Off-Topics / Fuera de tema

Buenasssssss.
Despues de larga ausencia toy acá!
Miren lo que encontré en esos blog donde la gente hace catarsis o escribe lo que se le canta la goma.
Está muy bien redactado y la verdad que me planteo si le pasará a todas las mujeres cuando pasan determinada edad o se hacen cargo de determinadas cosas.
Ahora en un rato tengo parcial. Y me voy a poner a estudiar. Pero mañana la seguimos.........

"septiembre 06, 2006 En el desván de mi alma
No hay una edad apropiada para contraer matrimonio así como tampoco hay una edad apropiada para contraer tifus o sida.

Me casé muy joven, por culpa de Federico que se encaprichó por dejar de ser un espermatozoide.

Hasta entonces, yo era una adolescente torcida que estudiaba Derecho en la UBA. Una nena de papá que escribía grafitis en las paredes de su cuarto en señal de protesta porque mi mamá pretendía que tomara la sopa o me lavara las bombachas.

Militaba en el viejo y querido Partido Intransigente; coleccionaba las revistas El Porteño; tomaba clases de teatro en la escuela de Julio Ordano y daba la vuelta cada jueves alrededor de la Plaza de Mayo, acompañando el dolor de las Madres y las Abuelas.

Escuchaba Serú Girán, Genesis, Premiata Fornería Marconi,Jethro Tull,Rick Wakeman y Led Zeppelin. Los oídos de mi madre tenían una tolerancia de veinte minutos, pasados los cuales, entraba en mi habitación y revoleaba el grabador Sony por el aire al grito de "basta ya con esa música infernal!".
Resultaron buenos los grabadores Sony. Muy buenos.

Usaba jardineros de jean; carpinteros Little Stones; zapatillas de colores, cuyos cordones enlazaba al revés, quedándome el moño en la puntera; gorritas y morrales tejidos.
Rara vez me peinaba. Mi cabellera enrulada y desprolija era el reflejo de mi personalidad: enrulada y desprolija.

Nunca había hecho una torta o un huevo frito; no sabía hacer el repulgue de las empanadas. Si tenía hambre, me quedaba colgada diez minutos a la puerta abierta de la heladera, viendo qué podía picar que estuviese ya hecho y si comer, implicaba tener que hacer el esfuerzo de combinar dos o más actos, agarrar pan y untarlo con mermelada o cortar fetitas de salame y ensangucharlos, prefería cerrar la heladera y esperar a que el hambre se me pasara escuchando música o leyendo algo interesante.

Era idealista y soñadora. Podía trepar mi mirada a una estrella e imaginar que otro, un desconocido, en alguna parte del mundo, estuviese haciendo lo mismo y pensaba que a partir de ese momento, ya no seríamos desconocidos sinó compañeros de viaje estelar.
No creía en nada, ni en dioses, ni en angeles, ni religiones, ni psicólogos. Y creía en todo, en energías, en amor, en causas, en sentidos.

Cuando contraje tifus, o mejor, cuando me casé por culpa del espermatozoide revolucionario, paulatinamente, imperceptiblemente, esa Sonia se anestesió, quedó guardada en el desván de mi alma y no se cómo, llegó ésta que hace tortas ricas, se lava las bombachas, camina con tacos aguja, se peina, y, cuando mira una estrella dice "estará mi amigo estelar del otro lado o ya se habrá suicidado?". "

UN ABRAZO!!!!!!

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