Escort Mili - Microcentro - Cuando la pólvora se humedece...

En las relaciones entre humanos, frecuentemente se habla de la química, como si alguna clase de onda, fluido o vapor pudiera interconectarse para provocar una reacción que modifica los elementos que intervienen…
Me habían interesado las fotos publicadas por Mili y los relatos que destacaban su servicio. El contacto fue rápido y fluído y combinamos un horario para conocerla.
No recuerdo haber visto la calle donde la señorita atiende desde la perspectiva de la plaza frente al Teatro Colón y me resultó muy llamativa, la arquitectura y la disposición de los negocios. Como si pareciera un pasaje, que contrasta con la 9 de Julio. En fin, la puerta de abajo estaba abierta así que Mili me dice que suba directamente. Un edificio antiguo, al parecer con oficinas devenidas en lugares de vivienda permanente o transitoria… No lo sé…
El departamento en el que brinda sus servicios me pareció un poco lúgubre, el baño es bastante chico, un inodoro, un lavatorio sin agua caliente y una ducha eléctrica en el medio, que requeriría de ciertas habilidades para poder tomar una ducha…
Mili, efectivamente, es una mujer alta. Es bonita, flaca, piernas largas, tetas chicas pero armónicas con su físico y una cola grande que no desentona con el resto de su físico. Un físico donde colabora más la genética que al entrenamiento.
Luego de la higiene acostumbrada, empezamos a besarnos, si bien besa bien no es una mujer que te coma a besos. Es muy hábil en el oral, lo sentí muy placentero. Hicimos algunas poses, la cama me resultó un poco chica, por momentos me enredaba en sus largas piernas. Finalmente, se puso en cuatro y con la visión de su linda cola, acabé en el forro. Mientras transcurría el encuentro, tenía la percepción que algo faltaba, no aparecía la chispa suficiente para que se encienda el fuego, con las limitaciones propias de un relación mediada por una transacción económica. En estas situaciones, solemos caer en algo que nos han transmitido, que alguien es responsable de que las cosas no funcionen. O es la escort en su desempeño o es el cliente que no está a la altura de la situación… Creo que esta polaridad no lo explica, tanto en las relaciones del mundo real, como en este mundo dominado por la imaginación y la fantasía. Hay cosas que simplemente ocurren… De ahí la referencia a la química y a la pólvora cuando se humedece… La pólvora no arde… Sentí que en este encuentro, el fuego no se encendió.
Esta es una visión estrictamente personal. No la pasé mal. Fue una experiencia que me enseño algo de mí también. Mili tiene un servicio, a mi parecer, correcto.
Salí de su departamento, de vuelta al mundo real, con un sentimiento neutro…

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