Estrella BG - Buena predisposición, pero no es lo mío

Llegué a esta chica un día en que todas aquellas a las que les había escrito no habían respondido. La verdad es que no la tenía muy vista, pero encontré que estaba por las cercanías que yo había puesto como condición para mi búsqueda, y terminé coordinando muy rápido, no sin antes revisar todas las buenas XP que hay escritas sobre ella y que terminaron por persuadirme.

Ya desde los mensajes es muy simpática. Y esto se acentúa en persona. Tiene un trato muy bueno y habla mucho. Desde un principio te trata como si te conociera, no pone ninguna distancia en nada. Es alta, ya cercana a lo grandota, con tetas pequeñas, piernas muy largas y cola grande. Lo tiene todo como para que el esfuerzo deportivo la terminen de estilizar, pero alguna pancita y algo de flaccidez en los músculo dan la sensación de que -cada uno arma sus días como puede- no le dedica mucho tiempo a esas actividades. En cuanto a la cara, tiene la base de una chinita linda, pero tiene ese aire que los no fumadores sabemos encontrar en los fumadores: los párpados un poco hinchaditos, los ojos con alguna dureza vítrea, cierta falta de frescura que le suma algunos años a los que realmente tiene. Finalmente, la presencia de unos paquetes de cigarrillos me dieron la idea de que no fue desacertada mi impresión.

En el servicio pone mucha, mucha garra. Se puede decir que lo deja todo. Y además te pregunta, te propone, te pide disculpas; no sólo no te apura sino que hasta no tiene problema en que se pase un poco el tiempo; en el momento en que está con vos, no está ni con el reloj ni con la calculadora (me salió cursi la frase, pero representa bien lo que quise decir). Nadie la puede acusar de ser fría o de tener mañas o de que le da lo mismo cómo lo pasás.

Pero también tiene algo que puede confundirse con el poner garra y que ya entra en cuestiones que a mí personalmente no me gustan por diversos motivos, por parecerme falsas en algunos casos y por parecerme ordinarias en otros, siempre relacionadas con cierta exageración en la performance y siempre con un mismo efecto de bajármela. Por un lado está el fingir -no necesariamente para apurarte, puede ser para que ganes confianza, para acortar distancias, para que te sientas bien, para que la pases bien-, los "sí, dámela", "uh, cómo me gusta", "metémela toda". Esto tiene un efecto contraproducente en mí, porque se nota que es teatro, se nota que no lo está sintiendo, y por lo tanto me termina generando desconfianza, en ella y en mí, al ponerme a pensar que necesita mentirme porque no soy capaz de generarle eso que está diciendo que siente.

Por el otro está la creencia -no solamente suya, sino incluso de muchos en este foro, y creo que fue razón de muchos de los elogios que le hicieron en los relatos que escribieron, y también de muchas porno que se están dedicando a promover tan perjudicialmente estas costumbres poco sexies-, de que un buen oral es un oral violento, que al contacto de algunas de las zonas más sensibles del cuerpo es necesario mezclar toda una parafernalia de movimientos bruscos, ruidos guturales, arcadas, golpes de glande en la campanilla, escupitajos, velocidad. A mí discúlpenme, tal vez soy demasiado sensible, pero para mí un buen oral no tiene nada que ver con un "RAAAUGH, UAAAGH, UUAHHHH, DAAAAAHH [toma aire para respirar y arranca de nuevo:] UAAAH, RAAAAGGH [se limpia con papel y empieza de nuevo], etc, etc. Qué quieren que les diga, a mí me calienta mil veces más un tímido "hmmm", propio de doncellita que finalmente me está reconociendo con culpa que le gusta lo que le tuve que convencer que hiciera. Me calienta mil veces más, antes que todos esos pedidos y promesas y exclamaciones, la carita silenciosa y fruncida de la que lo está disfrutando en silencio porque le da vergüenza disfrutarlo. Me calienta más porque, como debe ser, me deja para mí el comportamiento rudo de bicho lleno de pelos, feo, sátiro de brazos largos, que ve disfrutar a la ninfa a la que tuvo que perseguir, que la ve disfrutar y se lo señala, que la acusa de no haber cedido antes. Y me dirán: bueno, pero acá no estamos hablando de doncellitas, sino de trabajadoras de un lupanar que lo esperan al sátiro ofreciéndole todos sus orificios y todas sus guarangadas; pero ante eso yo les pregunto: ¿no era que las chicas nos vendían una fantasía? Y por último, está lleno, por suerte para mí, de escorts que tienen al menos la apariencia de una actitud recatada, que no son descaradas, que venden claramente que están aquí bastante contra su deseo, simplemente para ganarse la vida, y aún así, podemos vislumbrar en sus caritas, raramente como los fenómenos celestiales que ocurren muy de vez en cuando, que les llegó algo parecido al placer. ¿Nunca los excitó, o hasta los conmovió, un gemidito que se escapó como contra la voluntad de reprimirlo, o una manito que se posaba sobre la de ustedes mientras les hacían el oral? En efecto: hay otras formas de demostrar y provocar el placer que no son esos que se venden para la masa como si a todos nos gustara lo mismo.

Yo la verdad no espero que una escort hable como la Sra. de Ned Flanders, pero estoy lejos de excitarme cuando la chica, ya fuera del acto en sí, ya en una charla de civilidad, habla del "cliente que me la re dio por el orto", o "los pañuelos llenos de caca" que dejó la compañera. Pero no puedo decir nada sobre esto, excepto que todos somos distintos (menciono esto porque creo que algún colega elogió esta cualidad de la srita.). Por eso, en cuestión de gustos, muchos acá estamos como separados por una pared. Otros salen corriendo si la escort no es completa, o si hace el oral con, o si sólo da piquitos. Yo lo acepto de buena gana si viene acompañado de otras cualidades que lo compensan. Yo frecuento a una que me hace el oral con protección (y cobra bastante carito), pero pareciera que lo saborea, va despacio, lo mira, le falta hablarle, y me la pone como un garrote más que otras que creen que están siendo generosas por lanzarse a una maratón de garganta profunda (con la que, por otro lado, físicamente no siento absolutamente nada, porque con esos movimientos gimnásticos a toda velocidad de un extremo del pene al otro, los labios nunca tocan mi pene; de hecho lo tocan mucho menos que la que puso una barrera de látex en el medio). Ésta no me dice "sí, la quiero en el culo"; es, o parece, tímida: sólo se le escapan unos "ay" con la cabecita mirando el techo y después de terminar me dice algo así como "estuvo rico". Sea verdad o mentira, esto me parece, al menos por su economía y su poder de sugerencia, muy superior a lo otro.

En fin, me excedí demasiado con esto. Siempre me digo de cumplir con el mínimo de palabras, hacer algo cortito, y nunca me sale. Por lo pronto, ni recomiendo ni dejo de recomendar a esta chica, porque lo que a mí me expulsa a otros los atrae (como se puede ver en las XP que escribieron, que creo que, al menos en su mayoría, son sinceras). De cualquier manera, la chica tiene muy buena actitud, y entre sus buenas cualidades está la de mostrarse dispuesta, como me lo dijo a mí, a cambiar las formas si es que no me gusta lo que hizo hasta el momento. Tal vez, al final de cuentas, su único defecto es el de ser un poco atolondrada, asustando a algunos con sus "decime que te gusta", como me contó que hizo con otro colega, y perdiendo a otros por primero hacer y después preguntar. Como sea, no estaría mal que se resignara a aceptar su propia personalidad, que le atraería a algunos y echaría a otros, como le ocurre a cualquier otra chica, y como le ocurre a cualquier persona que se dedique a la actividad que sea.

Saludos,

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