Escorts en Mendoza

[b:3a1e09ae45][size=18:3a1e09ae45]Sorpresa con Soledad

El fin de semana pasado fui a dar una vuelta en carruaje cuando el sol acababa de esconderse, para ver qué tal estaba el ambiente callejero. Nada por aquí y nada por allá. La mamita no apareció en su esquina habitual de Rioja y Corrientes, tampoco las de Rioja y Beltrán, sólo estaban las fuleras de siempre. Estarán todas las ricas clavadas en un telo, pensé. Cansado de gastar combustible, dejo el automotor estacionado en un lugar que parece menos peligroso y salgo a dar una vuelta a la manzana para observar bien de cerca a las chicas disponibles.

Frente al Mediterráneo (Federico casi Corrientes) veo una morochita ricotona y petiza, cara agradable, ojos grandes, lindas caderas con pantalón de buen calce y un escote que deja adivinar buenos pechos que son empujados hacia arriba por un conveniente brassiere; me da los datos que pido: el pase solo $ 20, el pase con una chupadita con forro $ 30. ¿Das besos? No, doy sólo piquitos. ¿Y esa cola tan rica? No, no trabajo la cola. Gracias y chau.

Camino hasta Urquiza y Salta donde hay otra morocha, delgada con algunas curvitas. Pase $ 20, mixto con la francesita sin forro $ 30. No le pregunté más porque de cerca veo que está demasiado maquillada y seguramente, si la contrato, me dejará perfumes varios con los que no conviene volver a casa.

Camino un poco más hasta Salta y Alberdi, donde encuentro a Soledad, una flaca de pelo rubio ondulado y largo casi hasta la cintura. De lejos me había parecido menor de edad, pero veo que es algo más vieja: después me entero que tiene 24. Me da los precios que son los mismos que ya me dieron las otras. Mi mira a los ojos mientras habla (buena señal). Mirá, a mí me gusta que la chupada me la hagan sin forro. Bueno, te la chupo sin. ¿Das besos en la boca? Sí. Pero mirá que me gustan los besos con lengua. Dale, no tengo problemas. Vamos primero al buscar el auto y de ahí partimos hacia el hotel Mediterráneo, que cobra $ 10 el período de media hora (los otros ya lo subieron a $ 15). Le paso a la recepcionista un billete de 50 y me responde que no tiene cambio. Pero es para pagarle a la señorita, digo. No tengo cambio. Entonces saco un billete marrón que tenía escondido en otro bolsillo y le digo a la chica: Vé, ahora no te puedo pagar los 30 pesos. No te hagás problema, gordo, las chicas me van a cambiar. ¿Seguro? Sííí.
Ya en la pieza, se saca el pantalón y la camisa y veo que a pesar de tener el pelo teñido de rubio, es realmente de piel bien blanquita, cosa que compruebo al desprenderle el corpiño que dejan al descubierto pequeñitas tetas con pezones gorditos apenas más oscuros que la piel del pecho. Le bajo la tanga y veo una linda tunita afeitada, pequeña y blanquita. Ya embolados los dos y tendidos en la catrera, hace el amague de prenderse a la pichula, pero la detengo y le pido franelar un poco. Me besa la boca, el cuello, me chupa las tetillas y juega con su lengua con los pelitos de mi pecho y va recorriéndome la panza hasta llegar a la zona erógena. Me lame la ingle, se mete un huevo en la boca y me lo moja bien para agarrarme el zodape, lo pela y se lo mete entero en la boca. Dale, chupame como en las películas. Me dice: ¿Sabés?, en mi casa tengo un montón de discos con películas porno y también tengo varias revistas, porque me encanta verlas. Se pone el botón en la boca y empieza a hacer vacío con las mejillas mientras me pajea el tronquito suavemente con la mano, tal como ocurre en los filmes pecaminosos. Luego le devuelvo la gentileza con una lamidita y hago que mis labios aprieten su clítoris. Se nota que entra en temperatura adecuada. Mientras me enfunda el pitorro me comenta que la tengo gordita y durita. Se monta y empieza a moverse primero suave, luego más y más fuerte. Esta me ha calentado demasiado rápido y trato de hablar algo para descomprimir un tanto la tensión. ¿Viste cuando a las chicas de las películas las clavan por adelante, atrás y por la boca tres tipos distintos? Síii esas son las que más me gustan. Che, ¿y si en vez de darme el vuelto te dejo los 50 y te hago la cola? Primero, dice, veamos si me entra, se pone en 4 patas y trata de metérsela por el ano. Cuesta. Entonces junto saliva, le mojo la abertura, ella se mete un dedo y comienza de moverlo circularmente para dilatarse. Mejor busca en el pantalón un sobrecito de lubricante que viene con los condones y se lo embadurna en la abertura y el resto lo pone sobre la pindonga. Le apoyo el pedazo nuevamente y me quedo quietito. Ella hace fuerza hacia atrás para que le entre la cabeza. Dos o tres pechoncitos más y pasa toda padentro, ahijuna!
Se empieza a mover más rápido y me pide que le dé más fuerte. Voy incrementando el movimiento y estoy a punto de largar el chorro. Me sigue pidiendo más y más. Al ser flaquita, le meto la mano en la entrepierna y procedo a masajearle la concha mientras le muevo rítmicamente el supositorio de carne. No aguanté más y me vacié, pero ella se sigue moviendo y moviendo. Pienso: espero que no se me ablande hasta que la piba acabe. De golpe, se queda totalmente quieta, no sé si acabó o se dió cuenta que yo no tenía más resto. Por las dudas me quedo quieto. Le estiro las piernas hacia atrás y aún clavándola me quedo tendido encima de ella. Ella gira le cabeza para recibirme la lengua con sus labios bien jugosos. Ya la garompa se había retraído pero aún la tenía metida en el agujero. Me pregunta: ¿Te gustó? Claaaro! A ver si nos vemos de nuevo. ¿Qué días estás en la esquina? Todos los días, de lunes a domingo, imaginate que vengo haciendo esto desde los catorce y ahora tengo veinticuatro, es lo único que sé hacer. Mientras nos vestimos después de la higienización, le pregunto: Che, ¿y te rinde laburar en esto? Claro! ayer me llevé 400 y el jueves 300.
Chau, digo mientras le beso los labios y ella me mete su lengua entre mis dientes, chau, gordito.

Particularmente a mí me atraen más las flacas con figura armoniosa que las gorditas caderudas, potonas y tetonas, pero no es un escollo insalvable cuando de fornicar se trata.[/size:3a1e09ae45][/b:3a1e09ae45]

Don pajaro77:
No le pedí el fono, porque la he visto varias veces por la zona de Salta y Alberdi o en Salta y Urquiza, pero nunca me había acercado a preguntarle nada hasta ese momento.
chau.