Masajistas

Es justo que lo admita: mi devoción por las rusas esta vez me jugó una mala pasada. Obviamente, ahora que vuelvo a ingresar a su página me pregunto cómo es que fui a visitarla. Y la respuesta es la misma: fui víctima de mi enceguecida admiración por las ucranianas.
Contracturado que estaba, decidí darme un masajillo y lo primero que hice fue llamar Donna, cuyo link es el que incluyo a continuación:
http://www.todomasajes.com.ar/bk/donna/bk00.htm
De arranque, el produco estaba a vista en materia de físico y de edad, por aquello de no se cuantos años de experiencia. Y bueno, si bien por una sesión de masajes de 50 pesos no esperaba encontrarme con esa Annushka de porcelana que cobra tres gambarolas, tampoco esperaba hacerlo con la version femenina de Boris Yeltsin...
Claro, veo la foto de nuevo y digo: sos un nabo...
En síntesis: llegue a su consultorio (el hecho de que estuviera a un par de cuadras de mi oficina también me empujó...), ubicado en un vetusto edificio de Cordoba y Montevideo. Me baja a abrir, subo y pone un CD del chaqueño Palavecino...
Nos ponemos a hablar y demuestra un notable interes por nuestro idioma. Interes que debe ser comparable al interes que con seguridad le ocasionó nuestra gastronomía, dados los quilitos de más que demuestra.
Tras pasar al baño, muy parecido al de la cancha de Excursionistas en materia de higiene, me acuesto en una camilla y me empezó a estrujar para un lado y para otro. Admito que me dio un masaje energico y con buena predisposición, durante 50 minutos. Luego, me hace dar vuelta, y tras masajearme piernas, pies y abdomen, me pregunta si tomo relax...
Con un hilito de voz le digo ¡sí! (admito que tenía miedo que Yeltsin me mandara a la KGB) y entonces procedio a embadurnar al amigo con aceite para realizar una entusiasta manuela.
Yo a ella ni la toque. Es más, ni se me paso por ninguna de las dos cabezas hacerlo.
Redondeando: murra en la espalda y ordeñe al amigo por $ 50, en un lugar que no es agradable a los sentidos.
Y si no pongo a esta XP como mala, es porque ella no miente. El nabo fui yo...

Cordiales saludos

JM