Escort Andreita - Microcentro, una buena milf bairesgirls

El miercoles pasado tenía unas horitas libres y muchas ganas de darme un gustito, así que me puse a ver quién andaba disponible. Había leído un par de cosas muy buenas sobre Andreíta, y siempre me llamaron la atención las maduritas con experiencia, así que no dudé. Le escribí, me respondió rápido y coordinamos para la tarde.

La dirección queda en Marcelo T. de Alvear al 900. Zona tranquila, y justo encontré lugar para estacionar cerca. Me abre ella misma, vestida con unos jeans negros ajustados y una campera liviana. Chiquita de cuerpo, pero muy bien armada. La cara es linda, mirada pícara, y tiene esa energía que te atrapa desde que la ves.

Pasamos al depto, que me sorprendió por lo amplio y bien cuidado. Cama grande, espejo gigante a un costado (detalle que siempre suma), sillón cómodo, luces bajas… buena ambientación. Me da una toalla, paso al baño (bastante limpio, se agradece) y cuando salgo ella ya estaba en lenceria esperándome, me acerco y empezamos a besarnos. Besa bien, con lengua, sin miedo, y con una calidez que desarma. Me empieza a acariciar el pecho, me ofrece las tetas y me dice “dale, tranquilo, que hay tiempo”. Eso ya me bajó un cambio de ansiedad y subió mil el morbo. Tenía unas tetas soñadas, duritas, y una cola que no se podía creer.
Pasamos a la cama, y ahí ya no hubo vuelta atrás. La empecé a besar por todos lados, me dejaba hacer de todo con una sonrisa en la cara. Después se me subió y me empezó a chupar el bicho como una reina. Tambien salio un 69 que estuvo 10/10, unas de mis poses favoritas jeje.
El oral fue excelente: saliva justa, contacto visual, nada mecánico. Se notaba que disfruta.

Cuando ya no daba más, me puso el forro y se me subió. La cabalgata fue lenta al principio, mirándome fijo, tocándome el pecho, después se soltó y empezó a rebotar como loca. Cambiamos a misionero, y ahí se me vino encima a besarme con fuerza, agarrándome la nuca. Terminamos en cuatro, con esa colita durita rebotando mientras gemía bajito. Una sinfonía.

El polvo duró bastante, y cuando acabé fue con todo. Ella se quedó abrazándome un rato, le acarició el pelo, y charlamos un poco. Re copada, cero apurada. Me ofreció otra ducha, nos reímos de unas boludeces, y me fui feliz, como si hubiera estado con alguien de confianza.

Hasta aca la experiencia de Andreita, Un saludo!!

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