Reservar fue fácil. Ya conozco el lugar y a varias de las gatitas que trabajan ahí.
No tenía mucho tiempo así que pase 30 min.
Llego, me abre la recepcionista y en la pieza ya estaba Luana.
Nos damos unos besos, le pago y voy al baño. Vuelvo en bolas, comenzamos con mas franeleo y empieza el oral. Fue normal y a veces sentía sus dientes, se lo comente y solucionado. Luego pasa a cabalgar, los besos no pararon, luego en cuatro y ahí le pedí la cola. Me susurró que no hace mucho anal, la...