Escort Cristal - Almagro bairesgirls

Buenas y santas,
luego de un reciente y decepcionante encuentro, decidí sacarme el mal gusto con alguien a quien tenía en mi lista de pendientes. Envío mensaje para pactar horario, me envía el consabido pregrabado speech:

Se trata de esta venezolana de unos 1,60 m, trato super agradable y portadora un cuerpo perfecto, increíble para sus diez lustros. El lugar queda en el barrio de Almagro, en la calle Pringles casi esquina Díaz Vélez. Dependiendo la hora, la zona puede ser o muy tranquila o tremendamente enquilombada, ya que en la cuadra de enfrente hay una escuela primaria y al horario de la vuelta, como toda calle que va en dirección de Av. Rivadavia, el tráfico puede ser un real caos. Datos adicionales: de D.V. hacia el norte, se puede estacionar en la calle, pero el GCBA puso el sistema de pago mediante Blinkay. Si amerita la espera, hay un bar en la esquina o si no, se pueden clavar un chori o algo más contundente en la parrilla cruzando en diagonal.

Llego a la hora acordada, le aviso y baja a abrir en shorcitos, a pesar del frío, lo que prefiguraba un cuerpo tonificado impecable. Subimos al departamento, un monoambiente impecable, dividido por un biombo: a mano izquierda una camilla, a mano derecha, una cama de dos plazas.

Me ofrece toallón para darme un duchazo, con baño con todo lo necesario. Una vez fuera, me espera sólo con bombacha, nos dirigimos al lecho y ahí tomó dominio de la situación. Se nota que la muchacha disfruta del sexo. Me pone boca arriba y comienza con un trabajo oral para el campeonato, con recorrido por toda la zona y GP incluida. Más tarde, al estilo cow girl comienza con un frotamiento clitoriano sobre mí muy estimulante. Luego de un rato, pone protección y vamos a por el introito. Debo confesar que ando en mis días poco inspirados, así que no pude culminar mi cometido (mea culpa). Sin embargo, la niña procede a estimularme manual y oralmente, mientras ella se propinaba un automasaje erótico, lo que terminó conmigo expulsando los renacuajos.

Nos quedamos un rato abrazados, hablando de cosas de la vida, fue un muy lindo momento para mí. Procedo a vestirme, a abonar y de nuevo, a la fría calle.

Espero que les resulte de utilidad el relato.

Saludos y buenos polvos!

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