Narela BG

Arreglamos para las siete.

Era viernes. Yo estaba en la oficina, como siempre. Miraba el celular como podía. Cada tanto venía alguien a hablarme, tenía que bloquearlo y prestarles atención a lo que me decían. Yo decía que sí a todo, pero en realidad ya estaba en otro lado, estaba pensando en el encuentro, en ella, esa desconocida.

En el subte me llega un mensaje. Me preguntaban si el encuentro podía ser media hora más tarde. Dije que no había problema. Me ofrecieron pasar por el lugar de todas maneras, ya que podía esperar ahí dentro y escapar del frío, eso me pareció muy amable.

Al parecer el lugar es conocido, creo que le dicen “Black Door”, y de hecho es eso, es sólo una puerta negra con un único timbre. En la televisión estaban dando un programa de futbol. Había un par de sillas y unas mesas. Me puse cómodo y volví a mirar las fotos de Narela, más allá de que en cualquier momento iba a aparecer ella.

En el baño no había ducha, y yo tenía olor a transpiración. Me lavé como pude las bolas y las axilas, también el culo, por si acaso. Todas las mujeres ahí parecían ser graciosas, había buena onda, se la sentía en el aire. Narela también era buena onda. Le gustaba hablar, le gustaba escucharme, sobre todo. Era simpática y agradable de mirar. Yo mido uno setenta, ella debe medir uno sesenta. Su cuerpo es pequeño pero su culo es grande, y firme.

Yo estaba acostado boca arriba con las piernas abiertas y la cabeza apoyada en las almohadas, ella de rodillas e inclinada sobre mi pija. Me gustaba cómo me chupaba la pija, casi que no usaba sus manos y se las arreglaba con la boca y la lengua. Luego ella estaba acostada y yo era el que daba besos. Desde la boca hasta el cuello, la zona de la clavícula, sus brazos, sus pechos, las piernas, la parte de atrás de sus piernas, la parte interior de sus piernas. Va a ser más fácil si me sacás esto, me dijo. Tenía una tanga de encaje rojo. Le pedí la cola.

Acabé rápido, lo admito. No pude aguantarlo más, tampoco tenía ganas de. Me dejé ir y permanecí acostado sobre ella unos cuantos segundos. Respirando agitado. Baño nuevamente.

Hablamos de nuestras vidas, muy poco, la verdad, podríamos haber seguido hablando por horas. Yo tenía ganas de escucharla y creo que ella tenía ganas de escucharme a mí. Le pregunté si faltaba mucho tiempo. Me respondió con otra pregunta, ¿demorás mucho en el segundo? No, dije yo.

Me besaba el cuello, metía sus manos entre mi pelo, yo la abrazaba con un brazo por la cintura y otro a la altura de la espalda. Ella estaba arriba y yo abajo. Hubo un momento de unión sexual, sentí que éramos dos personas que se conocían de antes, que se querían, al menos ese momento.

Me dijiste que eras rápido, me dijo. Creo que no voy a poder acabar, le dije yo, mientras me pajeaba sentado en un costado de la cama, y ella estaba arrodillada en el piso. Ella dijo algo como “¡qué malo!”. Le pregunté la hora y al parecer ya había pasado el tiempo, yo me resigné nuevamente, estaba listo para renunciar a ese segundo orgasmo y volver a la casa. Hizo este tipo de puchero, berrinche, quería verme acabar. Aquello me calentó, fue como si de pronto se hubiera encendido esa lamparita mágica que habita en medio de las tinieblas. Vení, le dije. Empecé a pajearme rápidamente. Mi respiración empezó a acelerarse. Me envolvió con su boca, no me dejó hasta quitarme la última gota de mi ser. Y se fue con esa parte mía.

TABLITA DE LA EXPERIENCIA

Regalito: xxx
Barrio: Microcentro - perón al xxx
Bucal: Desconozco
Es Independiente: Desconozco
Besos: A full
Calificacion Gral: 9

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Cara: 8
Lolas: 5
Cola: 10
Cuerpo: 9
Onda: 10
Lugar: 9
Porcentaje photoshop: 5 %
Relojea?: No
Servicio: 10
Reinicidencia: Si

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