Analey rubia bronceada con actitud de actriz porno. Fotos y videos automsj

Foro querido, hoy les traigo data de mi encuentro con Analey, rubiecita de curvas sabrosas que me recibió en un depto de Congreso como si fuera su novio con pasaje al paraíso.

La historia arranca con un mensaje por whatsapp, rápido, cordial. Me manda ubicación. No hay que mostrar documento ni nada, tocas timbre y entras directo como si fueras habitué.

Cuando llego a la puerta, escucho el clásico taconeo que te hace palpitar el corazón y subir revoluciones.

Subo y ya desde la puerta me recibe la rubia vestida con lencería que parecía hecha por un comité de científicos pajeros. Mini short pegado al cuerpo, tetas en su justa medida, piernas bronceadas y una sonrisa hermosa, de propaganda de enjuague bucal. Me dio un beso bien plantado, como diciendo: “hoy se garcha con ganas”.

El departamento es un monoambiente amplio bien grande, tranquilamente podrían ser dos ambientes, muy limpio y con la calefacción en modo sexual, osea para estar desnuditos. Luz perfecta, espejo en ángulo estratégico y cama king size para desplegar el arte del garche.

Me pasa una toalla perfumada, me ducho rapido y cuando salgo, ya estaba en la cama mirándome con cara de “comeme”. Obviamente no me hice rogar. Nos dimos unos besos bárbaros y la cosa se empezó a calentar.

Me tira a la cama y me arranca con un oral sin globo, bien húmedo, con lengua juguetona y contacto visual de chica que hace algo indebido, pero con gusto de hacerlo. Cuando le bajé la tanga, me encontré con una almeja depilada al ras, bronceadita, como salida de una pelicula para adultos. Le metí lengua y no tardó en mojarse, gemía suavecito mientras me agarraba del pelo.

Empieza la penetración, piloto y se sube arriba como guerrera que no perdona. Caderas movedizas, tetas en movimiento y una cara de que la esta pasando bien. Después la pongo en cuatro y esa colita firme y redonda suena a cachetazo de Dios. Entre gemidos, miradas y embestidas, terminé como bolsa de papas.

Pausa técnica. Charla tranqui, ella muy compañera y simpática, se puede hablar de todo. Me acaricia el pecho y cuando ve que el amigo reacciona, arranca otra vez el pete de resurrección.

Cuando se me pone firme, nuevo piloto y misionero profundo con besos, sigue cucharita bien íntima, y para coronar de nuevo en perrito con ella mirándome, gimiendo, me estalló el marulo la escena. Otra vez terminé, con una sonrisa estúpida de felicidad.

Valio la pena invertir $ 90.000 la hora, vale cada sope. No sólo por el físico que tiene -que es terrible- sino por la predisposición, la dulzura y el ritmo que maneja. No te acelera ni te corta el mambo, te sigue el paso y te hace sentir que estás en un telo de las nubes. Requete recomendada por mi parte.

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