¿El mensaje rompe las reglas?
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[XP] Escort Barby BG - Congreso - hay videos bairesgirls
Ayer, 20:16
Vi en sus Estados que ahora iba a entregar la colita, así que le escribí para visitarla, coordinación fácil y rápida, llegué al edificio, me da permiso para subir, me registran el DNI en recepción y subo al depto de Barby.
La puerta se abrió y me encontré con una fantasía hecha carne: me esperaba pien peinada con dos colitas ataviada con un sugerente traje de colegiala. La inocencia de los cuadros de su falda y su corbata contrastaban deliciosamente con la picardía de su lencería blanca, mientras que el brillo metálico de sus brackets le otorgaba un aire de juventud que hacía la escena aún más tentadora, mi deseo de ella aumentaba cada segundo.
Tras una ducha breve y un vaso de agua cortesía de sus manos, la conversación fluyó suavemente, un preámbulo necesario para reconectar, nos pusimos al día, chusmeamos un rato. Pronto, las palabras sobraron. Nos fundimos en besos profundos, duelos de lenguas que encendieron la mecha. Mis labios recorrieron sus senos y descendí, rindiendo tributo a su conchita con mi boca.
Le pedí que se recostara. Me acomodé sobre su pecho, deslizando mi pija entre la suavidad de sus enormes senos; ella los presionó, creando un valle cálido y estrecho que me envolvió realizándome una paja rusa exquisita. Luego, la invité a cambiar de posición, exponiendo esa curva posterior, esa fruta prohibida que estaba ansioso por devorar. Dediqué mi lengua a su puerta trasera, preparándolo con paciencia y humedad, dilatándola para lo que se avecinaba.
Volví a recostarme para recibir su calidez bucal una vez más, ahora ella tomó el control sobre mí, ya me conoce, me chupó la pija y bajó lentamente a través mi escroto se detuvo unos segundos para chuparme los huevos hasta mi zona más íntima para profanarla, me abrió las piernas y con su lengua experta me lamió mi intimidad trasera a tal punto que me hizo arquear la pelvis, ella sonriente me miraba los gestos de placer que me provocaba.
Luego ella sentada sobre mí, no dejó de besarme ni un instante mientras frotaba su cuerpo contra el mío, nos frotamos nuestros órganos unos minutos con una fricción eléctrica que nos preparó para lo inevitable. Con la protección puesta y el gel lubricante suavizando el camino, volví a ocuparme de su retaguardia. Fue una invasión paulatina y cuidadosa: un dedo, luego dos, sumando hasta cuatro, sintiendo cómo su cuerpo cedía y se dilataba, invitándome a entrar.
Finalmente, la poseí. La penetré desde atrás al borde del lecho, marcando un ritmo que se fué tornando profundo. Luego, me acosté y ella tomó el control, cabalgándome de frente con mi miembro dentro de su cola, con mi deseo anclado en su interior más íntimo; su movimiento era hipnótico, una danza perfecta. Probamos la inversión, dándome una vista magnífica de su espalda arqueada dónde pude ver en primer plano mi virilidad entrando y saliendo por su retaguardia, para luego arrodillarme y tomarla nuevamente desde atrás en cuatro sobre la cama.
Buscando mayor intimidad, le pedí que se recostara boca abajo. Me senté sobre sus caderas, introduciéndome en ella por su ano mientras la sujetaba con firmeza del cuello, sin que nuestras lenguas dejaran de buscarse. El tiempo se detuvo en ese vaivén, hasta que el sonido de la alarma nos trajo de vuelta, anunciando el final del hechizo. Me quedaban 10 minutos, la urgencia se apoderó del momento, le dí con rapidez disfrutando su cola unos últimos minutos. Me puse de pie me quité el preservativo y ella, sumisa y entregada, me recibió en sus labios. Con la ayuda de sus manos y su boca profesional, me llevó al límite hasta que mi esencia se derramó por completo en su interior. En un gesto de erotismo final, abrió sus labios para mostrarme la evidencia de mi clímax en su lengua antes de retirarse.
Tras el aseo, otro vaso con agua de cortesía y un último momento de calma compartida con palabras, le entregué su regalito y me marché.
Tengo vídeos que compartiré con usuarios participativos con muchas experiencias y/o que compartan material.
Reflexión final:
Barby es una musa con una actitud inigualable; tras tres encuentros, puedo decir que es una de las señoritas con mejor actitud y trato que conozco, con una atención excelente, confirmo que su servicio es un arte que justifica cada gesto.
Fue una oda a su parte más íntima, todo el encuentro fue enfocado solo en su cola. Hubo instantes en los que retiraba mi miembro solo para admirar el gaping, la huella de mi paso, ese espacio abierto que delataba mi presencia, verla abrirse la cola ante mí con sus propias manos fue un espectáculo visual y sensitivo, les recomiendo encarecidamente probarlo.
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