Escort Luli BG - Explorando su colita bairesgirls

Contacté con Luli ayer viernes por la mañana y le pedí dos horitas, me dió el OK y arreglamos para las 11 am del sábado. Me presenté hoy en 25 de Mayo al 700 y subí a su depa. Primera vez que la visito.
Ella es una chica de unos 25 pirulos, linda de cara y cuerpo, tez blanca con algunos tatus, uno de ellos tapando su cicatriz de mamá. Destaca su culito de buen tamaño.
El departamento es amplio y cómodo con un baño con todos los elementos necesarios. El nidito estaba oscuro y sólo la luz de la tele iluminaba el lugar.
Le pagué su regalito por dos horas servicio completo y arrancamos. De hecho ella arrancó antes de que yo me desvistiera, besándome la boca y el cuello y manoteándome el sogán. Me costó sacarme el lompa, ya tenía al amigo apuntando al techo.
Nos duchamos y continuamos con nuestro pecado.
Entre besos, mimos, pete, almejeada y besos negros a ella nos pusimos re hot. Calzó el preser y la amé por su chuchi bien mojadita, misionero y luego en cuatro. Conchié un buen rato y luego puse mi cabecita sobre su escarapela y le pedí permiso para entrar. Ella mandó gel en su colita y en el miembro y lo hicimos contra natura.
Así un rato sobre la cama. Luego ella puso un puff en la esquina de la cama, se puso en cuatro y apoyó las manos sobre la cama. ¡Qué hermoso ver todo ese colita así! Recorrí su sendero de tierra unos 15 ó 20 minutos hasta que estallé de placer.
Soy de tardar en llegar a mi primera eyaculación, la segunda es más fácil.
Luli disfrutó mucho del encuentro, se notó su sangre guaraní. Me besó, me franeleó, y no tuvo drama con nada. En los besos jugó mucho con la lengua, y los petes los hizo muy ricos, suaves y con mucha saliva. Se dejó comer la almejita, pero al introducirle un dedito y tocar su parte rugosa es cómo que se puso muy sensible, se retorcía y trataba de sacarme el dedo. Es muy cosquilluda me dijo.
Luego de la culiada me habló un poco de su vida y de su país. .
Al comenzar el segundo round me pegó una buena peteada y me la levantó al toque. Hizo la gran amazona y cabalgó sobre el pingo. Después en la pose del perrito y terminamos en el clásico misionero, donde no aguanté más y llegó el segundo. A pesar del aire estábamos bañados en sudor. Así que nos duchamos y volvimos al catre. Me hizo unos masajes relajantes y yo luego hice lo mismo con ella.
Los puntos a destacar de ella: me dió un buen servicio, se prendió a lo que yo proponía, se entregó al juego y se dejó llevar.
Los puntos flacos: Creo que ninguno, salvo por mirar los celus en cuanto tenía ocasión, pero no me molestó.
¿Posible reincidencia? Tal vez, todavía tengo algunas pendientes a las que quiero visitarles el anillito sagrado.

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