Abro al cierre. Parte II. Con Luciana Love - FOTOCULOS POST GARCHE

Días previos a navidad y la búsqueda de regalos me lleva a Caballito.
Calor infernal y locura de gente en las veredas.
La angustia y el vacío invaden de a poco mí alma y me acuerdo que cerca de Parque Centenario se mudó Luciana Love, con la que estuve varias veces en Maipú.
Le escribo yendo por las veredas saturadas y arreglo para 10 minutos después.
Me confirma la dirección y caigo en la cuenta de que... ya no está en ese barrio si no que volvió al Microcentro. Jajaja

Le aviso que voy al centro de todos modos. Subte, más gente y llego. Está abierto y subo. Golpeo la puerta y espero hasta que la chica que maneja el celu le indique que soy yo. Me deja pasar un poco desconcertada. Algún episodio previo con un violento la tiene alerta. Está con una compañera, con la charla me entero que es con quién compartía el lugar anterior.

Se ingresa a un living con una cama donde se tira su amiga mientras hablamos y me cuentan porque se tuvieron que ir. Llevé unas latas de cervezas variadas para probar y chocolates.
Me siento a la mesa y charlamos mientras tomamos algo y nos ponemos al día.

- Hace mucho que no venías.
- Pero si te mudaste
- Blablabla
- Blabla Querés ir a la pieza?

Ella está en ropa interior y se pone como un camisolín negro transparente.

El lugar, la situación y la onda tiene algo de lupanar de los 80's. O lo que yo imagino que sería. Me gusta. En la pieza me desnudo y me acuesto. Hay una ventana abierta y grande que da al hueco del edificio, y por la que entra la luz del sol, apenas filtrada por una cortina de tela. Hay espejos en la pared y en la puerta, que insiste en no permanecer cerrada.

Me acuesto y me la chupa como suele hacerlo. Se golpea la lengua, la escupe, me mira y se sonríe, como si pensara o supiera algo que yo no.

- Queeé???!!!!
- Nada!

Yo estoy un poco borracho, debo reconocer.

Se me sube y me cabalga y después en cuatro. Le agarro despacio el pelo teñido de rojo y mojado de la ducha. De a poco la empujó hasta quedar acostado sobre ella, que junta las piernas, y le doy con ganas desde arriba. Se mira en un espejo y yo en el otro. La empujo hasta que sus brazos y cabeza sobresalen del colchón.

Le pido patitas al hombro, me pide una almohada y se la pone bajo el culo. Un rato así y le pido la cola, así como estamos.
Probamos pero la tengo gomosa del alcohol, toda mí sensibilidad física se ha adormecido y solo una parte de mí cerebro se ha aislado y registra la situación y coordina con módica eficacia mí accionar y mi interacción social. La piloteo, bah.

Le digo ir en cuatro por atrás, y ella me pide que sea solo para acabar. Le digo que ya sabe que no manejo eso, pero que si le molesta paramos.

Empujo y entra medio dormida, y al ratito de caderear siento que se endurece y pide pista. Pero ella también lo siente y al minuto me pide parar.
No hay problema. Cambiamos de forro y volvemos por adelante.
Acá volvemos en cuatro y algo de pete violento y otra vez en cuatro en un plafplafplaf! descontrolado, hasta que ya no doy más y me retiro sin acabar, besándole la espalda.

- Me la dejaste ardiendo. Se ríe.
- Perdón. Pongo cara de póker.

Me ducho y otra vez en la pieza hablamos de viejas conocidas en común, sus amigas, el trabajo, etc.

Aunque casi no hice uso pago xxxx el completo. Convencional es xxxx.

Adiós, abajo, birra y paseo.

PD: Tengo fotos trankis de su culo. Pídanlas por acá, vacíen sus casillas e hisopense.

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