Escort Lola MP - Peregrinación pecadora de Semana Santa (día 2)

Viernes Santo, arreglé muy fácil con Lola. Ya había estado un par de veces con ella. Como todos, había llegado a ella por las fotos de su imponente culo, y por estas mismas fotos es que suelo reincidir. Cada vez que veo su publicación o un relato de ella en este foro, me lamento de no encontrarme en ese mismo momento con ella.

El lugar es uno de esos edificios feúchos de Microcentro, barrio de oficinas viejas, negocios cutre, actividades éticamente dudosas, hábitat de mercachifles y burócratas, transfugueadas de todo tipo. Zona del lobby, ascensores y espacios comunes un poco laberíntico. El encargado parece estar ahí desde que se hizo el edificio, es parte de la construcción, una especie de tótem de seguridad pero orgánico (suponemos); puede ser que te mire o puede que no, pero invariablemente no jode. El depto de Lola sí es muy lindo, parece un depto de señora de Recoleta, muy amplio con piso de parquet. La decoración del living, si es que la hay, creo que es medio antigua: la verdad es que te recibe Lola ya en bombachita y es difícil seguirla a la habitación sin mirar otra cosa que no sea su impactante culazo. Es muy chiquitita, parece no llegar al metro y medio; incluso para lo que no somos muy altos, da la sensación de que desde arriba, ella descalza, nos queda un poco lejos; pero en la mitad del cuerpito tiene ese durazno enorme, como una bola gigante partida al medio, que es una locura, encima (debilidad mía) con tan lines, las marcas de su afición a tomar sol (escribo y empiezo a salivar).

Invitación al baño, oferta de toallita de rigor, ambos muy higiénicos. Al volver al dormitorio, está Lola acostada boca arriba, tal vez mirando el celu, pero no distraída de nosotros, sino bien atenta a nosotros, sólo que un poco fingiendo que está en otra, como con una intención de no apurarnos o de no ponernos presión en nada. Así boca arriba, es como que extrañamos un poco la visión de su culo, pero ella es muy bonita, con carita muy linda de buena mina, pero al mismo tiempo de pícara y degenerada, que te mira un poco de costado como con pudor y también midiéndote a ver qué tan degenerado sos vos. Acerca la cara para dar unos piquitos; ignoro si da besos más atrevidos si uno los busca (hay relatos acá donde se dice que al parecer sí), yo no suelo buscarlos. Tiene una disposición de ir viendo hacia dónde la llevas que puede ser que tenga algo de timidez.

Oral muy bueno, propio de mina que se toma su tiempo en hacerlo porque lo disfruta: es una escort, tal vez no lo está disfrutando precisamente con nosotros, pero su actitud parece la de una mina a la que le gusta: recorre el tronco, mueve la cabeza en toda su distancia, visita las bolas, busca variantes. En cuatro es obviamente una locura: ese culo boca arriba, dispuesto a ser invadido, adquiriendo toda su forma de mayor esponjosidad para que podamos rebotar, los dos cachetes enormes ofreciéndonos generosamente de dónde sujetarnos, es motivo de felicidad, todo lo que vamos a buscar con una chica. El único problema que yo tengo con Lola es que, al ser ella muy chiquita, de piernas muy cortas, me queda muy abajo y me veo obligado durante la acción a buscar la altura que más conviene a mi pene y a mis movimientos. Llevándola a ella de rodillas sobre el encabezado de la cama, agarrándose ella del marco de la ventana, voy perfecto, logrando conjunción inmejorable de comodidad, practicidad y visión.

Detalle que olvidaba mencionar pero que la hace ganar mil puntos es que pone buena música, pop, rock, nada de ese veneno acústico que predomina hoy, como reggaetón, trap, rap y demás engendros que suelen oficiar de banda sonora de nuestros encuentros en cubiles felinos. Para que sea perfecta, sólo le sacaría algunos tatuajes, o todos (soy un poco sensible a su presencia en una mujer), pero no es algo que empañe sus demás cualidades. Tiene otro trabajo (seguramente otros foristas que fueron con ella ya saben cuál es, pero no lo menciono por las dudas, por si se entiende que es violar alguna privacidad de la chica), por lo que su horario de atención es reducido. Lamentablemente para uno, parece estar muy solicitada y tener varios turnos ocupados en la jornada, lo que no sólo limita el tiempo disponible sino que nos hace saber con certeza que vamos después de que acaba de estar con otro (se sabe que es así, pero, mientras no tengamos la certeza, podemos imaginar que a lo mejor justo ese día no). Un pequeño punto en contra es que, no es que te apura, porque de hecho me pasé unos minutos y no me dijo nada, pero pone una alarma 10 minutos antes de la hora, lo cual, al sonar en medio de la acción, puede desconcentrarte o darte la idea contraproducente de que te tenés que apurar porque te quedás sin tiempo (uno, sin saber, puede pensar incluso que está sonando porque ya se pasó la hora).

Así se fue mi segundo día de tres de tour gatuno de Semana Santa. Estos día coordino una reincidencia con Lola.

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