Escort May - Microcentro bairesgirls

Buenas:


Voy a contarles mi experiencia con May. Trataré de ser lo más especifico posible porque creo que es una experiencia que merece ser contada. Tengan en cuenta que esto es lo que yo sentí, con lo cual, lo que viví es una experiencia subjetiva y no siempre se repite con otras personas. Pido disculpas de antemano si me extiendo mucho, pero quiero transmitir mí relato lo más detallado posible para que sepan lo que viví y que mí experiencia pueda servir a otro forista que está buscando algo similar.


Estaba buscando una chica que no tenga inconvenientes de practicar sexo anal durante la hora, que no ponga como condiciones que entrega la cola por un rato o solo para acabar allí. Quería tener una sesión de sexo anal sin que se quejen del tamaño ni del tiempo que la estoy orteando.


Luego de la búsqueda, me encontré con el perfil de May. Le hice las consultas sobre si no tenía inconvenientes con el tamaño y si no tiene inconvenientes de hacerlo durante la hora y de forma continua solo por la cola. Me dijo que no había problemas y cerré para encontrarme en su departamento.


Cuando estoy en el lugar, le aviso que estoy abajo y viene a buscarme. Ella es una morocha alta, de 1,75 m., pelo negro, flequillo rollinga, entre 35 y 40 años, tetas chicas, flaca y linda cola. Tiene muy buena onda, le gusta hablar y tomar la iniciativa de la situación. Para mí, que soy una persona criada en los barrios porteños, es la piba rokera de barrio que tenes que garchar antes de morir. Es algo que no puede falta en una lista de gustos por darse.


Volviendo a nuestro tema, fuimos conversando por el pasillo y el ascensor de cosas cotidianas hasta llegar a su departamento. Una vez adentro, le pago, paso al baño (que tiene todo lo necesario) y me limpio un poco al amigo porque ya venía bañado de mí casa.


Cuando salgo, se me abalanza y me empieza a besar. Lentamente, empiezo a tomar el control de la situación y la doy vuelta para apoyarle mi pija en su culo mientras cruzo mis brazos por su cintura y sus pechitos. Mientras bailamos pegados, mí pija se puso al palo con su culo y ella me dice que ya se estaba calentando, imaginando con lo que iba a pasar, que quería que se la ponga ya. No había pasado ni 2 minutos y ya habíamos entrado en calor.


La guíe hasta la cama y la acosté. Comencé a bajar por su cuerpo, besando desde su boca, hacia los pechos que, no por chicos dejaban de ser hermosos. Sus pezones estaban duros y erectos, de tamaño pequeño y apenas un poco más oscuros que su piel. Recién en ese momento reparé en su piel. Por lo que leí de ella, muchos hablaban de la apariencia, olvidando un detalle tan importante como es la piel femenina. May, a pesar de sus tatuajes, tiene la piel como porcelana, tan suave y lisa, que me excitó tanto como sus curvas, las que de por sí eran delgadas y hermosas para mí.
Besé su ombligo y su pubis, el cual estaba totalmente depilado. Me concentré en su concha, besando sus labios vaginales, metía mí lengua en su canal y clítoris, al mismo tiempo que, ya con un dedo de la mano derecha jugaba, haciendo círculos, en la puerta de su culo. Mientras tanto, escuchaba que su respiración subía al ritmo de sus jadeos. Sabía que su placer estaba en el orificio anal y no en la concha, pero no podía perder la oportunidad de mojar mis labios en tan hermosa concha rollinga.


Seguí así un rato, ella se retorcía, agarraba las sábanas y gemía cada vez más fuerte. Luego de ofrecerle placer oral e introducir mi dedo su colita, me pidió que me acostara y me empezó a besar en la boca, en la cara… tomó mi pija y la besaba con lujuria.


Puedo decir que es una experta mamadora. Primero me lamió la pija de arriba a abajo, dejándola toda mojada en su saliva, luego apoyó ambas manos abiertas sobre mi pubis, rodeando el tronco y jalando hacia abajo el prepucio y dejó la cabeza de mi verga totalmente descubierta. A partir de allí, comenzó a bajar con su boca y a salir lentamente, casi diría, deliberadamente lento. Cada vez que se la metía, llegaba más abajo y sus labios apenas me rozaban, haciéndome delirar. Finalmente, logró tragarse toda mi pija, yo no podía creerlo, además de una mujer "anal" May también era una "garganta profunda". La flaca había resultado ser un diamante bruto.


Luego de varios minutos, salí de esa posición, acosté a May boca abajo y coloqué una almohada debajo de su vientre, de tal forma que quedó con el culo bien abierto y levantado. Me iba a dedicar a preparar el terreno para el sexo anal y al mismo tiempo me calmaba un poco después de su terrible mamada, pues de lo contrario, iba a terminar teniendo una rápida eyaculación.... y eso era precisamente lo último que deseaba.


Procedí a introducir lentamente un dedo, mojado en sus propios jugos, mezcla de mi saliva y su flujo, que ya chorreaban por sus labios vaginales. Mi dedo mayor fue aceptado rápidamente y enseguida lo tenía todo adentro, mientras yo lo giraba como un tornillo. May gemía, suspiraba y ella misma se abría las nalgas con sus manos para facilitar mi trabajo. Tomé el pote de vaselina, le pasé una abundante cantidad en el esfínter y con el dedo le metí vaselina dentro de su culo. Mi dedo entraba y salía con gran facilidad y sin ninguna resistencia. De un dedo pasé a dos y luego de un buen rato a tres, haciendo esto con sumo cuidado. Cuando comencé a meterle tres dedos en el culo, la flaca gemía fuertemente, levantaba su culo, se abría más las nalgas con las manos y me apretaba los dedos con su anillo anal, haciendo un movimiento espasmódico de apretar y aflojar...obviamente estaba muy excitada y ya en el punto ideal para que yo comenzara a meterle mi pija.


Me puse el forro y puse vaselina en toda la pija, desde la cabeza hasta el tronco, y volví a ponerle vaselina el culo. La idea, a pesar de la experiencia que tenía la señorita, era entrar muy profundamente sin lastimar y prolongar la cogida todo el tiempo posible. La dejé a ella en esa posición, acostada boca abajo, con una almohada debajo de su vientre y ella abrió bien sus piernas hacia los costados, de modo que la apertura de sus nalgas fuera completa y su esfínter quedara totalmente expuesto. Estiró los brazos hacia adelante, tomándose del borde de la cama, de forma tal que, vista de arriba parecía una enorme letra “X”. Más sensual y erótica su pose no podía ser, mi pija se había puesto nuevamente muy dura y parada y casi palpitaba por enterrarse en ese culo.


Me puse sobre ella, apoyé la cabeza de mi pija en el agujero del culo y empujé suavemente. Me sentía un privilegiado al poder ingresar en ese orto rollinga que tuvo mil batallas. Con toda la vaselina que ambos teníamos puesta y todo el trabajo anterior con mis dedos, la cabeza entró fácilmente, ya que su esfínter se había dilatado muy bien. Sabía de antemano que disfrutaba enormemente de ello y habiendo visto lo maravillosamente fácil que recibió mis tres dedos en su culo... quise ser suave, pero no exageradamente delicado para disfrutar del momento. Sabía que lo había hecho infinidad de veces por el orto, pero quería que esta sea realmente placentera. Yo quería sentir lo que era hacerle el orto a una rollinga de verdad.


Comencé a empujar mi pija dentro de su culo, lo hice lentamente, pero sin detenerme, avancé en su interior centímetro a centímetro, mientras May daba un largo e interminable gemido.


Cuando llegué exactamente a la parte de la mitad de mi pija, que es donde se pone más gruesa, May, me dijo "hijo de p..., me estás partiendo el culo" casi gritando. Pero su rostro no era de dolor, sino de una bestia hambrienta de pija que me miraba con los ojos desorbitados, enrojecidos y al decir esto dio un empujón final hacia atrás y arriba. Dio un grito que debe haber sido mezcla de dolor y placer, porque mientras gritaba roncamente, empujaba más y terminaba de meterse hasta la última parte de mí pija dentro de su culo. Sentía que mí fantasía se estaba cumpliendo… le estaba rompiendo el culo a una rollinga y ella lo estaba disfrutando.


Yo estaba encima de ella, tan metido entre sus nalgas como nuestras anatomías lo permitían y no me movía. Solamente empujaba hacia adentro, como queriendo estaquearla, dejarla clavada contra el colchón. Tire de su cabello para levantar su cabeza, acerqué mi cara a la de ella y le dije al oído, como quien dice un secreto “¿Así querías que te cogiera?” Su largo sí y el movimiento pendular que imprimió a sus caderas bastaron por respuesta. A partir de ese momento comencé a sacarla largamente, dejando casi la cabeza de la verga afuera de su culo, para meterla hasta el tronco nuevamente. Repetía este movimiento de manera lenta y deliberada, de la misma manera lenta y deliberada. Sentía esta vez no en mis dedos, sino en mi pija, los movimientos espasmódicos de cerrar y abrir el esfínter. Cuando la metía hasta el fondo se abría y cuando comenzaba a sacarla lo cerraba, apretándome como una mano.


Cambiamos de poses, le besaba la nuca y le decía obscenidades al oído, obteniendo de ella más calentura. Sus movimientos eran increíbles, manejaba sus caderas de manera magistral; rotaba la cintura y a su vez empujaba hacia atrás y arriba, May estaba evidenciando que era, no sólo una mujer anal, sino una adicta fanática a ser penetrada por el culo.


Los movimientos se hicieron más rápidos y cortos, el mete saca ya parecía una máquina, me decía "así, así, así" y entonces cambió sus gemidos y gritos por un sonoro, grave e interminable grito, mientras clavaba sus uñas en la cama y arqueaba totalmente su espalda, como si por caso hubiera quedado algún milímetro de mi pija que no hubiera entrado totalmente en su culo, apretando mi pija como si fuera una mano.

Seguía concentrado, gozando en sodomizar a esta rollinga, haciéndole la cola largamente durante más de media hora continua. Ya, estando en cuatro, la tomé de un brazo y del cabello, aumenté el ritmo de la penetración, empujando todo lo que pudiera para golpear fuerte mi pelvis contra su cola. Sus gritos de placer se hicieron más fuerte que la música de fondo y al mismo tiempo me demandaba que siga dándolo más duro. Ambos estábamos entregados a esa cogida que se había vuelto brutal, animal y salvaje. Luego de unos minutos de coger con altísima intensad, terminé acabando entre gritos, sintiendo ella que mi semen salía en gran cantidad de chorros dentro de su culo a pesar de que yo tenía el preservativo.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, hasta que terminamos de relajarnos. Ambos terminamos exhaustos, traspirados por la intensidad que le pusimos al encuentro. Yo seguía encima de ella y sentía cómo lentamente mi pija se iba ablandando. Cuando la saqué, me quedé extasiado mirando ese esfínter, ahora todo enrojecido, abierto como una enorme boca oscura y que cada tanto hacía un movimiento de espasmo, se cerraba y abría.


Nos quedamos acostados un rato y conversando e intercambiamos sensaciones sobre lo que sentimos durante el encuentro.


Puedo decir que May cumplió ampliamente mis expectativas. Cumplí mi fantasía de estar con una rollinga, una mujer avasallante, pero que supo entregarse a su compañero y dejó que este lleve las riendas, dándome una chupada de pija completa y entregándome su culo que me absorbió, me succionó y se llevó hasta la última gota.


Desde ya, vuelvo a pedir disculpas por lo extenso que hice mí relato, pero como esta es una experiencia diferente, creo que merece ser contada de forma detalla por si alguien está buscando tener una experiencia similar.


Saludos

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