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[XP] ZAMARA: LA SOLEDAD DE FACUNDO

CENTRO

Hilo del tema

Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito

27/08/2008 15:54

[b:c3def3ee54]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:c3def3ee54]
:wink:

27/08/2008 15:58

Sin duda la plata no hace la felicidad (pero como ayuda:D)


Felicitaciones por la xp total.esunratito.

Saludos.

27/08/2008 16:06

[quote:6c864402f0="aminobwana"][b:6c864402f0]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:6c864402f0]
:wink:[/quote:6c864402f0]

Aminobwana: Mis XP no son para pájaros de planeo rápido, ni para aves de vuelo gallináceo. Recibo decenas de MP y e mail de felicitaciones enviados por quienes no postean, porque no les gustan los relatos aburridamente calcados. Por otra parte, sabemos mi ya flaco amigo, que las nenas las prefieren "largas".
(Dicen que así son más "gostosas". Dicen)

Un abrazo

Total.esunratito

27/08/2008 16:07

[color=red:0a4ff55c9a][b:0a4ff55c9a]total!!
amo tu manera de escribir me emociona y me atrapa!!!
felicitaciones a ambos
(que bella mujer que es zami!!!)
may![/b:0a4ff55c9a][/color:0a4ff55c9a]

27/08/2008 16:07

es largo, pero espectacular!!!. tuve que decirle mi trabajo, espera que estoy leyendo algo, lo quiero terminar, despues seguimos.

ficcion bien articulada, con historia acorde tanto al nudo como al desenlace. Pero lo realmente atrapante es el hilo conductivo, no podes parar de leer.

No se si este es solo un hobby o su trabajo-profesion, pero lo que percibi al leer esta historia solo puedo definirlo con una sola palabra: TALENTO.

ah!!, y que lindo caramelo se comio :lol:

27/08/2008 17:22

ahhh bueno, espectacular, tu forma de escribir, espectacular zamy y espectacular tu xp. felicitaciones a ambos.

27/08/2008 17:24

muy original la forma de comentar la xp total.esunratito :lol: :twisted: :wink:

27/08/2008 17:57

[b:f34a6263ff]¡Felicitciones por la xp [i:f34a6263ff]TOTALESUNRATITO[/i:f34a6263ff]!!!
Como siempre un atrapante relato y con una protagonista bellísima!!

Saludos!! :wink:[/b:f34a6263ff]

27/08/2008 18:01

Querido Total..

Me alegro por su eleccion de conocer a la Bella Zamara

Mis felicitaciones a Ud

27/08/2008 18:06

FELICITACIONES TOTAL POR TU XP. CON ZAMY.....VOS SOS EL MISMO QUE ME DICE QUE PARE PORQUE SE GASTA!!!???

SOS UN CARADURA!!!

:P :P :P

27/08/2008 18:15

[quote:176ce9f9e6="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:176ce9f9e6]



[color=violet:176ce9f9e6]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:176ce9f9e6]

27/08/2008 18:44

[quote:3c2012ccbd="aminobwana"][b:3c2012ccbd]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:3c2012ccbd]
:wink:[/quote:3c2012ccbd]


[color=violet:3c2012ccbd]total ... es un divino ..Tiene un relato re lindo ... muy oriiginal . [/color:3c2012ccbd]

27/08/2008 18:48

[quote:c8515be309="Ocelot"]Sin duda la plata no hace la felicidad (pero como ayuda:D)


Felicitaciones por la xp total.esunratito.

Saludos.[/quote:c8515be309]


[color=violet:c8515be309]sabias palabras ![/color:c8515be309]

27/08/2008 18:51

[quote:30458a5bcb="mayrabg"][color=red:30458a5bcb][b:30458a5bcb]total!!
amo tu manera de escribir me emociona y me atrapa!!!
felicitaciones a ambos
(que bella mujer que es zami!!!)
may![/b:30458a5bcb][/color:30458a5bcb][/quote:30458a5bcb]


[color=violet:30458a5bcb]Bueno may estas muy sensible.. :wink: :no tengo el don de la verborragia literaria de total pero la pasamos muy lindo y es una persona muy muy agradable . :D :D :love7: .Gracias idem for you .[/color:30458a5bcb]

27/08/2008 18:56

[quote:3ce1eeacbc="Pepe-Pepe-Pepe"]es largo, pero espectacular!!!. tuve que decirle mi trabajo, espera que estoy leyendo algo, lo quiero terminar, despues seguimos.

ficcion bien articulada, con historia acorde tanto al nudo como al desenlace. Pero lo realmente atrapante es el hilo conductivo, no podes parar de leer.

No se si este es solo un hobby o su trabajo-profesion, pero lo que percibi al leer esta historia solo puedo definirlo con una sola palabra: TALENTO.

ah!!, y que lindo caramelo se comio :lol:[/quote:3ce1eeacbc]



[color=violet:3ce1eeacbc]Si ttotal tiene talento ademas de buena onda un exelente mix ... :D :D :D [/color:3ce1eeacbc]

27/08/2008 19:11

[quote:63a34d92fe="mumuandres"]ahhh bueno, espectacular, tu forma de escribir, espectacular zamy y espectacular tu xp. felicitaciones a ambos.[/quote:63a34d92fe]



[color=violet:63a34d92fe]muchas gracias !!! :besito: ...[/color:63a34d92fe]

27/08/2008 19:12

[quote:cd6b963d35="gatero79"]muy original la forma de comentar la xp total.esunratito :lol: :twisted: :wink:[/quote:cd6b963d35]


[color=violet:cd6b963d35]si muy lindo es una novela y yo la heroina :love7: [/color:cd6b963d35]

27/08/2008 19:14

[quote:8b05e49aed="Lord Brett Sinclair"]Querido Total..

Me alegro por su eleccion de conocer a la Bella Zamara

Mis felicitaciones a Ud[/quote:8b05e49aed]


[color=violet:8b05e49aed]felicitaciones para ..total y para mi :cry: :cry: [/color:8b05e49aed]

27/08/2008 19:16

[quote:23a370e866="polacrin"]FELICITACIONES TOTAL POR TU XP. CON ZAMY.....VOS SOS EL MISMO QUE ME DICE QUE PARE PORQUE SE GASTA!!!???

SOS UN CARADURA!!!

:P :P :P[/quote:23a370e866]


:risa3: :risa3: :risa3:

27/08/2008 19:18

[quote:f6d6a28e39="ZamyBG"][quote:f6d6a28e39="Lord Brett Sinclair"]Querido Total..

Me alegro por su eleccion de conocer a la Bella Zamara

Mis felicitaciones a Ud[/quote:f6d6a28e39]


[color=violet:f6d6a28e39]felicitaciones para ..total y para mi :cry: :cry: [/color:f6d6a28e39][/quote:f6d6a28e39]

SUSHI !!!!!

27/08/2008 20:01

Ahhh, mierda!!!

Todo eso hicieron?. Yo soy un salame...pensar que me fuí contento del depto de Zamy!!!

Te felicito Total!!

Zamy es un bombón en todo sentido!!

Un abrazo :wink:

27/08/2008 20:07

[quote:f01cc62955="ZamyBG"][quote:f01cc62955="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:f01cc62955]



[color=violet:f01cc62955]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:f01cc62955][/quote:f01cc62955]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:

27/08/2008 20:08

[quote:ed9b0b6650="total.esunratito"][quote:ed9b0b6650="aminobwana"][b:ed9b0b6650]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:ed9b0b6650]
:wink:[/quote:ed9b0b6650]

Aminobwana: Mis XP no son para pájaros de planeo rápido, ni para aves de vuelo gallináceo. Recibo decenas de MP y e mail de felicitaciones enviados por quienes no postean, porque no les gustan los relatos aburridamente calcados. Por otra parte, sabemos mi ya flaco amigo, que las nenas las prefieren "largas".
(Dicen que así son más "gostosas". Dicen)

Un abrazo

Total.esunratito[/quote:ed9b0b6650]
Che pero si este es un foro literario, no comprendo la critica!!!
Grande Total tendrias q presentarte al premio clarin de novelas!!
Congrats por la xp

28/08/2008 8:33

Ma que Cortázar, ma que Borges, ma que Bioy Casares, yo que estoy cerca de la Av. Corrientes, ya no voy a recorrer más librerías si tengo el foro. Espectacular relato total, lo felicito nuevamente, ya lo felicité por la flor de Misiones (no me acuerdo como se llamaba) la excursión a Formosa, el paseo por la costa. Usted es un explarador de emociones humanas, saludos.

28/08/2008 12:15

Ahhh me acordé de las frutillas en París también, que linda forma de escribir me encanta, bueno dejo de leer y me pongo a laburar. saludos

28/08/2008 12:16

[quote:4afe9fe1e8="guidaju"][quote:4afe9fe1e8="ZamyBG"][quote:4afe9fe1e8="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:4afe9fe1e8]



[color=violet:4afe9fe1e8]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:4afe9fe1e8][/quote:4afe9fe1e8]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:4afe9fe1e8]


le voy a proponer que me haga los resumenes de los libros de la facu, cada vez que tengo que estudiar, jajajajaj

28/08/2008 13:24

[quote:cc8265a632="guidaju"][quote:cc8265a632="ZamyBG"][quote:cc8265a632="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:cc8265a632]



[color=violet:cc8265a632]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:cc8265a632][/quote:cc8265a632]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:cc8265a632]


le voy a proponer que me haga los resumenes de los libros de la facu, cada vez que tengo que estudiar, jajajajaj

28/08/2008 13:24

[quote:4a13aa55fd="guidaju"][quote:4a13aa55fd="ZamyBG"][quote:4a13aa55fd="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:4a13aa55fd]



[color=violet:4a13aa55fd]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:4a13aa55fd][/quote:4a13aa55fd]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:4a13aa55fd]


le voy a proponer que me haga los resumenes de los libros de la facu, cada vez que tengo que estudiar, jajajajaj

28/08/2008 13:24

[quote:44053dfe61="guidaju"][quote:44053dfe61="ZamyBG"][quote:44053dfe61="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:44053dfe61]



[color=violet:44053dfe61]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:44053dfe61][/quote:44053dfe61]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:44053dfe61]


le voy a proponer que me haga los resumenes de los libros de la facu, cada vez que tengo que estudiar, jajajajaj

28/08/2008 13:25

[quote:ed1be4ef06="mumuandres"][quote:ed1be4ef06="guidaju"][quote:ed1be4ef06="ZamyBG"][quote:ed1be4ef06="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:ed1be4ef06]



[color=violet:ed1be4ef06]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:ed1be4ef06][/quote:ed1be4ef06]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:ed1be4ef06]


le voy a proponer que me haga los resumenes de los libros de la facu, cada vez que tengo que estudiar, jajajajaj[/quote:ed1be4ef06]


Para resúmenes de estudiante comprá el Lerú.

Che, loco, largá el carbónico...

Un abrazo y gracias

Total.esunratito

28/08/2008 13:33

[quote:0331b0e644="Lord Brett Sinclair"][quote:0331b0e644="ZamyBG"][quote:0331b0e644="Lord Brett Sinclair"]Querido Total..

Me alegro por su eleccion de conocer a la Bella Zamara

Mis felicitaciones a Ud[/quote:0331b0e644]


[color=violet:0331b0e644]felicitaciones para ..total y para mi :cry: :cry: [/color:0331b0e644][/quote:0331b0e644]

SUSHI !!!!![/quote:0331b0e644]


[color=violet:0331b0e644][color=violet]ya te dije que soy como los nenes :wink: :wink: [/color:0331b0e644][/color]

28/08/2008 13:47

[quote:47b78f12c0="guidaju"]Ahhh, mierda!!!

Todo eso hicieron?. Yo soy un salame...pensar que me fuí contento del depto de Zamy!!!

Te felicito Total!!

Zamy es un bombón en todo sentido!!

Un abrazo :wink:[/quote:47b78f12c0]


[color=violet:47b78f12c0]Un beso enorme !!... aun no hay whisky... :wink: :wink: [/color:47b78f12c0]

28/08/2008 13:51

[quote:f659a5ee17="guidaju"][quote:f659a5ee17="ZamyBG"][quote:f659a5ee17="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:f659a5ee17]



[color=violet:f659a5ee17]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:f659a5ee17][/quote:f659a5ee17]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:f659a5ee17]


[color=violet:f659a5ee17]siiiiiiiiii jajaa !!! :D :D :D :D [/color:f659a5ee17]

28/08/2008 13:54

[quote:c416057c43="romyramone"][quote:c416057c43="total.esunratito"][quote:c416057c43="aminobwana"][b:c416057c43]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:c416057c43]
:wink:[/quote:c416057c43]

Aminobwana: Mis XP no son para pájaros de planeo rápido, ni para aves de vuelo gallináceo. Recibo decenas de MP y e mail de felicitaciones enviados por quienes no postean, porque no les gustan los relatos aburridamente calcados. Por otra parte, sabemos mi ya flaco amigo, que las nenas las prefieren "largas".
(Dicen que así son más "gostosas". Dicen)

Un abrazo

Total.esunratito[/quote:c416057c43]
Che pero si este es un foro literario, no comprendo la critica!!!
Grande Total tendrias q presentarte al premio clarin de novelas!!
Congrats por la xp[/quote:c416057c43]


[color=violet:c416057c43]es un romantico total !!![/color:c416057c43]

28/08/2008 14:04

[quote:cf1ca8ab16="PILUNCHO SEX"]Ma que Cortázar, ma que Borges, ma que Bioy Casares, yo que estoy cerca de la Av. Corrientes, ya no voy a recorrer más librerías si tengo el foro. Espectacular relato total, lo felicito nuevamente, ya lo felicité por la flor de Misiones (no me acuerdo como se llamaba) la excursión a Formosa, el paseo por la costa. Usted es un explarador de emociones humanas, saludos.[/quote:cf1ca8ab16]


[color=violet:cf1ca8ab16]exactamente no recorras mas librerias que total ... es un libro abierto a las fantasias .. [/color:cf1ca8ab16]

28/08/2008 14:06

[quote:360a531b2b="total.esunratito"][quote:360a531b2b="mumuandres"][quote:360a531b2b="guidaju"][quote:360a531b2b="ZamyBG"][quote:360a531b2b="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:360a531b2b]



[color=violet:360a531b2b]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:360a531b2b][/quote:360a531b2b]


Eso es lo que yo llamo poder de síntesis!! :lol: :lol:[/quote:360a531b2b]


le voy a proponer que me haga los resumenes de los libros de la facu, cada vez que tengo que estudiar, jajajajaj[/quote:360a531b2b]


Para resúmenes de estudiante comprá el Lerú.

Che, loco, largá el carbónico...

Un abrazo y gracias

Total.esunratito[/quote:360a531b2b]


:juajuajua: :juajuajua: :juajuajua:

28/08/2008 14:08

Te felicito por tu encuentro con Zamara.
una diosa total

28/08/2008 14:56

[quote:5c4d6efe2d="Atlàntida"]Te felicito por tu encuentro con Zamara.
una diosa total[/quote:5c4d6efe2d]


[color=violet:5c4d6efe2d]gracias bebe !!!![/color:5c4d6efe2d]

28/08/2008 15:17

LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:

28/08/2008 15:21

SIN PALABRAS.... FELICITACIONES

28/08/2008 15:43

[quote:b5b0a873bb="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:b5b0a873bb]


[color=violet:b5b0a873bb]vos decis ??????[/color:b5b0a873bb]

28/08/2008 15:50

[quote:39f99d1374="ZamyBG"][quote:39f99d1374="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:39f99d1374]


[color=violet:39f99d1374]vos decis ??????[/color:39f99d1374][/quote:39f99d1374]ME PARECE QUE SI!!!!!!!!!!!!!!!Y APARTE ME CUENTAN,VIO' :lol: :lol: :lol:

28/08/2008 15:51

[quote:b8bd42c171="SPJ"][quote:b8bd42c171="ZamyBG"][quote:b8bd42c171="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:b8bd42c171]


[color=violet:b8bd42c171]vos decis ??????[/color:b8bd42c171][/quote:b8bd42c171]ME PARECE QUE SI!!!!!!!!!!!!!!!Y APARTE ME CUENTAN,VIO' :lol: :lol: :lol:[/quote:b8bd42c171]


[color=violet:b8bd42c171]solo me decis "me cuentan "... soy muy muy curiosa :D [/color:b8bd42c171]

28/08/2008 15:53

[quote:81714be160="ZamyBG"][quote:81714be160="SPJ"][quote:81714be160="ZamyBG"][quote:81714be160="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:81714be160]


[color=violet:81714be160]vos decis ??????[/color:81714be160][/quote:81714be160]ME PARECE QUE SI!!!!!!!!!!!!!!!Y APARTE ME CUENTAN,VIO' :lol: :lol: :lol:[/quote:81714be160]


[color=violet:81714be160]solo me decis "me cuentan "... soy muy muy curiosa :D [/color:81714be160][/quote:81714be160]Y SI..NO TENGO EL SUMO PLACER....AL MENOS..TODAVIA :oops:

28/08/2008 15:54

[quote:c133d6db72="SPJ"][quote:c133d6db72="ZamyBG"][quote:c133d6db72="SPJ"][quote:c133d6db72="ZamyBG"][quote:c133d6db72="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:c133d6db72]


[color=violet:c133d6db72]vos decis ??????[/color:c133d6db72][/quote:c133d6db72]ME PARECE QUE SI!!!!!!!!!!!!!!!Y APARTE ME CUENTAN,VIO' :lol: :lol: :lol:[/quote:c133d6db72]


[color=violet:c133d6db72]solo me decis "me cuentan "... soy muy muy curiosa :D [/color:c133d6db72][/quote:c133d6db72]Y SI..NO TENGO EL SUMO PLACER....AL MENOS..TODAVIA :oops:[/quote:c133d6db72]

Amigo, yo diria mas que "NO TENGO EL SUMO PLACER" "TENGO LA DESDICHA DE NO CONOCERLA"

Ud me conoce y compartimos gustos...
.... MMMMMMM.... BOCATO DI CARDENALE

Se entendio ??

28/08/2008 16:02

[quote:e6830e1697="Lord Brett Sinclair"][quote:e6830e1697="SPJ"][quote:e6830e1697="ZamyBG"][quote:e6830e1697="SPJ"][quote:e6830e1697="ZamyBG"][quote:e6830e1697="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:e6830e1697]


[color=violet:e6830e1697]vos decis ??????[/color:e6830e1697][/quote:e6830e1697]ME PARECE QUE SI!!!!!!!!!!!!!!!Y APARTE ME CUENTAN,VIO' :lol: :lol: :lol:[/quote:e6830e1697]


[color=violet:e6830e1697]solo me decis "me cuentan "... soy muy muy curiosa :D [/color:e6830e1697][/quote:e6830e1697]Y SI..NO TENGO EL SUMO PLACER....AL MENOS..TODAVIA :oops:[/quote:e6830e1697]

Amigo, yo diria mas que "NO TENGO EL SUMO PLACER" "TENGO LA DESDICHA DE NO CONOCERLA"

Ud me conoce y compartimos gustos...
.... MMMMMMM.... BOCATO DI CARDENALE

Se entendio ??[/quote:e6830e1697]


[color=violet:e6830e1697]caro mio ... baciosssssssssssss :wink: :wink: :wink: :wink: [/color:e6830e1697]

28/08/2008 16:03

[quote:2bfd22b9c7="romyramone"][quote:2bfd22b9c7="total.esunratito"][quote:2bfd22b9c7="aminobwana"][b:2bfd22b9c7]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:2bfd22b9c7]
:wink:[/quote:2bfd22b9c7]

Aminobwana: Mis XP no son para pájaros de planeo rápido, ni para aves de vuelo gallináceo. Recibo decenas de MP y e mail de felicitaciones enviados por quienes no postean, porque no les gustan los relatos aburridamente calcados. Por otra parte, sabemos mi ya flaco amigo, que las nenas las prefieren "largas".
(Dicen que así son más "gostosas". Dicen)

Un abrazo

Total.esunratito[/quote:2bfd22b9c7]
Che pero si este es un foro literario, no comprendo la critica!!!
Grande Total tendrias q presentarte al premio clarin de novelas!!
Congrats por la xp[/quote:2bfd22b9c7]



Calláte Trola!!! :lol: :lol:

28/08/2008 16:07

[quote:92d1240098="ZamyBG"][quote:92d1240098="guidaju"]Ahhh, mierda!!!

Todo eso hicieron?. Yo soy un salame...pensar que me fuí contento del depto de Zamy!!!

Te felicito Total!!

Zamy es un bombón en todo sentido!!

Un abrazo :wink:[/quote:92d1240098]


[color=violet:92d1240098]Un beso enorme !!... aun no hay whisky... :wink: :wink: [/color:92d1240098][/quote:92d1240098]


Te espero! :wink:

28/08/2008 16:08

[quote:9904fa8858="Ocelot"]Sin duda la plata no hace la felicidad (pero como ayuda:D)


Felicitaciones por la xp total.esunratito.

Saludos.[/quote:9904fa8858]

Tal vez Ocelot la plata ayuda a ser feliz. Pero ¿de qué sirve tener mucho dinero si uno se transforma en prisionero del plástico, el acero, el vidrio y el cemento?
Nos encerramos en vida a una rutina en un habitáculo de cemento vidrio y acero, y al final, cuando nos despiden y se olviden de nosotros, estaremos encerrados en un nicho de cemento, vidrio y acero.
La vida es tan breve que al final, como Facundo, podrás pensar que pasó como un:

Total.esunratito

28/08/2008 16:57

[quote:64d29fbfb9="mayrabg"][color=red:64d29fbfb9][b:64d29fbfb9]total!!
amo tu manera de escribir me emociona y me atrapa!!!
felicitaciones a ambos
(que bella mujer que es zami!!!)
may![/b:64d29fbfb9][/color:64d29fbfb9][/quote:64d29fbfb9]

Gracias, linda. Viniendo de una personita como vos, para mi es un halago que no merezco.
(Ahh, y no me vas a conquistar a Zamy... mirá que te conozco y sos muy viciosa).

Un beshoo

Total.esunratito

28/08/2008 18:23

[quote:3e8801a48f="total.esunratito"][quote:3e8801a48f="mayrabg"][color=red:3e8801a48f][b:3e8801a48f]total!!
amo tu manera de escribir me emociona y me atrapa!!!
felicitaciones a ambos
(que bella mujer que es zami!!!)
may![/b:3e8801a48f][/color:3e8801a48f][/quote:3e8801a48f]

Gracias, linda. Viniendo de una personita como vos, para mi es un halago que no merezco.
(Ahh, y no me vas a conquistar a Zamy... mirá que te conozco y sos muy viciosa).

Un beshoo

Total.esunratito[/quote:3e8801a48f]




[size=18:3e8801a48f][color=violet:3e8801a48f]no soy una chica facil de conquistar :carcajada: [-X [-X [/color:3e8801a48f][/size:3e8801a48f]

28/08/2008 19:37

[quote:437d5c967e="guidaju"][quote:437d5c967e="ZamyBG"][quote:437d5c967e="guidaju"]Ahhh, mierda!!!

Todo eso hicieron?. Yo soy un salame...pensar que me fuí contento del depto de Zamy!!!

Te felicito Total!!

Zamy es un bombón en todo sentido!!

Un abrazo :wink:[/quote:437d5c967e]


[color=violet:437d5c967e]Un beso enorme !!... aun no hay whisky... :wink: :wink: [/color:437d5c967e][/quote:437d5c967e]


Te espero! :wink:[/quote:437d5c967e]




:oops: :oops: :oops: ..

28/08/2008 19:39

[size=18:b98b80a444][color=olive:b98b80a444]Total: felicitaciones por el encuentro con esta hermosisima niña.
Zamy es un encanto
un abrazo
Lito[/color:b98b80a444][/size:b98b80a444]

28/08/2008 21:31

[quote:de76d699eb="Lord Brett Sinclair"][quote:de76d699eb="SPJ"][quote:de76d699eb="ZamyBG"][quote:de76d699eb="SPJ"][quote:de76d699eb="ZamyBG"][quote:de76d699eb="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:de76d699eb]


[color=violet:de76d699eb]vos decis ??????[/color:de76d699eb][/quote:de76d699eb]ME PARECE QUE SI!!!!!!!!!!!!!!!Y APARTE ME CUENTAN,VIO' :lol: :lol: :lol:[/quote:de76d699eb]


[color=violet:de76d699eb]solo me decis "me cuentan "... soy muy muy curiosa :D [/color:de76d699eb][/quote:de76d699eb]Y SI..NO TENGO EL SUMO PLACER....AL MENOS..TODAVIA :oops:[/quote:de76d699eb]

Amigo, yo diria mas que "NO TENGO EL SUMO PLACER" "TENGO LA DESDICHA DE NO CONOCERLA"

Ud me conoce y compartimos gustos...
.... MMMMMMM.... BOCATO DI CARDENALE

Se entendio ??[/quote:de76d699eb]siiiiiiiii.me equivoque lord,gracias por la aclaracion :lol: :lol: :lol:

28/08/2008 23:02

[quote:4b90c7a67a="lito2003"][size=18:4b90c7a67a][color=olive:4b90c7a67a]Total: felicitaciones por el encuentro con esta hermosisima niña.
Zamy es un encanto
un abrazo
Lito[/color:4b90c7a67a][/size:4b90c7a67a][/quote:4b90c7a67a]--

[color=violet:4b90c7a67a]gracias polli !!! vos sos tambien un encanto de persona [/color:4b90c7a67a]

29/08/2008 0:07

Lo felicito total por tan original xp !.Zamy es una dulzura y tiene unas amigas muy recomendables :wink:

29/08/2008 2:10

[b:64966eb4d0][color=olive:64966eb4d0]total.esunratito[/color:64966eb4d0][/b:64966eb4d0], que mas decir, que mas agregar, solo aplusos =D> y mas aplausos =D>

Cordiales Saludos. 8)

29/08/2008 5:10

felicitaciones, fuertes los efectos que produce zamy!!!!!, diria casi alucinogenos!!!!!!. un abrazo. bingo

29/08/2008 8:33

[quote:2fd0b402d8="Pepe-Pepe-Pepe"]es largo, pero espectacular!!!. tuve que decirle mi trabajo, espera que estoy leyendo algo, lo quiero terminar, despues seguimos.

ficcion bien articulada, con historia acorde tanto al nudo como al desenlace. Pero lo realmente atrapante es el hilo conductivo, no podes parar de leer.

No se si este es solo un hobby o su trabajo-profesion, pero lo que percibi al leer esta historia solo puedo definirlo con una sola palabra: TALENTO.

ah!!, y que lindo caramelo se comio :lol:[/quote:2fd0b402d8]

Muchas gracias por tus palabras, 3Pepe, pero no creo merecer semejante elogio.
Escribir es sólo un hobby que arrastro de antaño. Mis libros nada tenían que ver con la onda ficción, eran ensayos de la época oscura que aparecieron entre el 76 - 83. Pero eso ya es historia.
Mañana pongo otra XP, tal vez no tan "tétrica", con una heroína pendex, que es un descubrimiento que marcará a más de un gatero.

Un abrazo

Total.esunratito

29/08/2008 10:49

total.esunratito un fenomeno su relato y buena XP. Mis felicitaciones al gran OLIVERIO GIRONDO del gaterio.
Saludo pa todos

29/08/2008 11:00

[quote:ae59b81d0b="Lord Byron"]Lo felicito total por tan original xp !.Zamy es una dulzura y tiene unas amigas muy recomendables :wink:[/quote:ae59b81d0b]


[color=violet:ae59b81d0b]no se porque lo diras :diablito: [/color:ae59b81d0b]

29/08/2008 13:07

[quote:9a23eca4cd="mingo04"][b:9a23eca4cd][color=olive:9a23eca4cd]total.esunratito[/color:9a23eca4cd][/b:9a23eca4cd], que mas decir, que mas agregar, solo aplusos =D> y mas aplausos =D>

Cordiales Saludos. 8)[/quote:9a23eca4cd]


:D :D :D

29/08/2008 13:08

[quote:2ea9950c4c="bingobongo"]felicitaciones, fuertes los efectos que produce zamy!!!!!, diria casi alucinogenos!!!!!!. un abrazo. bingo[/quote:2ea9950c4c]

[color=violet:2ea9950c4c]hola bingo :wink: ... te mando un besito [/color:2ea9950c4c]

29/08/2008 13:10

[quote:ed9c22dc8d="muñeco18"]total.esunratito un fenomeno su relato y buena XP. Mis felicitaciones al gran OLIVERIO GIRONDO del gaterio.
Saludo pa todos[/quote:ed9c22dc8d]

[color=violet:ed9c22dc8d]un besito muñeco ![/color:ed9c22dc8d]

29/08/2008 13:12

[quote:4bd3dd08bc="mumuandres"]ahhh bueno, espectacular, tu forma de escribir, espectacular zamy y espectacular tu xp. felicitaciones a ambos.[/quote:4bd3dd08bc]

Muchas gracias, Mumuandres por tu respuesta. Zamy es una dulzura como mujer y un torbellino, una pantera en celo, cuando haces el amor.

Total.esunratito

29/08/2008 20:39

[quote:cf3cb492c7="total.esunratito"][quote:cf3cb492c7="mumuandres"]ahhh bueno, espectacular, tu forma de escribir, espectacular zamy y espectacular tu xp. felicitaciones a ambos.[/quote:cf3cb492c7]

Muchas gracias, Mumuandres por tu respuesta. Zamy es una dulzura como mujer y un torbellino, una pantera en celo, cuando haces el amor.

Total.esunratito[/quote:cf3cb492c7]


[color=violet:cf3cb492c7]no sera mucho :wink: [/color:cf3cb492c7]

30/08/2008 13:35

[quote:441941cc13="gatero79"]muy original la forma de comentar la xp total.esunratito :lol: :twisted: :wink:[/quote:441941cc13]

Gracias Gatero.
Es un poco original, pero el final fue tan cierto como que me dejó total...mente destruído.

Zamy es un vendaval.

Un abrazo

Total.esunratito

30/08/2008 14:06

[quote:a8feca0c7f="galeon"][b:a8feca0c7f]¡Felicitciones por la xp [i:a8feca0c7f]TOTALESUNRATITO[/i:a8feca0c7f]!!!
Como siempre un atrapante relato y con una protagonista bellísima!!

Saludos!! :wink:[/b:a8feca0c7f][/quote:a8feca0c7f]

Muchas gracias, Galeon. Su opinion se aprecia.
Efectivamente, una acompañante bellísima y es pec ta culear... :wink:

Un abrazo

Total.esunratito

30/08/2008 19:13

[quote:99ac109b8d="ZamyBG"][quote:99ac109b8d="lito2003"][size=18:99ac109b8d][color=olive:99ac109b8d]Total: felicitaciones por el encuentro con esta hermosisima niña.
Zamy es un encanto
un abrazo
Lito[/color:99ac109b8d][/size:99ac109b8d][/quote:99ac109b8d]--

[color=violet:99ac109b8d]gracias polli !!! vos sos tambien un encanto de persona [/color:99ac109b8d][/quote:99ac109b8d]

gracias
beso

30/08/2008 19:21

Total que decirte , mientras lo leia que , me di cuenta que lo cierto que es cuando dicen la plata no compra la felicidad .
Si llegara a ser cierto todo lo posteado que huevos y que coraje Zami en aceptar en hacer eso .
Los aplaudo a ambos :hello1:
Me uno a May que dijo que es atrapante la manera de escribir !

31/08/2008 0:07

Felicitaciones por su XP , parece una buena opcion, gracias.

31/08/2008 15:37

[quote:8c2262d048="Lord Brett Sinclair"]Querido Total..

Me alegro por su eleccion de conocer a la Bella Zamara

Mis felicitaciones a Ud[/quote:8c2262d048]

Muchas gracias Lord. Efectivamente no podía menos que conocer a una niña tan bien conceptuada en el Foro.

¿El resto? Pura cháchara de mis neuronas.

Un abrazo

Total.esunratito

31/08/2008 17:19

[quote:1e5583b67c="polacrin"]FELICITACIONES TOTAL POR TU XP. CON ZAMY.....VOS SOS EL MISMO QUE ME DICE QUE PARE PORQUE SE GASTA!!!???

SOS UN CARADURA!!!

:P :P :P[/quote:1e5583b67c]

No soy un caradura. Si la metes muy seguido, como ser cada 24 horas, se gasta. ¿Acaso no se gastan los dientes de tanto masticar?.

Pero tómalo sólo como un sano consejo de un forista que te aprecia: no quisiera que, en unos años, te conozcan con el mote del "lapicito polacrin".

Total.esunratito

31/08/2008 18:14

[quote:ff1dd6b876="ZamyBG"][quote:ff1dd6b876="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:ff1dd6b876]



[color=violet:ff1dd6b876]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:ff1dd6b876][/quote:ff1dd6b876]

Me siento como un habitante de Chihuahuaaa, moza. Andele que averguenzas mis bigotees, uy uy uy uuuuy... paloma....

La verdad que me haces poner colorado.

Total.esunratito

31/08/2008 21:15

[quote:ef7ac07bbb="patLP"]Total que decirte , mientras lo leia que , me di cuenta que lo cierto que es cuando dicen la plata no compra la felicidad .
Si llegara a ser cierto todo lo posteado que huevos y que coraje Zami en aceptar en hacer eso .
Los aplaudo a ambos :hello1:
Me uno a May que dijo que es atrapante la manera de escribir ![/quote:ef7ac07bbb]

:lol:

01/09/2008 14:35

[quote:e04fa61ed2="total.esunratito"][quote:e04fa61ed2="ZamyBG"][quote:e04fa61ed2="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:e04fa61ed2]



[color=violet:e04fa61ed2]Total que xp .. parecia una novela mexicana jaja. Yo hago una sintesis :. Conoci mas a una persona muy agradable , la pasamos re lindo :sexpt2: :besito: :sex69: :love4: Te mando un beso enorme (no sobrevivio la casita de azucar jajaj)..[/color:e04fa61ed2][/quote:e04fa61ed2]

Me siento como un habitante de Chihuahuaaa, moza. Andele que averguenzas mis bigotees, uy uy uy uuuuy... paloma....

La verdad que me haces poner colorado.

Total.esunratito[/quote:e04fa61ed2]



:risa3:

01/09/2008 14:38

[quote:bc6c969d9d="ZamyBG"][quote:bc6c969d9d="aminobwana"][b:bc6c969d9d]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:bc6c969d9d]
:wink:[/quote:bc6c969d9d]


[color=violet:bc6c969d9d]total ... es un divino ..Tiene un relato re lindo ... muy oriiginal . [/color:bc6c969d9d][/quote:bc6c969d9d]

Chas gracias, diosa. Y tu eres un dulce que no empalaga jamás...

Besos

Total.esunratito

01/09/2008 15:32

[quote:039b4b5867="guidaju"]Ahhh, mierda!!!

Todo eso hicieron?. Yo soy un salame...pensar que me fuí contento del depto de Zamy!!!

Te felicito Total!!

Zamy es un bombón en todo sentido!!

Un abrazo :wink:[/quote:039b4b5867]

Son años... Guidaju... son años...

Cuando uno ya sumo experiencia, un instante efímero lo hace valer como un segundo de cien minutos.

Por eso pude revolcarme con Zamy en brazos, en las nubes del goce mutuo.

Son años...

Total.esunratito

01/09/2008 20:54

[quote:a8929f62b7="romyramone"][quote:a8929f62b7="total.esunratito"][quote:a8929f62b7="aminobwana"][b:a8929f62b7]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:a8929f62b7]
:wink:[/quote:a8929f62b7]

Aminobwana: Mis XP no son para pájaros de planeo rápido, ni para aves de vuelo gallináceo. Recibo decenas de MP y e mail de felicitaciones enviados por quienes no postean, porque no les gustan los relatos aburridamente calcados. Por otra parte, sabemos mi ya flaco amigo, que las nenas las prefieren "largas".
(Dicen que así son más "gostosas". Dicen)

Un abrazo

Total.esunratito[/quote:a8929f62b7]
Che pero si este es un foro literario, no comprendo la critica!!!
Grande Total tendrias q presentarte al premio clarin de novelas!!
Congrats por la xp[/quote:a8929f62b7]

No creo merecer ese elogio. El premio Clarin es para que compita alguien mas importante que yo.

No obstante te agradezco la intencion.

Un abrazo

Total.esunratito

02/09/2008 11:12

[quote:dc791364a1="PILUNCHO SEX"]Ma que Cortázar, ma que Borges, ma que Bioy Casares, yo que estoy cerca de la Av. Corrientes, ya no voy a recorrer más librerías si tengo el foro. Espectacular relato total, lo felicito nuevamente, ya lo felicité por la flor de Misiones (no me acuerdo como se llamaba) la excursión a Formosa, el paseo por la costa. Usted es un explarador de emociones humanas, saludos.[/quote:dc791364a1]

Jajajaja. Gracias Piluncho Sex. No es pa' tanto. Era un relato simplito, nomás.
Lo que sí Zamara...
Zamara...
Esa si que me produjo arritmia y taquicardia...

¡Qué lo parió!

Un abrazo

Total.esunratito

02/09/2008 19:42

[quote:ebe0b4f7fd="Atlàntida"]Te felicito por tu encuentro con Zamara.
una diosa total[/quote:ebe0b4f7fd]

Gracias Atlántida:

Cuando estés cansado y necesites una recreación :wink:
ve a verla a Zamy que es una perfección.

(Con versito y todo)

Un abrazo

Total.esunratito

04/09/2008 11:47

[quote:b6b65a4014="total.esunratito"][quote:b6b65a4014="Atlàntida"]Te felicito por tu encuentro con Zamara.
una diosa total[/quote:b6b65a4014]

Gracias Atlántida:

Cuando estés cansado y necesites una recreación :wink:
ve a verla a Zamy que es una perfección.

(Con versito y todo)

Un abrazo

Total.esunratito[/quote:b6b65a4014]



[color=violet:b6b65a4014]tardeeeeeeeeeee sabes como nos conocemos con atlantida .. :wink: :wink: :wink: :wink: [/color:b6b65a4014]

04/09/2008 14:14

[quote:7f5339ce00="ZamyBG"][quote:7f5339ce00="romyramone"][quote:7f5339ce00="total.esunratito"][quote:7f5339ce00="aminobwana"][b:7f5339ce00]UUUFFFFF!!!
HACELA MAS CORTA TOTAL!!!
:lol: :lol: :lol:
FELICITACIONES, ME ALEGRO QUE HAYAS CONOCIDO A ZAMY!!!
LOS QUE LA CONOCEMOS SABEMOS LOS MOMENTOS INOLVIDABLES QUE NOS HACE PASAR ESA DIOSA!!!
Y A VOS ZAMY YA TE DIJE TODO NENA!!![/b:7f5339ce00]
:wink:[/quote:7f5339ce00]

Aminobwana: Mis XP no son para pájaros de planeo rápido, ni para aves de vuelo gallináceo. Recibo decenas de MP y e mail de felicitaciones enviados por quienes no postean, porque no les gustan los relatos aburridamente calcados. Por otra parte, sabemos mi ya flaco amigo, que las nenas las prefieren "largas".
(Dicen que así son más "gostosas". Dicen)

Un abrazo

Total.esunratito[/quote:7f5339ce00]
Che pero si este es un foro literario, no comprendo la critica!!!
Grande Total tendrias q presentarte al premio clarin de novelas!!
Congrats por la xp[/quote:7f5339ce00]


[color=violet:7f5339ce00]es un romantico total !!![/color:7f5339ce00][/quote:7f5339ce00]


:oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :oops:

Total.esunratito

05/09/2008 15:43

[quote:d5ef01722d="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:d5ef01722d]

Que relato... no podia dejar de leer. lo felicito por el ingenio. ¿Zamara es la que aparece en BG¿

Muy bonita

CP

05/09/2008 19:26

[quote:dae33de37c="CARLOS PIPAON"][quote:dae33de37c="total.esunratito"]Relato de ficción con XP de sexo explícito real

Facundo Martínez y Vives nació en un hogar humilde, de gallegos laburantes de ocasos lunares, al despertar y soles somnolientos, al terminar. Su padre puso una fonda y la madre trabajó por horas, en hogares caretas.
Más tarde el padre progresó y adquirió un hotelucho en la calle Tacuarí al 700. En cinco años tenía dos hoteles y en el momento que Facundo cumplió los 16 años, don Martínez contaba con once hoteles y cuatro restaurantes.
Cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas, los ingresos familiares mensuales tenían cinco ceros, un verdadero potentado, por ese entonces. Era la época del Primer Plan Quinquenal y entre padre e hijo montaron una pequeña empresa constructora. Obtuvieron un contrato para realizar algunas de las 76.000 obras públicas que se hicieron en esos cinco años.
Al salir con el título bajo el brazo, los padres lloraron como niños. Ellos jamás pudieron terminar la escuela primaria, pero a puro esfuerzo y tenacidad lograron que Facundo se recibiera.
Por ese entonces, el flamante profesional, se casó con una compañera de estudios. El matrimonio fue un fracaso. Ella tenía vergüenza de los padres de él. Detestaba la ignorancia de la madre y la inteligencia comercial de don Martínez. Los acusaba de “chatura intelectual” y de “gallegos peronistas de mierda”. Un día Facundo se hartó y la puso de patitas en la calle. Año después conoció a Jorgelina y la cosa cambió. Tuvieron tres hijos: dos mujeres y un varón. Facundo Martínez y Vives era el hombre más feliz del mundo, hasta el bombardeo de Plaza de Mayo. Jorgelina es alcanzada por la metralla de una bomba y muere con su hija menor en brazos, tratando de huir del ataque de la aviación genocida.
Fue un momento difícil de superar. A los tres meses fallece su madre y al año su padre. Debió hacerse cargo de las empresas y lo hizo con tino y gran visión empresaria. Esto lo salvó del calabozo, cuando los asesinos de la “Libertadora” descubrieron que había ayudado escapar del país a más de una docena de sus obreros y empleados, evitando que sean víctimas de los fusiladotes de entonces. Los dictadores necesitan de los empresarios de la construcción y metalurgia (Facundo se había desprendido de los hoteles e hizo inversiones en la industria del acero).
Toda su vida emuló a sus padres. Llegaba a la oficina a las 6,30 o 7 horas y se retiraba pasada las 21. Amasó una considerable fortuna, pero descuidó la educación familiar de sus hijos. En Agosto del 2008, a los 88 años de edad, don Facundo contaba con acciones en dos bancos, una industria metalmecánica, una constructora y un área importante de plantaciones de pinos y eucaliptos. Ya en el ocaso de su vida y con tres matrimonios sin final feliz, tenía a su hija internada en un neuropsiquiátrico para drogadictos y un hijo que jamás veía, (salvo cuando necesitaba que le solucione problemas dinerarios o una firma para garantías, casi siempre ejecutadas).
Cuando ingresé al dormitorio lo encontré entubado, con un enfermero permanente sentado en el pasillo y una mesa de luz llena de frascos con medicinas.
-“Hola, Total…” -me dijo con una mueca que deseaba ser una sonrisa. –“¿Hace cuanto nos conocemos?”
-“Creo que hace mucho, Facundo. Porque me acuerdo del Operativo Cóndor que financiaste. Y eso fue en los años 60…Yo recién salía del secundario”
-“Me había olvidado de eso. Pero sólo ayudé con dinero. García se llevó las palmas con la exclusiva de Crónica…”
-“Fue un acto heroico desviar un avión hasta Malvinas para izar nuestra enseña patria. Vos fuiste el mentor, Facundo, algún día la historia te lo reconocerᅔ- le dije.
-“Es que esos chicos tenían tanto entusiasmo y audacia…”
-“Eran jóvenes, con ideales, algo que escasea hoy…Pero también estuviste ayudando cuando lo del sable de San Martín…”
-“Esos también tenían ideales y cojones. Mira que robar el sable de San Martín del mismo Regimiento Granaderos…” –una tos ronca cortó la frase. –No me queda mucho tiempo, Total…”
-“No hables, Facundo. Apenas puedes…”
-“¡Dejame que hable. Necesito saber que aún estoy vivo!. Que mi vida no pasó en vano y que mis hijos no fundirán todo lo que hemos construido con sus abuelos…”
Tomé su mano temblorosa. La frialdad de la piel me sorprendió. La tos volvió a aparecer. El enfermero ingresó al dormitorio y le alcanzó una medida de jarabe.
-“Falta poco para partir, Total…”
-“No hables de eso, Facundo.”
-“No le tengo miedo a la muerte. Nunca lo tuve. Sólo le tengo miedo al tiempo, al reloj que no se detiene. A la rutina que no me dejó vivir. A la familia que nunca pude formar. Al desamor de mis hijos. Una, loca. Otro, acusándome de la muerte de su madre y hermanita, como si yo las obligué ir a Plaza de Mayo…”
-“Perdona, pero siempre consideré a Juan Manuel un imbécil que no valora todo lo que tiene…”
-“Y ahora, cuando el árbol tiene una sola hoja seca a punto de perderse en el viento, me encuentro sin la caricia de una mujer o de un hijo que me quiera…”
Sentí la emoción y la humedad de mis ojos. Morir no es un castigo. Es el paso natural de todo ser viviente. Pero morir sin amor, sin cariño, en soledad, rodeado de aparatos y tubos con líquidos extraños. Trabajar, crear, construir, fabricar, acumular tanto para… esto. La pena me embargaba. Apreté sus manos con las mías.
-“Total. Necesito morir sintiendo el calor de una piel de mujer. Necesito que me acaricien hasta el final. Necesito sentirme un ser humano como cualquier otro…Y no me quedan días. Me quedan horas…” –las lágrimas eran dos surcos zigzagueantes entre las arrugas del rostro. –“Sólo horas…quiero morir amado, aunque sea falso, teatral. Necesito sentir cómo es eso…Por favor, Total…” –tomó un sobre debajo de almohada y me lo extendió.
Lo abrí. Era un cheque al portador.
-“Es mucho, Facundo…” –dije balbuceando.
-“No pierdas tiempo… es lo que no me sobra…”
Salí y de inmediato me contacté con Zamara a quién le expliqué la situación. Aceptó de inmediato. Pasé a buscarla con el auto por Viamonte 8… Traía una mochila mediana.
-“Por si debo quedarme más tiempo…” –me dijo cuando la arrojaba al asiento trasero.
-“Lo veo muy mal. No creo que sobreviva un día más. Las drogas lo mantienen lúcido, pero su corazón ya no corrige la arritmia. Es un gran tipo, te agradezco algo así. No es un trabajo agradable.”
Cuando Zamara ingresó al dormitorio, don Facundo dormitaba. Nos acercamos casi en puntas de pie, pero lo mismo escuchó los pasos y entreabrió los ojos.
-“¡Camila! Gracias por venir, hija…”-dijo al ver a Zamara, luego dirigió los ojos hacia mi. –“Te esperaba, Juan Manuel…”
Nunca supimos si mentía o estaba en la etapa de desconocer las personas que veía.
-“Aquí estoy, papá”. –le dijo Zamy dándole un beso en la frente, mientras tomaba el rostro de Facundo entre sus manos.
-“¡Hija, cuánto tiempo sin visitar a tu viejo…” –las lágrimas humedecieron sus mejillas.
Tomé sus manos y acaricié los cabellos cargados de tiempo. –“Perdóname, todo el tiempo que no vine a verte, papá… pero…”
-“No importa, hijo…”-la tos volvió a convulsionar su frágil cuerpo –“Estás aquí… estamos…juntos”
-“Siempre estaremos junto a vos, papi” –Zamy acariciaba el rostro del anciano y recostaba su cabeza sobre el hombro del moribundo.
Quedamos un rato los tres en silencio, escuchando sólo el sonido de una respiración desigual y cada vez más espaciada. Facundo abrió los ojos. Los tenía totalmente empapados en lágrimas.
-“¡Por fin!” –susurró- ¡”Por fin. Mis hijos me aman… Por fin… Mis hijos… me…aman”! –su voz se hizo imperceptible.
Y con los ojos abiertos, se bebió la eternidad en un sorbo.
Zamy no dejaba de acariciar el rostro inerte, llorando sin poder parar.
-“Pobre, viejo… Una da tanto a los vivos y apenas unas caricias alegraron la muerte de un anciano…”
El enfermero tomó el pulso de muñeca y cuello. Quitó el entubado y cubrió el rostro de Facundo con el extremo de la sábana.
El coqueto cementerio de Pilar estaba cubierto por un cielo plomizo y amenazante. El sepulcro abierto se aprestaba a recibir el féretro. Unas treinta personas: colaboradores, gerentes, empresarios amigos. Al frente, secándose los ojos con pañuelos sin humedad lagrimal, los dos hijos abrazados: Camila y Juan Manuel, con hipócrita tristeza a dúo. Para la foto.
Y atrás, a cincuenta o sesenta metros, entre dos olmos gigantes, una figura femenina. Delgada, vestida con un trajecito marrón oscuro y un pañuelo negro alrededor del cuello.
Cuando el último puñado de tierra cayó sobre el cajón, caminé hacia ella.
-“Hola Zamy…” –le dije- “No esperaba verte por aqu텔
-“Quería ver este show de los hijos…Sabía que vendrían y quería conocerlos para nunca cruzarme con semejantes hijos de puta”
Subimos al auto y nos dirigimos hacia Viamonte al 800.
-“Creo que Facundo murió de felicidad…”
-“¿Cómo?”
-“Tantos años de soledad, pidiendo el auxilio de cariño y amor. Y al final encontrarlo todo de golpe. ‘Hijos’ que lo acarician, que lo besan, que lo abrazan… Murió de felicidad. Y nosotros le llevamos esa felicidad…-le sonreí y se le iluminó la cara con esa maravillosa sonrisa que multiplica su belleza.
Ya en el departamento me acosa con un beso profundo, de lengua curiosa por descubrir las dimensiones de mi garganta. Beso prolongado, como si los segundos no pasaran. Como si el tiempo que Facundo quería paralizar hasta encontrar lo que buscaba, se hubiese transformado en una imagen fotográfica, en una instantánea eterna y permanente.
Nuestras ropas fueron cayendo. Poco a poco. Con la sutileza de no romper con apresuramientos torpes, el momento que vendría. Y los besos y caricias de Zamy por mi rostro, mis mejillas, pecho, manos, párpados. Besos que parecían alas marginales de pétalos perfumados estallando al roce sutil de los labios carmesí.
Bajé a sus pechos y absorbí los pezones enormes, que gritaban ser lamidos y chupados, ante el placer de la fémina, que gozaba entre suspiros y palabras guarras.
Caí sobre la cama y me quitó boxer. Tomó el miembro entre sus labios y comenzó a succionarlo con suavidad, mucho labio, saliva y lengua, sin pudor ni lástima.
Tragó el glande sin tocarlo con los dientes, como si respetase la presencia del órgano que pasaría a degustar por otras latitudes del cuerpo.
Todo siguió un orden pre establecido por el decanato del placer.
Todo continuó hasta que se arrodilló dejando mi rostro a la altura de su sexo. Más de 10 minutos haciendo que Zamy gimiera de placer mientras movía su cintura para conseguir mejor contacto con su clítoris y punto G.
Los brazos extendidos apoyados en la pared y el baile pélvico que desparramaba jugos sobre mi boca la llevó al frenesí descontrolado, como si mil tambores sonaran en danza tribal y la bella guaraní entrara en un trance del que no deseaba salir.
Desesperada tomó el preservativo y rápidamente cubrió de látex el miembro, aprovechando para sentarse sobre él y comenzar una cabalgata diciendo las sandeces normales en situación similar.
No sé si fueron orgasmos reales o fingidos. No me considero un experto en la materia. Sólo un amateur de traza continuada. Ella podría confirmar si fueron dos o tres, ¿tal vez cuatro?, los momentos de éxtasis donde sentí latir el interior de la vagina, ya sea con mi lengua ya sea con el miembro.
Cuando todo estaba por suceder. Cuando la unión de cuerpos, sudores y gemidos preanunciaban la erupción. Cuando el glande comenzó a hincharse para escupir el líquido seminal, Zamy desmontó, quitó de un tirón el látex y volvió a chupar con fuerzas mientras pedía a gritos de dientes apretados, ser mojada en sus pechos.
No pude observar si así fue.
El momento sublime nubló mi visión.
Una fuerza incontenible que un todo natural maneja, contrajo mis músculos y ahogó el grito de placer que escapó del más allá de la garganta.
Cuando traspuse la puerta dejamos una promesa mutua.
Habíamos vivido una experiencia diferente, mágica, extraña. Percibimos la muerte, con su justicia natural que todo lo hermana. Observamos la alegría de un anciano, al borde del abismo sin final, por esa piadosa mentira que lo hizo trasponer la vida con una sonrisa. Vimos la hipocresía de quienes abandonan de amor y cariño, a los progenitores solos de canas blancas.
Vivimos un romance sexual como torbellino erótico cargado de desenfreno.
Zamara, ángel blanco de ojos conquistadores. Gracias por tu alegría contagiosa y todo lo que fuimos juntos.-

Total.esunratito[/quote:dae33de37c]

Que relato... no podia dejar de leer. lo felicito por el ingenio. ¿Zamara es la que aparece en BG¿

Muy bonita

CP[/quote:dae33de37c]


[color=violet:dae33de37c]gracias !!!! :wink: :wink: :wink: :wink: [/color:dae33de37c]

05/09/2008 19:33

[quote:184ab3f75e="SPJ"]LO FELICITO.SE LA VE TAN LINDA Y LO DEBE SER. :lol: :lol: :lol:[/quote:184ab3f75e]

Efectivamente SPJ, es una belleza de persona, que es lo mas importante. Si a esto le sumamos un rostro con ojos entre curiosos y picarones, podemos hacer una mezcla fatal.

Total.esunratito

07/09/2008 8:59

VEO QUE USTED ES UN ESCRITOR ESTIMADO.


POR LO VISTO ZAMARA ES PARA CASARSE JEJEJE


MI GATIAGENDA YA ESTA CARGADISIMA


ZAMARA...¿ES REAL ? :oops: :oops:

07/09/2008 10:12

[quote:e88b7bebae="lito2003"][size=18:e88b7bebae][color=olive:e88b7bebae]Total: felicitaciones por el encuentro con esta hermosisima niña.
Zamy es un encanto
un abrazo
Lito[/color:e88b7bebae][/size:e88b7bebae][/quote:e88b7bebae]

Gracias Lito 2003. Es verdad. Es un encanto y un poema gritado al viento.

Un abrazo

Total.esunratito

07/09/2008 19:56

[quote:1dd76b758a="Lord Byron"]Lo felicito total por tan original xp !.Zamy es una dulzura y tiene unas amigas muy recomendables :wink:[/quote:1dd76b758a]

Gracias Lor Byron.

Ya me comentaron sobre sus amiguitas :baba: :baba:

Total.esunratito

08/09/2008 9:39

[quote:26768fe235="metrosexual"]VEO QUE USTED ES UN ESCRITOR ESTIMADO.


POR LO VISTO ZAMARA ES PARA CASARSE JEJEJE


MI GATIAGENDA YA ESTA CARGADISIMA


ZAMARA...¿ES REAL ? :oops: :oops:[/quote:26768fe235]


[size=18:26768fe235][color=violet:26768fe235]:D :D :D ... de carne y hueso !!![/color:26768fe235][/size:26768fe235]

08/09/2008 16:23

[quote:3ea4b8b072="ZamyBG"][quote:3ea4b8b072="metrosexual"]VEO QUE USTED ES UN ESCRITOR ESTIMADO.


POR LO VISTO ZAMARA ES PARA CASARSE JEJEJE


MI GATIAGENDA YA ESTA CARGADISIMA


ZAMARA...¿ES REAL ? :oops: :oops:[/quote:3ea4b8b072]


[size=18:3ea4b8b072][color=violet:3ea4b8b072]:D :D :D ... de carne y hueso !!![/color:3ea4b8b072][/size:3ea4b8b072][/quote:3ea4b8b072]

entonces a comerse la carne y el hueso jeje.
bechos linda

08/09/2008 17:58

[quote:626a92a452="mingo04"][b:626a92a452][color=olive:626a92a452]total.esunratito[/color:626a92a452][/b:626a92a452], que mas decir, que mas agregar, solo aplusos =D> y mas aplausos =D>

Cordiales Saludos. 8)[/quote:626a92a452]

Gracias mingo04 por los inmerecidos aplausos.
Yo apenas soy un mediocre "versero", como lo señaló Guidaju.
No obstante, lo tomo como un simple elogio.

Un abrazo

Total.esunratito

08/09/2008 19:41

[quote:32ba3242b3="metrosexual"][quote:32ba3242b3="ZamyBG"][quote:32ba3242b3="metrosexual"]VEO QUE USTED ES UN ESCRITOR ESTIMADO.


POR LO VISTO ZAMARA ES PARA CASARSE JEJEJE


MI GATIAGENDA YA ESTA CARGADISIMA


ZAMARA...¿ES REAL ? :oops: :oops:[/quote:32ba3242b3]


[size=18:32ba3242b3][color=violet:32ba3242b3]:D :D :D ... de carne y hueso !!![/color:32ba3242b3][/size:32ba3242b3][/quote:32ba3242b3]

entonces a comerse la carne y el hueso jeje.
bechos linda[/quote:32ba3242b3]





[color=violet:32ba3242b3] :wink: :wink: :wink: ...cuando quieras pongo la mesa [/color:32ba3242b3]

09/09/2008 23:49

[quote:7c5f08940d="bingobongo"]felicitaciones, fuertes los efectos que produce zamy!!!!!, diria casi alucinogenos!!!!!!. un abrazo. bingo[/quote:7c5f08940d]

Se agradece.
Un abrazo
Total.esunratito

10/09/2008 13:10

no se si es real o no, zamy es un angel que baja a buscarte.
y te lleva donde los sentimientos son confusos. Donde la pasion se mezcla y entrevera con mimos irreales..............

11/09/2008 16:47

[quote:c396bd24fd="martin_choto"]SIN PALABRAS.... FELICITACIONES[/quote:c396bd24fd]

Gracias, Martín. Mejor lo dejamos ahí ya que dices "sin palabras".

Total.esunratito

11/09/2008 18:29

[quote:b843a125f3="ZamyBG"][quote:b843a125f3="metrosexual"][quote:b843a125f3="ZamyBG"][quote:b843a125f3="metrosexual"]VEO QUE USTED ES UN ESCRITOR ESTIMADO.


POR LO VISTO ZAMARA ES PARA CASARSE JEJEJE


MI GATIAGENDA YA ESTA CARGADISIMA


ZAMARA...¿ES REAL ? :oops: :oops:[/quote:b843a125f3]


[size=18:b843a125f3][color=violet:b843a125f3]:D :D :D ... de carne y hueso !!![/color:b843a125f3][/size:b843a125f3][/quote:b843a125f3]

entonces a comerse la carne y el hueso jeje.
bechos linda[/quote:b843a125f3]





[color=violet:b843a125f3] :wink: :wink: :wink: ...cuando quieras pongo la mesa [/color:b843a125f3][/quote:b843a125f3]

Vos pones la mesa jejeje
que yo pongo la comida :sex4: :sex3:

11/09/2008 18:31
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