Cande - Curvas voluptuosas y muy buena onda

“Pasad, pasad mujeres voluptuosas,
con danza y algazara en confusión;
pasad como visiones vaporosas
sin conmover ni herir mi corazón.”

Tal vez este fragmento de la poesía de Espronceda describa con exactitud el objetivo de mi búsqueda. Alejarme de experiencias dónde involucré demasiado los sentimientos y dejar que el péndulo haga su recorrido hacia el lado opuesto. Atractivo físico, curvas dónde ahogarme y sexo desprovisto de cuestiones emocionales.

Cande me pareció una buena opción para esta búsqueda. No hace mucho que publica pero las experiencias escritas parecían indicar que era una alternativa más que válida. Respondió rápido el WhatsApp, me pasó la info de su servicio y rápidamente combinamos para vernos ese día. Es de utilizar más el audio que la escritura, inclusive para las frases cortas o para las respuestas de “si” o “no”. Tiene una voz interesante y modulada que despierta todo tipo de fantasías. Departamento ubicado en Paraguay al xxxx. Edificio discreto, de cierta categoría, abren desde arriba y no existe ningún requisito para el ingreso. Al llegar al departamento toco timbre, sonido de tacos y al abrirse la puerta aparece el exuberante cuerpo de Cande.

Mina grandota, con curvas, imponente. La cantidad de tatuajes hacen resaltar todavía más sus atributos. Si bien mi estilo ronda más por las modelitos de cuerpos más sutiles, el físico de Cande me encantó. La lujuria invadió mi cuerpo con sólo verla. Las fotos de la página son bastante fieles, no hay mucho retoque. Me recibió en ropa interior y con las botas multicolor de la publicación. Es simpática. Su sonrisa radiante y su carácter abierto te hacen sentir cómodo desde el primer instante. Llamativa tanto por delante, como por detrás, su cuerpo lleva los signos de los agregados estéticos, inclusive algún toquecito en el rostro. Difícil calcularle la edad. Ver el meneo de esa cola caminando delante tuyo mientras te lleva a la habitación, eleva los niveles de testosterona a niveles insospechados. Departamento grande, living amplio y dos habitaciones. Comparte con una amiga.

Después de la higiene de rigor, ya en la habitación empezamos a los besos parados. Me preguntó si quería que se saque las botas. De ninguna manera. El morbo era mayor así. Ese calzado la hacía verse aún más imponente. Besa con ganas, no escatima el uso de la lengua. Empezamos de menor a mayor y terminamos lamiéndonos sin ningún tipo de sutileza. Mis manos se empachaban tratando de abarcar toda su anatomía. Se arrodilló y se metió la pija en la boca. El oral es bueno. Aplica variantes, cambios de ritmo. A veces chupa sólo la cabeza y por momentos se mete todo el tronco en la boca. Me babea la pija. Le agarro la cabeza y le cojo la boca. Estamos un rato enfocados en que me de placer oral. Finalmente colocamos protección. Estoy plenamente convencido que con lo caliente que me dejó el tiempo de penetración va a ser extremadamente corto. Me pregunta como quiero. Le digo en misionero para controlar un poco los movimientos. Bombeo un poco y la beso en la boca. Esto último contribuye al clímax. Eyaculo violentamente contra el látex dentro de su concha. La pija late mientras despide una gran cantidad de semen.

Higiene de ambos y una charla de intermezzo donde puedo apreciar la buena onda y simpatía de Cande. Me cuenta algunas cosas de su vida privada. Es una mina amena para conversar. Ya recuperado empezamos nuevamente a besarnos. Comienza otro oral. Esta vez acostados en la cama. Te mira a los ojos mientras la chupa. Ver semejante hembra con la pija en la boca es una imagen excitante. Ponemos preservativo y esta vez sí, tenemos tiempo de hacer más variantes. Se sube a cabalgar. Salta encima de mí como si estuviera domando a un caballo en un rodeo. Las enormes tetas rebotan. Las agarro. Me siento en la cama, con ella arriba y se las chupo salvajemente. Ella no deja de hamacarse sobre la pija. Después de un rato salgo en mi rol de infante en período de lactación y la pongo en cuatro en la cama. Apunta ese enorme culo hacía mí, la tomo de las caderas y la penetro por la concha. Mis preferencias por un sexo más tranquilo se van a la mismísima mierda al verla. La cojo con ganas, sin miramientos. Semejante cuerpo aguanta cualquier intensidad en los pijazos. Variamos diversas posiciones hasta que el tiempo, y mi excitación, dan aviso que el encuentro llega a su final. Quería dejar mi descendencia sobre esos grandes pechos. Cande se sentó el borde de la cama, me paré al lado de ella y traté de distribuir en forma pareja mi semen sobre sus tetas. Increíblemente todavía me quedaba una cantidad respetable de líquido.

Nos higienizamos, nos vestimos y nos quedamos conversando un rato más a pesar que ya se había cumplido el horario. Me comentó que está por mudarse y que en su nuevo depto. va a estar sola.
Me parece interesante destacar que a pesar que físicamente no suele ser el estilo de mujer que suelo frecuentar la encontré muy excitante. Si a eso le sumamos el buen servicio y su simpatía el combo es interesante.

Ya que cité anteriormente a Espronceda aprovecho otro fragmento de su poesía a modo de conclusión. Gracias a todos por leer el relato.

“Y aturdan mi revuelta fantasía
los brindis y el estruendo del festín,
y huya la noche y me sorprenda el día
en un letargo estúpido y sin fin.”

Link a la publicacion en BairesGirls