Victoria Isa: Una sesión de cardio que te deja agitando bandera blanca.

¿Por dónde empiezo? No es fácil intentar ordenar las ideas después que una aplanadora te pasa por encima. Hacía rato que no visitaba a una escort que coja con tantas ganas. O al menos que tenga la habilidad de hacerte creer eso.

Hagámoslo fácil. Empecemos por el principio. Dejo de lado la motivación primigenia, eso que da el impulso para decidirse a elegir y visitar a una escort en particular. A la mayoría de los lectores les importa un carajo. Aunque sea por esta vez intentaré respetar eso. Vamos a lo que importa.

La comunicación por Whatsapp es fluida. El speech de presentación es completo. No hace falta repreguntar. Algo obvio pero que lamentablemente es cada vez más raro. Las imágenes de la publicación son sugerentes, las promesas de servicio tentadoras, las referencias previas más que buenas. Suficiente para coordinar, sin dilaciones, un encuentro.

Escenario. El conocido edificio gatero de Mitre al 1400. En lo personal no me gusta. He ido varias veces. Es medio quemo. En mis primeras visitas la dama tenía que bajar a buscarte. Varios visitantes agrupados como boludos en la puerta y la escort (si no te conocía) tenía que llamarte por el nombre para ver quién eras. Todos te miraban, miraban a la mina que te ibas a coger y la privacidad te la llevabas a marzo. Al tiempo cambió la metodología. Para peor. Misma escena pero antes de subir tenías que presentar DNI en recepción (delante de la escort). Ahí fue cuando me hinché las pelotas y dejé de ir. Ahora, al menos, no tienen que bajar a buscarte. Se avivaron un poco los genios de la logística. Igualmente, no sé si le tomé idea, pero el edificio me sigue pareciendo una poronga. Tenés que esperar que los de recepción se dignen a abrir la puerta, los ascensores tardan, van siempre llenos de gente y se pierde tiempo. Sorteados todos estos contratiempos, finalmente, llego al departamento.

Victoria Isa es una mina que no pasa desapercibida. Estilo vedette, con curvas. Voluptuosa pero proporcionada. Firme. Se nota que hay laburo en el gimnasio. Abdomen plano, culo grande y tetas enormes y paradas. Si bien yo soy más del estilo modelitos, eso no quita que verla me haya producido un shock de testosterona. Ya desde que te abre la puerta te das cuenta de la calidad de atención. Hace hincapié en los detalles. Desde la forma de recibirte, el trato para que te sientas cómodo y el cuidado personal. La higiene de la dama es perfecta. Un suave perfume y un dedicado maquillaje marcan el estilo y dan testimonio que no te recibe a las apuradas. Claramente se tomó el tiempo para prepararse.

El departamento es un monoambiente agradable, decorado con buen gusto y sumamente cómodo para este tipo de encuentros. Una división separa el lugar dónde se encuentra la cama y la camilla para masajes, del resto del lugar. En el lado opuesto, más cerca de la entrada, un sofá de generosas dimensiones sirvió para dejar mis cosas mientras me iba a dar una ducha.

Victoria no tiene preámbulos. Va al grano. Te recibe a los besos. Y puedo atestiguar que nunca mejor aplicado el término "full" de la tablita. Mete lengua y no pone pausa. Tuve que desprenderme para ir a ducharme. Cuando salí estaba esperándome en la cama. En lencería y con unas botas negras de cuero hasta las rodillas. Se me empezó a parar la pija antes de que me toque. Ni bien me acerqué la leona se lanzó sobre su presa. La típica dama "old school" que se abalanza a demostrar toda su expertise y a marcar el terrero desde el minuto cero. Sabe como calentar. Conoce el paño. Me encanta como busca todo el tiempo la boca. Usa bien la lengua, ya sea para besar o para lamer. Ya sea cuando te la mete en la boca o cuando te la pasa por el tronco de la pija. Te excita muchísimo.

Después de un rato de besarme, alternando el modo novia con el modo porno, empezó a frotarse con la tanga puesta sobre mi pija. Juro que casi me hace acabar con esa frotada. Si no la paro me voy en seco como un pendejo alzado. La puse en cuatro, le bajé despacito la tanga y mi lengua fue por turnos pasando del orificio anal al vaginal. No sé en qué momento quedé acostado boca arriba y ella se acomodó en un 69. Estuvimos un buen rato dándonos placer oral. Le dije que me ponga el forrito y se montó encima. Pocas veces me cabalgaron con tanto ímpetu. Saltó, se hamacó, hizo toda clase de vaivenes sobre mi pija y siempre buscando besarme en la boca. Ya no daba más. La cogí un poco en cuatro para regular el ritmo. Mientras bombeaba ella se iba poniendo saliva en un dedo y se preparaba el culo. Lo que me calentó esa imagen no tiene descripción. Le apoyé la cabeza de la chota en el ano y se la metí despacito. Fui aumentando el ritmo conforme Victoria me pedía hasta que la excitación fue irreversible y llené el forro dentro de su culo. Se la dejé adentro hasta que empezó a perder dureza y la retiramos cuidadosamente con un papel.

Higiene de ambos y nos quedamos charlando en la cama. Me gustó mucho su estilo y su buena onda. Muy piola. Son esas minas con las cuales la conversación fluye. Fiel a su estilo me empezó a buscar la boca de nuevo. Me agarró la pija y me empezó a masturbar. Enseguida me puso a punto. Ahí empezó con otro de sus puntos fuertes. El oral. Nos quedaba poco tiempo así que me entregué por completo a sus artes. Dejé que me chupe la pija hasta que fue inevitable la descarga. Ella esperó hasta que salga la última gota y se fue a escupir al baño. Ahora sí, había quedado exhausto. Me di una ducha y nos quedamos conversando mientras me cambiaba. Me despidió con la misma pasión con la que me había recibido.

Volví al frío de la calle, y al ajetreo del mundo exterior. Lejos del micromundo que reinaba dentro de ese departamento. Victoria fue un oasis en una jornada vertiginosa. Fue esa pausa necesaria para poner las cosas en su verdadera perspectiva. Un recordatorio de que lo urgente y lo importante muchas veces van por senderos bien diferentes.

Link a la publicacion en SoloIndependientes

Escorts Capital Federal (CABA) - Escorts Centro - soloindependientes