http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-63750-2006-03-02.html
PSICOLOGIA DEL CLIENTE EN LA PROSTITUCION
Hombre que va de putas
El autor propone un abordaje de la prostitución desde el punto de vista de la psicología del cliente: esos tipos como cualquier otro que, más allá de las diversas razones que pueden aducir, expresarían el reforzamiento de los valores más tradicionales del patriarcado.
Por Juan Carlos Volnovich *
En los últimos años la prostitución está siendo objeto de apasionados debates que tienen su eje en las cuestiones legales la intervención del Estado en su reglamentación, prohibición o abolición, los conceptos morales y éticos que están en juego, los determinantes sociales que la fundan y, por sobre todo, el protagonismo de tres de sus actores implicados: las prostitutas, los proxenetas y las mafias que dominan la trata y el tráfico con mujeres y niños: intentaré abordar el tema desde el punto de vista del cliente. Pretendo acercarme al problema desde la psicología del usuario: aquel que consume prostitución.
Lo hago a sabiendas de que no existe una nosología que incluya a todos estos clientes; a sabiendas de que voy a verme defraudado si persigo un perfil particular, un tipo de personalidad en la que pudieran agruparse. Mis referentes serán esos seres anónimos, comunes, invisibles. Porque, si algo tienen en común los varones homo o heterosexuales que consumen prostitución, es justamente eso: son invisibles. Casi todos los trabajos de divulgación o académicos que se encargan del tema coinciden en ocultar y silenciar el lugar de los clientes. Estos escritos, al tiempo que vehiculizan la digna intención de estudiar el fenómeno y denunciarlo, protegen con un manto de inocencia a los usuarios. De modo tal que, casi siempre, referirse a la prostitución supone aludir a las prostitutas (putas, taxi-boys, travestis); a los rufianes y a los burdeles; a las mafias y a los proxenetas; pero no a los clientes.
Sin embargo, el cliente, el más guardado y protegido, el más invisibilizado de esta historia, es el protagonista principal y el mayor prostituyente. La explotación de mujeres, de niños y niñas se hace posible sólo gracias al cliente, aunque su participación en este asunto aparezca como secundaria, como secuela de un flagelo, como subproducto de una oferta.
Además, a los clientes mismos les cuesta aceptar su condición, representarse como tales. No se reconocen así.
Al poner el énfasis en los clientes pretendo, también, reformular la pregunta que generalmente tiene a las mujeres por destinatarias. Esta es: ¿cuáles son las condiciones sociales y las determinaciones subjetivas que llevan a que una mujer se prostituya? Como aquí aparece, inevitable, una apelación a la pobreza, a la marginación, a la falta de oportunidades y al abuso sexual previo; como casi siempre aparece aquí la necesidad de discriminar la prostitución forzada de la prostitución elegida libremente, es mi intención sostener, sin clausurarlo con respuestas apresuradas, el siguiente interrogante: ¿cuáles son las condiciones sociales y las determinaciones subjetivas que empujan a los varones a incorporarse al universo de clientes? ¿Por qué millones de varones eligen comprar (¿alquilar?) los cuerpos de mujeres, llamar sexo a esa operación y, aparentemente, disfrutar con ello? Más aún: ¿por qué se ha extendido tanto el consumo sexual pago en épocas como la que nos ha tocado vivir, cuando la liberación femenina alienta una sexualidad a la carta gratuita?
Para comenzar, arriesgo un camino: el aumento del mercado de la prostitución, el tráfico internacional y la trata no están desvinculados de la globalización, por un lado y, por el otro, del movimiento mundial de mujeres y del feminismo contemporáneo, que interpelan al poder y ponen en cuestión, como nunca antes había sucedido, el dominio de los varones en la esfera pública. El tímido pero alentador debilitamiento del patriarcado, si no mantiene una relación causal, al menos coincide con el auge de la trata. Quiero decir: el reforzamiento de los valores más tradicionales en ese coto masculino, verdadera religión que tiene a los clientes por feligreses y al burdel como parroquia y que se caracteriza por su estilo violento y denigratorio de lo femenino parece no ser ajeno a las contingencias por las que atraviesa el patriarcado.
Un cualquiera
Los clientes son tipos como cualquier otro: abogados, policías, arquitectos, psicoanalistas, gente de trabajo, políticos y desocupados. Señores de cuatro por cuatro y muchachos de bicicleta. Son púberes de trece años, adolescentes, jóvenes, viejos y ancianos. Casados y solteros. Son diputados y electricistas; curas y sindicalistas. Son capacitados y discapacitados. Son tipos sanos y enfermos. En definitiva, todo varón homo o heterosexual, en cuanto ha dejado de ser niño, es un potencial cliente. Así, no sería exagerado afirmar que la sola condición de varón ya nos instala en una población en la que hay grandes posibilidades de convertirse en consumidor.
Recientemente, Nicole Ameline, ministra de la Paridad y la Igualdad Profesional (equivalente a la Secretaría de la Mujer) de Francia, recibió una investigación realizada en ese país y auspiciada por el Mouvement du Nid. El elocuentísimo título de la investigación, firmada por Saïd Bouamama, es El hombre en cuestión: el proceso de devenir cliente de la prostitución. La investigación consistió en una encuesta, entrevistas semidirigidas y grupos de reflexión con varones que voluntariamente aceptaron participar del proyecto. Fueron convocados a través de avisos que aparecieron en los diarios (incluso en periódicos de distribución gratuita) bajo la siguiente consigna: El clientelismo es una construcción social y no producto de una tara individual pasible de ser curada o reprimida. ¿Está usted dispuesto a participar en una investigación sobre prostitución?.
Una de los resultados más notables del análisis de las entrevistas es que la mayoría de los varones que consumen prostitución no pertenecen a edades avanzadas, ni son jóvenes acuciados por la erupción hormonal típica del ciclo vital, sino que tienen entre 35 y 50 años y son casados o viven en pareja. De entre ellos, el 55 por ciento tenía uno o más hijos.
A partir de la encuesta y sin ánimo de tipificarlos, es posible agrupar las lógicas argumentales a las que recurren los entrevistados para fundamentar su afición a la prostitución.
- Una de ellas es la abstinencia sexual y la soledad afectiva. La mayoría de los clientes habituales y ocasionales explican su debilidad por las prostitutas en función de su timidez, del temor a las mujeres o por otras inhibiciones. Ubican el by pass a la prostitución cuando el contacto con las mujeres verdaderamente deseadas se les ve dificultado. Del desempeño en las entrevistas surge que la falta de confianza en sí mismos, la baja autoestima, heridas narcisísticas provenientes de desengaños amorosos, yacen debajo de la explicación que los empuja a los contactos fáciles que la prostitución ofrece. Así, la abstinencia sexual y la soledad afectiva se constituyen en la primera causa aducida para devenir cliente el 75 por ciento de los casos: esto es, resulta ser la principal estrategia de justificación, desde que instala a los clientes en el lugar de víctimas. Como víctimas de sus propias insuficiencias, aspiran a la comprensión y pretenden otorgarle un sentido aceptable al consumo sexual pago.
- La segunda causa a que apelan los entrevistados es la desconfianza, el temor y el odio que les inspiran las mujeres. En este grupo se encuentran los varones que fundan su misoginia en experiencias conyugales desastrosas, divorcios controvertidos que vinieron a confirmar lo que siempre sospecharon: que las mujeres son todas ellas interesadas, despiadadas, egoístas, complicadas e intrigantes. Es interesante observar que en este nivel se agrupan los varones que culpan a la sociedad por el protagonismo y el poder que las mujeres están logrando. Son varones que responsabilizan al feminismo contemporáneo por la pérdida de los valores tradicionales, al tiempo que añoran las épocas en que los hombres dominaban y ellas se sometían delicada y dulcemente a sus deseos.
- La tercera categoría incluye a los consumidores de mercancías, esos varones que son empujados a la prostitución, según dicen, porque sus mujeres los someten a una vida sexual insatisfactoria. Para ellos, un abismo separa a la compañera afectuosa y cariñosa, que han elegido como novia o madre de sus hijos, del personal mercenario que contratan para satisfacer sus necesidades. Al leer sus respuestas parecería ser que responden precisamente a lo que Freud afirma en Sobre una degradación general de la vida erótica (1912): la sensualidad de un varón ligada en el inconsciente a objetos incestuosos o, mejor dicho, inscripta en términos de fantasías incestuosas inconscientes, tiende a expresarse como impotencia sexual y/o como afición a las prostitutas, práctica que garantiza un vínculo sensual donde nada de lo cariñoso esté presente. Estos varones sólo pueden ligarse sexualmente con mujeres que ni por lejos evoquen los objetos incestuosos prohibidos, ya que su vida erótica permanece disociada en dos direcciones: una encarnada en el amor puro, la ternura, el cariño desinteresado que está más allá del sexo y del dinero; la otra, encarnada en la atracción terrenal, el deseo animal, la pasión desafectivizada. Si aman a una mujer, no la desean. Y, si la desean, no pueden amarla. En las prostitutas encuentran mujeres que no necesitan amar para poder desear. A diferencia de los varones del grupo anterior los que culpan a la sociedad y responsabilizan al feminismo por empujarlos al consumo de prostitución, éstos son varones esencialistas. Están convencidos de que las urgencias del deseo, que los llevan a tratarlas como objetos descartables, están dictadas por su naturaleza masculina.
- Una cuarta categoría incluye a los que explican el consumo de prostitución por cumplir el imperativo de una sexualidad que eluda cualquier tipo de responsabilidad que pueda devenir de un vínculo estable con el sexo opuesto. Pagan para ahorrarse los problemas que toda relación afectiva supone y pagan para confirmar que sus partenaires no desean otra cosa más que su dinero. El 43 por ciento de los encuestados adhirió a esta postura por considerarla una excelente elección para varones casados, que, aun teniendo conflictos conyugales, no estaban dispuestos a correr el riesgo de una ruptura matrimonial.
- Finalmente, Bouamama identifica una categoría más, la que incluye a los adictos al sexo: esos varones impulsivos y compulsivos que no pueden renunciar a este tipo de encuentros fáciles e inmediatos; relaciones que no reclaman el pasaje por rituales de seducción y conquista y para quienes el sexo está ubicado en el lugar que la droga tiene para los toxicómanos.
Pero tal vez el dato más significativo que aporta la investigación es el siguiente: el 75 por ciento de los clientes se declaran insatisfechos en las relaciones con las prostitutas. Un 59 por ciento se lamenta por padecer algún tipo de disfunción sexual que incluye la eyaculación precoz, la impotencia o la dificultad para eyacular. La mayoría se queja de experiencias que los dejan defraudados, disconformes y decepcionados; otros prefieren aceptar que se sienten ridículos y patéticos por tener que recurrir a la prostitución. Así, los varones que tienen relaciones sexuales con mujeres degradadas (cito a Freud) evidencian claros signos de no hallarse en dominio pleno de su energía instintiva psíquica que se muestra caprichosa, fácil de perturbar, incompleta y, muchas veces, poco placentera. Y esta considerable limitación en la elección de objeto se debe a la distancia que mantiene con la siempre anhelada corriente cariñosa que, pese a todo, el cliente espera. No me abraza ni me besa de verdad, y me despacha no bien termina el tiempo del acuerdo, se resiente uno de los entrevistados.
Prostituyente
Porque el caso es que, si en algún momento Freud afirmó que la degradación psíquica del objeto sexual (la puta) cumple la función de abrirle el paso a una sexualidad que puede exteriorizarse libremente y le permite al varón desplegar un intenso placer, enseguida consignó que aquellas personas en quienes las corrientes cariñosa y erótica no han confluido debidamente viven, por lo general, una vida sexual poco refinada. Perduran en ellas fines sexuales perversos, cuyo incumplimiento es percibido como una sensible disminución de placer. Contradicción freudiana que los varones encuestados por Bouamama vienen a confirmar.
Contradicción e insatisfacción de los clientes que, aun así, no alcanza para perturbar el auge indetenible de la demanda de prostitución. Porque de lo que aquí se trata no es otra cosa que la subordinación de los varones a un imperativo que tiene como fin último atenuar el temor al cuerpo de la mujer; la compulsión a controlar y expropiar a las mujeres de su deseo. De lo que aquí se trata es de que en ese encuentro pautado por horario, lugar y precio vivido siempre como pretexto para el despliegue de una escena totalmente ritualizada, simulacro de un encuentro sexual, parodia de una relación pasional, todo está puesto al servicio de la dominación, la denigración femenina y, dicho sea de paso, de la humillación masculina en aras del refuerzo de la virilidad convencional.
Así, la prostitución deviene el analizador primordial de la cultura actual. Analizador, en el sentido que este término tiene para el análisis institucional: analizadores son esos indicios que explicitan la existencia de conflictos, deseos y fantasmas en la vida social. La prostitución es el analizador primordial de la cultura actual, no sólo por la incomodidad ética que genera, sino también porque es en la explotación sexual comercial donde el patriarcado lleva al límite los valores impuestos por la sociedad de consumo y se hace evidente la condición de mercancía de los cuerpos. Cuerpos cuyo aprovechamiento y goce tiene un costo y un rendimiento que se juega en el intento fallido por reforzar la presencia del equivalente universal dinero y por restituir (si es que alguna vez lo han perdido) el poder de los varones.
Antes afirmé que los clientes, los más guardados de esta historia, eran los principales prostituyentes. Son, también, los que deciden la incorporación creciente de productos exóticos (asiáticas, latinas o negras destinadas a los blanquitos del Norte) y de la cada vez más reducida edad de la mercadería que consumen. Entonces, al poner el foco en las mafias, al penalizar a los proxenetas y a las prostitutas, se elude a los clientes y, de esta manera, la sociedad en su conjunto se encarga de aliviar la responsabilidad que cae sobre aquellos que inician, sostienen y refuerzan esta práctica. Por eso, sostengo que cualquier intervención en este problema debería tener en cuenta las representaciones que en el imaginario social legitiman la prostitución. La legislación del Estado o los tratados internacionales, necesarios como son, nunca serán suficientes para remover las prácticas convalidadas por las costumbres: ancestrales derechos de los hombres sobre el cuerpo de las mujeres, derechos de los poderosos sobre el cuerpo de los débiles.
* Psicoanalista.
Estimado Danfertor,
El artículo es concluyente en todos sus aspectos y no creo que hayan puntos para debatir al respecto, ya que pinta la realidad tal cual es (lamentablemente).
Y la mayor verdad de todas, aplicable también en la problemática de muchos otros tópicos (corrupción, droga, etc.), es que la prostitución existe y existirá, mientras existan quienes la consumen (en definitiva, y discúlpeme la simplificación, es un problema de oferta y demanda)...
Hay un solo punto que no toca el artículo, y es quizás es el que más me cuesta comprender desde una óptica analítica. Se lo resumo, en un ejemplo cortito y al pie: Si yo le digo a una Dama de la Noche que venga a trabajar a mi empresa y le ofrezco una luca por mes (en blanco y con todos los chiches), seguramente que me manda al joraca..
Todo un tema...
Un cordial saludo y gracias por abrir este tema, ya que me interesa en grado sumo.
"Son varones que responsabilizan al feminismo contemporáneo por la pérdida de los valores tradicionales"
es verdad...por eso me caen bien las prostitutas.
"Casi todos los trabajos de divulgación o académicos que se encargan del tema coinciden en ocultar y silenciar el lugar de los clientes. Estos escritos, al tiempo que vehiculizan la digna intención de estudiar el fenómeno y [b:8c1c4aca80]denunciarlo[/b:8c1c4aca80], protegen con un manto de inocencia a los usuarios. "
[i:8c1c4aca80]psicología del represor[/i:8c1c4aca80]: impedir una relacón sexual puede calentar tanto como verla
"De lo que aquí se trata es de que en ese encuentro pautado por horario, lugar y precio vivido siempre como pretexto para el despliegue de una escena totalmente ritualizada, simulacro de un encuentro sexual, parodia de una relación pasional, todo está puesto al servicio de la dominación, la denigración femenina y, dicho sea de paso, de la humillación masculina en aras del refuerzo de la virilidad convencional."
ajj
¡y algunos las llaman "de vida facil"!: pobre la que le toque el tal Volnovich como cliente.
VIVAN LOS GATOS Y LOS GATEROS!!!!!!!!!!!!!
...antonio
[quote:cf57db91f4="osiris"]no creo que hayan puntos para debatir al respecto, ya que pinta la realidad tal cual es (lamentablemente).[/quote:cf57db91f4]
Estimado Osiris: me alegro que haya sido de su interés, como lo fué del mío, al leerlo hoy por la mañana. No es la intención debatirlo, aunque algunos otros miembros del foro lo han hecho en otros de tenor parecido a este. Para mí, igual que para Ud. no es un tema a debatir, es para analizar....
[quote:cf57db91f4="osiris"]Si yo le digo a una Dama de la Noche que venga a trabajar a mi empresa y le ofrezco una luca por mes (en blanco y con todos los chiches), seguramente que me manda al joraca..
[/quote:cf57db91f4]
Le redoblo la propuesta, por dos lucas, nos manda a Ud. y a mí, al mismo lugar.... y creo que si aún la triplicamos, tendríamos la misma respuesta.
Una disquisición, Osiris ... en la noche, para los antiguos pasaba por debajo de la tierra, es su caso?
:wink:
[quote="danfertor"][quote:177ba9ae84="osiris"]Una disquisición, Osiris ... en la noche, para los antiguos pasaba por debajo de la tierra, es su caso? :wink:[/quote:177ba9ae84]
Realmente parece que estoy ante un erudito. Por lo menos usted ha comprendido perfectamente, aun en el sentido de su fina ironia :P, la alegoría que representa mi Nick.
Para los antiguos egipcios, Osiris era el Dios de los Mundos Subterráneos (entre otras cosas), y que mejor subterraneidad que la marginalidad de la noche? Si Señor, en ese sentido es orgullosamente mi caso...
Un abrazo,
[quote:5bfe2b9c4a="osiris"]Realmente parece que estoy ante un erudito. Por lo menos usted ha comprendido perfectamente, aun en el sentido de su fina ironia :P, la alegoría que representa mi Nick.
[/quote:5bfe2b9c4a]
Estimado Osiris: no erudito en el sentido morfológico de su acepción, sí poseo una memoria envidiable a decir de los demás, pero no soy cerrado en mis conceptualizaciones, es más, soy abundantemente amplio...
...en un rincón de mis libros conservo una obra sobre Isis y Osiris, por eso recuerdo la historia....
... no he querido ser irónico, de ninguna manera, si ha sonado así, mis sinceras disculpas....
... tampoco he querido desvirtuar este thread, que tenía otro propósito....
Agradecido
:wink:
Ya que estamos entre académicos y eruditos de la semiología, me permiten una pequeña y mínima observación?
Al pie de todos tus mensajes, Osiris, vos llevás escrito, aunque con una mínima falta ortográfica, el siguiente título de un libro de Proust: "A la recherche du [b:a9e5d6f096]temp[/b:a9e5d6f096] perdu".
La palabra es [b:a9e5d6f096]temps[/b:a9e5d6f096], no temp.
Sería "A la recherche du [b:a9e5d6f096]temps [/b:a9e5d6f096]perdu", que es el verdadero título del libro de Proust. En francés la palabra tiempo en singular no existe, vaya a saber por qué los frances siempre entendieron el tiempo de un modo plurar ("los tiempos", sería. Una sucesión (infinita) de tiempos. Algo bastante coherente, puestos a pensar).
Me permito esta atrevida y casi insolente observación no porque sea yo un estudioso de los idiomas, sino porque mi abuelo era francés y cada vez que yo leía un mensaje tuyo sentía que él se agitaba en su tumba.
Te mando un abrazo.
Y aguante Proust.
Paren con los idiomas porque yo me voy a poner a escribir edn árabe y no me van a entender un carajo!!!!!
ruh al jara (vayanse a la m...)...un abrazo...antonio
Lei el articulo, es muy preciso.
Quiero agregar esto como mero comentario, no quiere decir que este promocionando o en simple acuerdo con lo que escriba.
El mercado, se rige por la oferta y la demanda.
En el futuro si seguimos los pasos naturales, sera muy posible ver la legalizacion de la prostitucion, no solo de menores, sino de cualquier genero.
A los clientes se los deberia tratar como enfermos, deberia haber hospitales llenos de engermeras prostitutas que puedan realmente satisfacer la necesidad de estos hombres funcionales al sexo.
Cada hombre busca una prostituta para saciar sus condiciones, y porque la mujer no hace lo mismo, porque ella si puede conseguir al pito que quiera cuando quiera, porque candidatos no les falta, pero al hombre se le hace muy dificil, es casi como la idiotizacion del depravado que ni siquiera sabe como encarar una relacion humana y solo muestra un fajo de papel para poder penetrar el cuerpo ageno.
Yo creo que con el avance de la sociedad de consumo todos nos volvemos bienes de uso descartable.
Si me dirijo a un kiosco y consumo un alfajor, luego descarto su envase de plastico por la calle y lo abandono ensuciando el medio ambiente, no soy mejor que el empleador que trata de usar a sus empleados como objetos descartables de una maquinaria, siempre penmsando como aminorar la edad y los costos y maximaxar el rendimiento y explotacion...
Todo quieren las cosas mas baratas, no mas caras, todos quieren el maximo rendimiento...
La realidad es que todo pierden, porque todos pagan lo que no corresponde en ultima instancia, una puta de $60 la hora, es = a un pedazo de carne con acceso carnal de un costo de $1 el minuto, no mas caro que una hotline por telefono y sexo virtual?
Y la logica de mas de uno seria , ok, dame 5 minutos de penetraccion y listo toma aca tenes tus $5, donde cualquier prostituta ofrezca eso primero se llena de plata, y despues se retira con todo el desgaste fisico-psicologico-espiritual. pero mejor para ser mas realistas apliquemos los mismo a los 60 minutos, para no ser tan acelerados.
Un cantante gasta su garganta por horas para hacer feliz a su publico, luego debe recuperarse, una chupadora tambien gasta su garganta para que otro sea feliz.
Los 2 necesitan el dinero y los hacen segun su profesionalismo y condicion de oportunidades y destrezas.
Creo que la ley de la busqueda de la felicidad, de este tipo de felicidad hace que alguien sea feliz por un rato en el mejor de los casos, en detrimento de otra persona que sacrifica su felicidad para obtener una retabilidad para poder depositarla en pretender ser feliz, y asi se genera la cadena de parasitos sociales donde uno trabaja 8 o 12 hs para obtener plata para luego ser feliz y termina esclavizando a otra persona para ver como trata de ser feliz de algun modo, no me extraña que el 75% no este satisfecho con la experiencia con prostitutas, y si leo el foro veo mas quejas y falencias que xps optimas y perfectas, cada uno siente diferente, y si la prostituta es perfecta para todos, todos iran quedara reventada y usada o hiperabusada por los gateros y terminara desapareciendo dejando a todos los que la deseaban infelices e insatisfechos.
Que horror ver esto !!!!
Creo que quiero dejar de gatear porque me siento una basura por estar con una puta, pero tambien me sentiria una basura por pretender explotar a otro, aunque sea un triste mozo que me esta sirviendo un simple vaso de agua en un bar pretendiendo ser feliz con la moneda que capaz podra obtener si le dejo propina, gracias a la bondad de mi economia.
Y creo que deberia dejar de trabajar porque me siento explotado y prostituido porque mi jefe, me paga una miseria , me exige mas, y me desangro con el mismo sudor de una puta cuando le piden que se mueva mas fuerte y grite, es terrible esta sociedad, alguno conoce una sociedad mejor, en esta no encajo.
no se olviden del producto, cada vez que alguien salio con un producto fresco dentro de los canones del tiempo (entiendase un turno), experimento cada vez un conocimiento mas profundo de la otra persona, ya empezo a percibir los problemas personales, los dramas familiares, y hasta un perfil nunca antes visto, que no es de extrañar que se manifiesta el pedido de ayuda mayor al valor de un turno, o incluso en el mejor de los casos de sinceramiento la atencion afectiva-emotiva o psiquiatrica de ese producto humanizandose a medida que avanza la relacion, hasta llegar a convertirse en un noviazgo, un matrimonio y finalmente una separacion o divorcio, en fin la denigracion es masculina y femenina, le toca al uno y al otro...lo digo por experiencias ajenas. pero las vi muy de cerca.
Saludos.
Me ganaron de mano.
Lo iba a postear yo :cry: :cry: :cry: :cry:
[quote:08e37152ba="danfertor"][quote:08e37152ba="osiris"]no creo que hayan puntos para debatir al respecto, ya que pinta la realidad tal cual es (lamentablemente).[/quote:08e37152ba]
Estimado Osiris: me alegro que haya sido de su interés, como lo fué del mío, al leerlo hoy por la mañana. No es la intención debatirlo, aunque algunos otros miembros del foro lo han hecho en otros de tenor parecido a este. Para mí, igual que para Ud. no es un tema a debatir, es para analizar....
[quote:08e37152ba="osiris"]Si yo le digo a una Dama de la Noche que venga a trabajar a mi empresa y le ofrezco una luca por mes (en blanco y con todos los chiches), seguramente que me manda al joraca..
[/quote:08e37152ba]
Le redoblo la propuesta, por dos lucas, nos manda a Ud. y a mí, al mismo lugar.... y creo que si aún la triplicamos, tendríamos la misma respuesta.
Una disquisición, Osiris ... en la noche, para los antiguos pasaba por debajo de la tierra, es su caso?
:wink:[/quote:08e37152ba]
tal vez la mayoria , pero tles aseguro que no todas...
y aunqueson las menos conosco un par de historias en las cuales las chicas dejan eso por motivos simples... De todas formas el tema creo era desde la optica del cliente !!1 es decir el gato deja de ser gato ??? alguna vez ya se planteo la pregunta y en este caso el incapie esta en la culpa que nos otorga la sociedad en los problemas que genera la prostitucion. Por eso plantee alguna vez el eje en la necesidad de blanquear este noble trabajo y acotar de esa manera los abusos laborales y la situaciones de expotacion marginal.
reyfun tu optica es contundente jajajaja... pero prefiero otras no las del ruel mercado, aunque sea real.
el articulo me parece bueno claro no creo que resista un dabate intenso si sentamos en un banquito al que lo escribio y por el otro lado nos encontramos un grupo de gateros... pero es ampliamente acertado.
hay algo muy desagradable en ese articulo, que es esto:
"Antes afirmé que los clientes, los más guardados de esta historia, eran los principales prostituyentes. Son, también, los que deciden la incorporación creciente de productos exóticos (asiáticas, latinas o negras destinadas a los blanquitos del Norte) y de la cada vez más reducida edad de la mercadería que consumen. Entonces, al poner el foco en las mafias, al penalizar a los proxenetas y a las prostitutas, se elude a los clientes y, de esta manera, la sociedad en su conjunto se encarga de aliviar la responsabilidad que cae sobre aquellos que inician, sostienen y refuerzan esta práctica."
a) el autor considera, tacitamente, que las mujeres son ( o deberian ser) menores de edad perpetuas.
b) es verdad que las leyes son incoherentes al penalizar a las prostitutas y no a los clientes. pero al autor ni parece habersele cruzado por la cabeza otra "solucion" que ilegalizar todo.
No leí el artículo de página 12 ni pienso leerlo. Solo pienso decir que estoy orgulloso de ser gatero y me merecen el mayor respeto y agradecimiento los gatos. Tengo varias amigas escorts y puedo asegurar que son las personas mas leales que pueda haber. Y mis amigos gateros son todos excelentes personas, mas buenos que la sopa de Quaker...antonio
03/03/2006 15:56Muy interesantes los comentarios aca.
Como todo un veterano me siento en la necesidad de agregar mis comentarios al respecto.
Estas chicas son exactamente igual que nosotros. Son madres, hijas, hermanas, amigas, abuelas, tias.....
Son sensibles, rien, lloran, se molestan, se alegran, y tienen sus sueños como todos nosotros.
Pueden ser millones las razones que llevaron a estas amigas a esto.
Al igual a otros que han comentado, tengo amigas escorts. Y las considero buenas amigas. Las ayudo en todo lo que puedo. Las llamo para saber como estan, comparto con ellas ocasionalmentes, las aconsejo, las visito. En fin, las trato como seres humanos iguales que yo pero voy mas alla....LAS TRATO COMO A MI ME GUSTARIA QUE ME TRATARAN.
[quote:316d1258e7="troglodita"]Al pie de todos tus mensajes, Osiris, vos llevás escrito, aunque con una mínima falta ortográfica, el siguiente título de un libro de Proust: "A la recherche du [b:316d1258e7]temp[/b:316d1258e7] perdu".
La palabra es [b:316d1258e7]temps[/b:316d1258e7], no temp.
Sería "A la recherche du [b:316d1258e7]temps [/b:316d1258e7]perdu", que es el verdadero título del libro de Proust. En francés la palabra tiempo en singular no existe, vaya a saber por qué los frances siempre entendieron el tiempo de un modo plurar ("los tiempos", sería. Una sucesión (infinita) de tiempos. Algo bastante coherente, puestos a pensar).
Me permito esta atrevida y casi insolente observación no porque sea yo un estudioso de los idiomas, sino porque mi abuelo era francés y cada vez que yo leía un mensaje tuyo sentía que él se agitaba en su tumba.
Te mando un abrazo.
Y aguante Proust.[/quote:316d1258e7]
Gracias por desasnarme Amigo troglodita, yo lo habia puesto en singular porque me parecio mas adecuado, pero le agradezco humildemente su observacion. Ya lo he corregido.
Es muy agradable para mi, encontrar alguien que hoy en dia lea a Marcel Proust... pense que eramos una raza en extincion...
Un abrazo,
Osiris,
vos sabés que apenas hice la observación me arrepentí, porque uno nunca sabe como tomará otro una corrección. A nadie (me incluyo) nos gusta demasiado que nos corrijan. Pero me alegro sinceramente que lo hayas tomado de esa forma.
Si se hace la reunión de Black sería bueno encontrarnos, de última, si no nos llevamos ningún gatito porque son muy caros nos quedamos un rato charlando de Madame de Guermantes y del Baron Charlus.
Un abrazo.
Y aguante Proust.
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