Escort Vicky - Me encantó bairesgirls

Luego de unos días con inquietudes porque venía sumando dos o tres malos desempeños míos, me fui a conocer a Vicky, a quien le tenía todas las ganas por las fotos de su culazo redondo. Acumulé ganas, en parte obligado porque mi cabecera me falló en un par de oportunidades, y me fui bien cargado.

Comunicación fácil, excusa en la oficina y caminata hasta la embajada. Cuando me recibió, imaginé un encuentro con poca onda, ya que me saludó un poco seca y en seguida me dio la espalda para ir hacia la cama. Me equivoqué: es muy simpática, sólo que un poco suave en su trato y su tono para hablar.

También me equivoqué al esperar que fuera, por su nacionalidad paraguaya y por lo que me parecía en las fotos, un morochón: es más bien onda rusita. Linda, con una buena boca, y unas tetas medianas y rositas con una forma hermosa. Párrafo aparte para el culazo, de los que me gustan a mí: grande, redondo, amasable, moldeable, azotable, de los que al llegar y verla de espaldas te hacen frotarte las manos, morderte los labios y festejar con un puñito. Dato que para mí suma mucho: no tiene tatuajes. Tal vez tiene uno que se me escapó, pero no está llena de grafitis.

Arrancó con un oral diabólico, usando un repertorio completo de habilidades, miradas, humedad y gemidos, como si realmente le gustara. Mientras tanto le cacheteaba la cola y le tanteaba los orificios. En seguida pasamos directamente a coger en cuatro. Una locura la visión y el sostenerse de ese baúl. Encima gira la cabeza y te mira como diciendo “ay, me estás cogiendo, pero me gusta”. Una locura. No pude durar mucho así, en 10 minutos me vine (igual con las escorts no hago el esfuerzo de regular para durar más para quedar bien con ella, para que ella también disfrute, como si estuviera con una novia: pienso sólo en disfrutar yo).

Salí feliz. Previa adquisición de almuerzo por ahí cerca, me fui por el escenario postapocalíptico del Microcentro con una sonrisa en la cara, como si anduviera por la playa.

Tal vez no es recomendable para el que no le gustan tranquilas (sin embargo, aunque es tranquila, a la hora del ritual entra en posesión). A mí me encantó. Encontré una a la que quiero frecuentar, de la que tengo la idea que no me voy a cansar. En breve vuelvo.

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