Escort Mel - Congreso - Big Butt Bigger Heart bairesgirls

Reseña auto-conmemorativa.

Casi sin saberlo, ayer fue el Día del Hombre (?). Y bueno colegas, había que celebrarlo inconscientemente y a lo grande, creí yo. En racha, afilado y con el instinto perenne apunté mi deseo a Mel BG. Escort solicitada y suculenta, por demás. Arreglé con antelación el día y la hora (miércoles) en un santiamén. Y para mi sorpresa, empiezo a verle los estados de WhatsApp; la señorita me había agendado. Siendo el día de dicho encuentro, me dirijo hacia las luces de la Gran Ciudad en el SIEMPRE conflictivo Tren Sarmiento. Mirando sus estados, aparece su magnánimo culo. El flaco que tenía al lado mío ni disimuló en mirarme el celu y acreditar lo que estaba apreciando en la pantalla. Yo por dentro decía: "Seeee papá, TODO eso voy a deglutir en minutos nomás. ¡Lloralo!". Mis nervios crispaban, la ansiedad me consumía; mientras tanto le iba comentando todos los estados que iba subiendo con chistes pueriles. La confianza se fortalecía. Llego a destino, pispéo a ese edificio sobre la calle Bartolomé Mitre y lo recuerdo con recelo; ahí tuve una de mis peores XP de mi vida. En fin, sabía que iba por la revancha. Me pasa en punto piso y habitación. Al ingresar, el encargado me pide escanear el DNI y otro me indica a qué ascensor debo subir. Macanudos, diría yo. Llego a su puerta, toco timbre, silencio. Habré tocado bien? Será acá?? Esos eternos segundos se esclarecieron cuando Mel, descalza y con un vestido negro pegado a su cuerpo, me recibió a pura sonrisa. Como siempre, me estaba re meando. Aprovecho la ocasión y le doy un repaso a la pichula (el baño OK, algo desordenado pero tenía todo lo necesario; la toalla que me dio también estaba regia). Ella es lo más casual, extrovertida. Sus gestos de confianza enamoran y su figura más aún. Me empeloto en un relámpago, ella hace lo propio. Acá debo ilustrar lo acontecido, quizá no tanto con detalles, sino más bien con expresiones.

En ningún momento de nuestro tórrido encuentro dejamos de hablar. "Garchando se entiende la gente", añadí y ella suscribió. Es besadora intuitiva, se amolda a los caprichos y sugerencias. Su sexo enseñaba algunos incipientes vellos, no me molestaron. Me dijo que tiene sesión con la depiladora la semana que viene y que también es causa de sus hormonas. Yo asentía con la cabeza entre sus piernas mientras me perdía con locura en su lubricada vagina. Le comento que es riquísima: "ah sí? y qué gusto sería?". No sé, pero te la encargo para llevármela a casa jajaja. Sin prisa pero con cierta pausa, iniciamos un cúmulo de poses aleatorias. Yo no paré de elogiarle su piel y figura, ella hizo lo propio; le creí. La química, pocas veces recíproca y tan injustamente efímera, fluía con naturalidad. Dos signos de fuego entrelazados, midiéndose por primera vez, pero que con amor y absurdidad, pronosticarían ambos un inminente reencuentro.

Miro su TV, que de fondo lanzaba imágenes indistintas, y su reloj indicaban 12 minutos para que se haga la hora. Retiro mi preservativo, ella me pregunta si quiero placer oral y le digo "hacé lo que quieras". Su método, al igual que su desempeño en la cama, no desentonó y desplegó un registro de factura Premier League. Acabo profusamente y quedo lívido en su cama. Escupe en un servilleta, me limpia cuidadosamente y aclara que tengo 3 minutos para pasar al baño para ducharme. "Ni a palos, me voy con el mejor sabor en boca". Nos reímos en contubernio. Se viste y continuamos dialogando como casi todo el encuentro. Me acompaña hasta la puerta, comentarios coloridos, me devora la boca, ¡no me deja hablar!. No quería irme, me sigue besando. Chocamos manos como dos amigarches. Ella se autodefinió como "una turra de barrio", y yo igual. Festejamos, hay un acuerdo tácito.

Me retiro con el celu en la mano, dejo pasar como tres ascensores. Le escribo y le agradezco por haber transitado tan grato momento (nunca lo hago, pero no sé porqué todo mi ser necesitaba manifestárselo). Me likeó el comentario. Mueca de satisfacción de mi parte. He cumplido y seguiré cumpliendo. Hasta todos los momentos.

PD: Mel, si me estás leyendo, te lo advertí... no te enamores de mí :P

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