Off-Topics / Fuera de tema

cada uno que escribe un articulo acerca de las hetairas griegas, se manda una breve explicacion acerca de lo que eran las hetairas, enumera algunos gateros celebres ( Aristóteles, Pericles, Demóstenes); y se cuenta alguna anécdota acerca de las más famosas (Frine, Lais).

estuve buscando alguna data menos conocida; y me encontré con un bicho muy extraño:
Ladia era nativa de alguna ciudad griega de la Eolia, en Asia: era libre, pero muy pobre, por lo que tuvo que empezar a gatear desde niña. a los 16 años, más o menos, desembarcó en Atenas: sus modales rústicos y su belleza sin maquillajes fascinaron a los atenienses, así que le fué bien. razonablemente (ya que lo que parecia gustarle a sus clientes era su temperamento medio salvage) nunca cambió su aspecto ni se ocupó en pulir sus modales; en cambio, se interesaba por todas las ramas del conocimiento puro; y se acostaba con cualquiera que pudiera enseñarle algo: colegas, filósofos, astrónomos, etcetera.
el orador Demóstenes le ofreció una fortuna para acostarse con ella; pero Ladia lo rechazó: porque hablaba mal de su colega Aspacia. en cambio, le gustaba Diógenes y lo invitaba a pasar la noche con ella muy frecuentemente: de amante pasó a discípula y se integró al círculo de los cínicos.
una vez, el tirano Dionisio la contrató para que organizara una orgia; ella viajó a Siracusa y cumplió con su tarea eficientemente: el sunto es que el tirano se quedó enamorado de ella y la quiso convertir en su compañera. Ladia le pidió un día para pensarlo...y se piantó a primera hora en el primer barco que salía de la ciudad: se ganó por esto fama de "sabia" (adjetivo que los griegos casi nunca usaban en femenino).
en una orgia, un político ateniense le preguntó: ¿como trata Dionisio a sus amigos?
- como a las alforjas: a los que no tienen nada, los deja tirados; a los que están llenos, los cuelga.

una vez que pasó "de moda", se dedicó casi con exclusividad a estudiar astronomía con los cínicos (una de las pocas escuelas que aceptaba mujeres); y solo gateaba muy de tarde en tarde, para subsistir.