Karina, una masajista diferente, body massage, black kiss, milk table . Fotos y vide

Aunque tengo mi masajista preferida, un colega me recomendó a Karina como una masajista diferente. Intrigado entre en baires,y encontré que, además del masaje convencional hace Body Massage (BM), Black Kiss (BK) y Milk Table (MT). La verdad, no tengo referencia de ninguna masajista que haga BM ni MT, y para ser sincero, ni sabia que existian. Agradezco a todos los colegas que publicaron su xp y especialmente a marcelo.lopez y a Macawaly por las referencias que me hicieron decidirme. Le mande un pedido de info por los tres servicios y me respondió que efectivamente los daba Tenia turno esa misma tarde, asi que arregle. Esta en Esmeralda al 100, edificio de oficinas, la puerta abierta, un encargado que pregunto a que piso iba mas por compromiso, no se si escucho la respuesta, ascensor, una puerta de vidrio abierta, y me estaba esperando en la puerta de el departamento-oficina.. Pasamos una especie de recepción y me condujo a una habitación grande, con dos camillas, y unos sillones. Estaba bien equipada y calefaccionada. Karina es una mujer de 40 y tantos, muy alta, 1,75 por lo menos, delgada, con un rostro normal, unas piernas larguisimas y un par de gomas grandes, divinas. Le dije lo que había ido a buscar, me desnudé, y me acosté en la camilla. Me di cuenta que se estaba desvistiendo y luego me pasó aceite por todo el cuerpo. Comenzó asi una de las mejores experiencias de mi vida. Me recorrió, acarició y masajeo con las tetas, la panza, las manos, antebrazos. Luego se subió encima y me recorrió con los muslos, la concha, el culo. La sentía deslizarse y gemir. Una sensación maravillosa, desconocida, diferente. Después se bajo, me limpio un poco el aceite y comenzó a acariciar los amigos, mientras me masajeaba el asterisco. Sentí la lengua. La verdad me encantó. Me calentó hasta lo inimaginable. Cambio la distribución de la camilla para que quedara un agujero en la mitad, donde puse la poronga que quedo colgando. No por mucho tiempo porque sentí sus manos acariciandola debajo de la camilla. Enseguida le tocó el turno a la boca, una sensación extraña pero muy placentera. Me la chupo con buena técnica hasta que no aguante mas y le solte la lechita que indudablemente se tragó. Me senté en la camilla y la abracé, sintiendo las tetas contra mi pecho. Me sentia agradecido por una experiencia diferente. Me dio una toalla, limpita y sequita, y me acompaño hasta el baño. Una ducha bien caliente. Volví a la habitación, charlamos un poco mientras me vestía y me fui con una sonrisa en los labios.

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