Escort Julieta. Una compañia de excelencia. Me encanto.

Buenas tardes amigos, y ´Julieta´ tal como se hace conocer la vi hace un tiempo en novedades, y prendió mi curiosidad ´gateril´, por conocerla, con características que se acercan a mis gustos personales, no pude evitar la tentación de ir a su encuentro. Morocha, del tipo guaraní, con servicio complaciente, y mucha garra.
Todo lo que a mi me gusta. La debilidad me venció así que fui a verla nomás. Conversando con ella resulta que la había conocido hace un tiempo atrás, dejándome una muy buena impresión así que contento fui a su reencuentro. En Av. de Mayo, portero que no molesta, y subo hacia su piso, con la ansiedad propia de estos momentos, que por suerte no se pierden aún con los años. Escucho ese taconeo acercándose a la puerta, y es música para mis oídos. Y abre la puerta ´ella´, y lo pongo en comillas porque resulto esa dama que conocí hacia un tiempo, y estaba igual que en su momento. Cerca del metro sesenta, para quienes no la conocen, treinta y algo de años, tienen la talla ideal para el amor. En tacos, pequeño vestido oscuro que le sentaba muy bien, prolijamente maquillada, cabello castaño oscuro, tez trigueña, sonrisa compradora, y modales cuidados. Es lo que se dice una ´dama de compañia´, como no hay muchas actualmente. Pero sin expandirme en el tema, se acordaba bien de mi, me da lindo beso de bienvenida, y con un ´...que bueno otra vez por acá´, cierra la puerta y me hace pasar. Directo hacía su habitación, confortable y con lo necesario, coloco mi campera en una silla, y conversamos brevemente sobre el tiempo que no nos vimos y como discurrió la vida de cada uno. Así que ya con miras a los fines de nuestro encuentro, me da toallón, y en frente tenía el baño, también completo y con lo necesario, y me doy una ducha que me pone en perfecta condiciones para el contacto. Envuelto en el toallón, y con la ropa en la mano, entro y ella acostada en la cama esperándome. Con un body blanco, que contrastando con su piel, le quedaba perfecto, pechos pequeños pero bien torneados, linda cola, ya les dije tiene la figura ideal para el amor. No olvida mis ´mañas´. Tomo la iniciativa y voy directamente a conquistar su `territorio` como legionario romano frente a las hordas bárbaras, quienes primero avanzaban y luego preguntaban. Así me conduje con ella, obvio en el marco del respeto mutuo que fijamos. No mezquina los besos y es otro de sus encantos. Bajo por su cuello, me detengo en sus pechos, y desprendiendo la parte de abajo del body con botones de cierre que parecen solo para entendidos, se fue descubriendo a mi como si fuese doncella en su primera vez. Y no escatime besos ni el contacto que me complace tanto como la penetración o el orgasmo. Llego a su sexo, impecable y sin olores un placer degustar, y la dama bien recibía mis caricias, parece lo disfrutaba y lo hacia saber, pequeños gemidos, y caricias reciprocas lo mostraban. Le pido devolver favores, y tiene un oral que se destaca. Pone bajo de la zona pélvica una toalla, por posibles ´derrames´, y puesta entre mis piernas se dedica a un oral que vale detallar. No le escapa al semen, juega con el, manipula el instrumento y me pone a mil. Me recorre con la lengua y a punto de explotar en su boca le digo..´vamos a cojer..´. ´Obvio´...dice, y calzando protección, vamos en algunas posiciones. Primero ella arriba, disfruto de su cuerpo pequeño jugando, subiendo y bajando, mejorando el ángulo de penetración y diciendo alguna guarrada que también disfruto.
Luego en misionero y cuatro pies, que también me complace mucho. Ver su pequeña cola. Penetrarla lentamente y luego acelerando el ritmo me hicieron perder el control al limite. Ya sobre la hora y a punto de acabar le pido llegar en su boca, y vuelve al oral que mucho disfrute. Ahora puesto de pie y ella de rodillas sobre una almohada, acelera movimientos hasta que logro que explote toda la carga que traía, echando parte en su boca y otra en sus pechos. Sale al baño a escupir, y mientras me repongo, me dice, ´guauuu, cuanto trajiste, jaja´. Conversamos brevemente y me voy con el toallón por una ducha que me componga.
Ya con ella, gentil me acerca un vaso con agua y se da breve charla que la muestran como siempre la vi. Inteligente y con inquietudes, tiene varias iniciativas que ojala se den, termino de vestirme, le pago lo pactado por una hora. La media hora esta 60, y me acompaña a la puerta del depto. Lindo beso de despedida, abrazo, y promesa de pronta visita, salgo del edificio contento del buen servicio recibido y encontrar a esta dama que da placer contar como muestra de atención, higiene y buen servicio que siempre vale tener presente y en cuenta en este rubro.
Así que amigos, gracias por la visita y hasta un nuevo encuentro. Saludos.

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