Andreita, Microcentro - no dejé que ni desarme la valija, esta diosa tetona.

Buenas, comunidad de degustación felina.

Vengo a contarles mi reencuentro con una de esas que no fallan nunca.
Cuando tenés una bala y sabés que hay que usarla bien... pensás en ella: Andreita.

Sin dudas, uno de los mejores cuerpos que vas a encontrar, y la actitud ni te cuento.

Volvía de sus vacaciones de invierno y lo publicó en un estado de WhatsApp.
Ahí nomás, con los dedos más rápidos que el Diego en el '86, le reservé para esa misma tarde de lunes.
Estaba manija de volver a verla, de compartir esa horita donde se disfruta todo: desde que te abre la puerta con esa sonrisa hasta que te despide con un beso que te deja flotando.

Bajó a abrirme ella misma, sin portero ni chusmas metidas. Siempre con esa buena onda, con un lomazo donde se nota que le mete al gym.
Su nidito está en planta baja, bien al fondo. Íntimo, tranquilo.

El depto es una pinturita: cama grande, sillón cómodo, espejo gigante y un baño bien equipado para darte una ducha como Dios manda.
Y eso hice, me pegué una buena refrescada.

Salgo del baño, intento pagarle... y me dice:
Vení para acá, después me lo das.
Me agarró de la mano y me llevó directo a la cama. Se arrodilló frente a mí y me pegó una chupada de pija como solo ella sabe hacerlo...
La verdad, toqué el cielo con las manos.
Estoy seguro de que los que la conocen piensan igual: Andreita tiene eso que no se aprende, se nace con eso.

En un momento se escupió las tetas y me hizo una turca que me dejó de rodillas, aunque el que estaba parado era yo.
Una locura.

Después fue mi turno.
Bajé a saborear esa conchita tan higiénica como sabrosa.
Los gemiditos tímidos que soltaba me motivaban más que un gol en el último minuto.
Ahí nomás me puse el forro (yo siempre llevo los mios), y la coji para empezar de 20 uñas. Todos sabemos lo apretadita que es Andreita, y eso es, sin dudas, uno de sus grandes atributos.
Pero lo que realmente me hace volver a verla es que se moja y se calienta de verdad.
Estar adentro de ella es como meter tu pija al horno (ojo, no lo hice &#128517, pero sabés que está caliente, envolvente, y que te va a dejar derretido.

Qué cola, papá… dura y perfecta como tallada a mano. Esta bebota se la trae.
Una lástima que ese trofeo no esté disponible para entrega, pero verla moverse ya es un premio en sí.
Mirá, escribo esto y me acuerdo de cómo la tenía penetrando y me caliento.
La cuestión es que terminé llenandole las nalgas de chechena.

Qué mina copada es Andreita, loco. Terminamos la primera vuelta y me sirvió un vaso de gaseosa para recuperar energías, toda una anfitriona.
Charlamos un rato de sus vacaciones y pintó esa confianza que te hace sentir como en casa.

Para la segunda vuelta aprovechamos el sillón. Tiró un almohadón y se volvió a prender del ganzo como si lo extrañara de años. Ufff... hermoso momento, parecía que quería arrancármelo de lo manija que estaba.
Después se subió de espaldas a cabalgar, la agarré de la cintura y me la cojia con placer, ver rebotar esas nalgas es un lujo. La volví a poner en 4 y cuando ya no daba más, que estaba por acabar... ¿dónde creen que le pedí terminar? ¡Siiiii, en esas tetotas hermosas! 💦💦 Un delirio.

Qué mujerón esta guaraní, loco. ¡Qué piel, qué cuerpo, qué presencia tiene! Pero por encima de todo eso, lo que más garpa es su simpatía y esa buena onda constante.

Recomendada con los ojos cerrados, colegas. No estoy descubriendo América, ya lo sabemos varios: es tiempo bien invertido.

Bueno, colegas... gracias por leer.
A disfrutar de Andreita, que volvió con todo

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