró la obstetra Lidia Sueldo, de la asociación Umachay, que trabaja en salud sexual y reproductiva con poblaciones aborígenes del norte del país.

Por Gabriela Navarra
De la Redacción de LA NACION

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