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Espectáculos | COMO OPERACIÓN TRIUNFO PERO SOLO PARA INMIGRANTES
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[size=18:a575aa31fa]Hijos de Babel, el nuevo y polémico reality español[/size:a575aa31fa]

El último estreno de la TVE coincidió con un fuerte debate sobre la discriminación a extranjeros. ¿Respeto a la diversidad, aporte a la integración o explotación mediática del prejuicio?[/b:a575aa31fa]

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Ana, nacida en España, se crió en la Argentina, y fue devuelta a España por la crisis: es una de la estrellas en ciernes de Hijos de Babel.[/i:a575aa31fa]

¿Qué le dijo un ginecólogo togolés a un músico español? "Creo que este es gran oportunidad de mostrar lo que nosotros hacemos. Al mundo."


El diálogo no tiene nada que ver con chiste alguno, ni bueno ni malo. Está tomado de la vida real, o de la vida tal y como puede mostrarla la TV. Esta semana Televisión Española estrenó Hijos de Babel, un reality con formato similar a Operación Triunfo, en el que los participantes compiten por lograr equis minutos de fama en el mundo de la música pop. Sólo que en el flamante ciclo, según informó la emisora, "los concursantes son personas de todas las culturas que por un motivo u otro han tenido que abandonar una incipiente carrera musical en sus países de origen y vivir en España". Como si en Argentina, el próximo Cantando por un Sueño estuviera reservado, exclusivamente, a peruanos, bolivianos y paraguayos por citar sólo tres de las corrientes migratorias más frecuentes.


"Todas las culturas" significa que allí está el ginecólogo de Togo, de nombre Aaron Lordson, 40 años de edad y voz extraordinaria, junto a Ana (nacida en España, criada en Argentina y devuelta a Europa por la crisis), Claudia (Ecuador), Karim (Siria), Costel (Rumania), Jimmy Wardana (Indonesia), Beatriz (Cuba), Luz Elena (Colombia) y los dúos Alejandro & Eduardo (Venezuela) y Yusmanis & Ricardo (Cuba también).

La tarea: buscar un popstar de proyección internacional y al mismo tiempo fijar en millones de hogares, con nitidez y en horario central la imagen de una España multiculti.


Como los concursos presentados en los últimos años por Marcelo Tinelli, y más allá de sus posibilidades de fomentar la integración o lanzar a una estrella, Hijos de Babel entregará a los tres concursantes que clasifiquen más alto premios en efectivo, dinero que deberá destinarse a iniciativas que mejoren las condiciones de vida de sus paisanos.


El programa debutó el martes 22 de enero por la noche, pero comenzó a ser eje de polémicas varios días antes. Sin necesidad aparente de ver el resultado, la prensa española se dividió entre los que repitieron con alguna filigrana el discurso de la televisora ("pretende fomentar la integración y la solidaridad, reflejando la diversidad cultural, musical y étnica existente en la España del siglo XXI") y los que redujeron el asunto a una fórmula ligeramente despectiva ("es un Operación Triunfo para emigrantes").


El mismo día en que Hijos de Babel salía al aire, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, afirmaba que "vienen muchos extranjeros a delinquir, porque es muy barato delinquir en España", frase inmediatamente respondida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: "Queremos que no haya ningún responsable político en un país democrático que vincule inmigración y delincuencia; eso es algo lamentable".


Desde ese ángulo, el desembarco del programa (que cuenta en su staff con el músico argentino Alejo Stivel, ex integrante junto a Ariel Roth del mítico grupo Tequila, a una de cuyas canciones recurrieron meses atrás los jóvenes socialistas españoles para un spot de campaña de Zapatero) tiene cierta aura de cuestión de Estado. Tiene por delante, también, la riesgosa tarea de caminar por un desfiladero, entre la diversidad y el prejuicio, entre la celebración musical y la explotación, entre la deliciosa interpretación soulera de Let It Be por Aaron Lordson (multiplicada vía Youtube, al mundo) y un chiste sin gracia en el que un músico español le retruca alguna tontería al ginecólogo togolés.

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