Escort Naty BG - Microcentro bairesgirls

Qué tal, gente. Paso a dejar una breve XP de ayer a la tarde con Naty, en el clásico edificio de Esmeralda que todos conocemos y que siempre guarda alguna sorpresa.

La cita fue a las 16:00, coordinación por WhatsApp sin vueltas, directa y clara. No conocía a Naty, era la primera vez que la iba a ver. Leí bastante sobre sus servicios, me pareció interesante lo que comentaban y me picó la curiosidad de conocerla.

Cuando llego, Naty me pasa el piso como es costumbre. En la entrada no dejás el DNI, te lo piden, te anotan en un cuaderno y por suerte no tenés que esperar a que llamen ni nada raro, te hacen subir directo. Detalle no menor: quien toma los datos es una portera mujer. No sé si es impresión mía, pero cuando te atiende una mina la mirada se siente distinta, como si te evaluara un poco más. Con un tipo no te pasa, pero acá me incomodó un toque, aunque fue rápido.

Subí, y Naty me recibe con buena onda desde el primer momento. Sonriente, look sencillo pero muy prolija. Tenía un corpiño tipo malla y una tanguita que le marcaba el lomazo tremendo que tiene. Buena presencia, bien femenina y segura de sí misma.

Me hace pasar, me da un beso suave y enseguida me manotea el amigo con picardía. Me lleva directo hasta la cama, sin vueltas. El lugar es un monoambiente amplio, con una cama cómoda y una camilla de masajes. Hay una mesa donde podés dejar tus cosas, todo prolijo.

Charlamos un toque, le entregué el regalo sin vueltas y me fui a duchar. El baño es medio chico, pero cumple con todo lo necesario: agua caliente, jabón, toalla limpia. Lo justo y necesario para arrancar.

Salgo ya en bolas y Naty, una linda morocha, que debe medir 1.60 más o menos, estaba con unos tacos que la dejaban cerca del 1.70. Tremenda presencia. Tetas operadas, bien redonditas y en su lugar, cero exageradas. Y la cola… mamita, fuerte, redonda, una maravilla que te hipnotiza. Se notaba que se cuida.

Sin dudas, un lomazo tremendo. Arrancamos con unos besos lindos al lado de la cama, y ya cuando la empezás a tocar te das cuenta que le mete al gym, no hay que preguntarlo. Me puso al palo al toque. Me tiré encima sin pensarlo. No sé por qué, pero siempre tengo la costumbre de preguntar si puedo bajar, viste que hay minas a las que no les copa y se respeta. Pero con esta fui directo, sin preguntar, recorriéndola toda hasta llegar a su conchita.

Una chupeteada que le metí... ¡mamita! La mina te motiva a seguir, se nota que es profesional y con experiencia. Ahí abajo no hay drama, todo limpio y en su punto. Podés pasar todo el invierno ahí abajo sin aburrirte, y encima cada vez te resulta más satisfactorio. Una delicia. Estaba mojadita, y yo ya al palo… no quería esperar su PT así que decidí mandarme arriba. Colocamos la protección y arrancamos.

La mina me pidió que arranque tranqui, despacito al principio, y así hice… estaba toda caliente, bien metida en el momento. Le dimos un buen rato así, disfrutando, y después cuando le subís el ritmo no dice ni mu, se la banca como una reina. Quería cambiar la vista, así que la di vuelta y nos fuimos de perrito. Qué lomazo tiene esta mina, una cola que pide guerra. Se apoyó bien, arqueó la espalda y le entre otra vez,

Es un lujo verla en posición de perrito, esa vista es una locura, te dan ganas de quedarte ahí a vivir. Le metí con buen ritmo, ya estaba por largar todo, y ella seguía de perrito firme, una máquina. Pero igual no quería cerrar la jornada sin pasar por su boca, así que sacamos el forro y le pedí un pt, buena técnica, buenas arcadas también. No es de los mejores PT que probé, pero le pone mucha garra y babita, que suma. En un momento le paso otro forro, ella pensó que iba a terminar en su boca, pero no es lo mío por razones claras: cuando acabás en la boca de la mina, la mayoría siente la leche y se detienen al toque para ir a escupir, y al final te quedan unas gotas adentro que tenés que sacarte vos mismo, entonces prefiero mil veces terminar dentro del forro, tranquilo, hasta la última gotita, sin que me corten el mambo en el mejor momento. Igual, cada uno con su gusto, yo lo disfruto así.

Ella se sube encima mío, coloca el forro con una habilidad tremenda y arranca a moverse de mil maneras, todas espectaculares. Esa parte me encantó. Yo ya estaba al borde, pero no la frenaba, me la bancaba como podía. Hasta que apoyó sus manos en mi pecho y empezó a cabalgar con una fuerza increíble... no aguanté más, largué todo. Tuve que pararla porque la mina seguía, parecía incansable.

Para cerrar, ella misma me sacó el forro y lo tiró al tacho, todo con una dulzura que suma. Te sigue besando, acariciando, te hace sentir cómodo, relajado. Como ya estaba en hora me fui al baño sin problema, y al volver charlamos un toque mientras íbamos hasta la puerta. La verdad, siento que voy a volver.

Me dejó re manija el lomazo que tiene esta peti, toda dura, toda armada… debe tener unos 30 pirulos más o menos, re joven la piba. Una grata sorpresa.

Gracias por llegar hasta el final del relato, colegas. Les deseo un excelente finde, disfruten mucho y si tienen la oportunidad de ver a Naty u otra, aprovechen. ¡Abrazo grande!

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