¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a WESKER
[XP] Victoria Isa: cada día mejor soloindependientes
19-May-2025, 21:40
Buenas noches a todos, queridos colegas. Paso a redactar una experiencia muy reciente. ¿La protagonista de esta historia? Una clásica: Victoria Isa. O Isabella; como la conocemos todos.
La semana pasada me puse en contacto con ella y muy rápidamente combinamos para vernos el día viernes, en horas de la tarde y en su nido ubicado sobre la calle Bartolomé Mitre.
Arribada aquella jornada confirmamos el encuentro y, una vez indicaba la hora, me apersoné al lugar. Le avisé y me hizo subir a la brevedad. Por lo general, siempre es muy puntual, pero en esta ocasión era muy necesario que lo sea, ya que el día era una mierda y la lluvia no paraba. En eso también cumplió. Una genia.
Anuncio de por medio, enfilé rumbo al ascensor, subí y me acerqué a la puerta. Escuché el taconeo, típicos nervios gateros (ustedes me entienden), se abrió la puerta, entré y la vi.
La verdad, un minón infernal. Nada que no se haya dicho (ni yo ni ningún otro colega que tuvo la fortuna de conocerla). Me esperó como le pedí; con tanga negra. Honestamente, con el culazo que tiene, está casi obligada a recibirme así. Y como ella conoce el "vestuario" que me gusta, siempre me da el gusto, inclusive sin que a veces se lo pida.
Ni bien cerró la puerta, comenzó a moverme el orto y, como no podía hacer otra cosa, me acerqué a él para apoyarlo como Dios manda. Pero inmediatamente Isa se dio vuelta, me tomó del cuello y me besó muy efusivamente. Mucha lengua por parte de ambos y toqueteo mutuo, por supuesto. La pija ya estaba parada y por encima del pantalón ella la agarraba una y otra vez.
Como venía de la calle, hice un breve parate y visité el baño. Éste bárbaro, en perfectas condiciones y con los elementos necesarios para la correspondiente higiene.
Sin perder demasiado tiempo salí y la vi en la cama. Me acosté a su lado, continuamos besándonos (lo hace muy bien y con mucha onda), hasta que me saqué el bóxer. Ahí se subió encima mío, agarré la chota y la acomodé en la tanga, en medio de sus enormes cachetes de cola. Ella tomó la acción, deslizándose de arriba hacia abajo y pegándome una hermosa paja-culo.
Después de unos minutos bajó y me practicó un hermoso pete. El mismo no duró mucho, ya que mis intensiones eran coger. Así que tomó un preservativo, lo colocó en mi miembro y me hizo acostar en medio de la cama, pero al revés de como estaba ubicado. Todo esto para que se pueda ver la acción en su espejo que, estratégicamente, bien hizo poner.
Me montó y así pude ver mi pija ingresar y salir de esa hermosa conchita. También apreciaba en primer plano a ese espectacular ojete que difícilmente algún día deje de elogiar. La cabalgata incluyó distintas posturas suyas: por momentos saltó y por otros se reposó sobre mi pecho, al compás de los besos.
Estaba hirviendo y procedimos a cambiar de posición, pasando a coger en cucharita. Con una mano agarré su culo, con la otra las tetas y garchamos de esa manera. Todo terminó con una importante acabada dentro del látex, con mi cuerpo bien pegado al de ella.
Pasé a higienizarme nuevamente y, al regresar, tuvimos una linda charla en el sillón. Muy amena y amigable, como siempre.
Al no sobrarme el tiempo (tenía que continuar con mi jornada laboral), agilicé el trámite, empecé a besar su boca y posteriormente sus pechos. Le pedí que me haga otra paja con la cola, con lo cual se paró, me apoyó el culazo en la verga y le dio de lo lindo. El amigo despertó, pasamos a la cama y volvimos a coger.
Ya con el preservativo puesto, se puso en cuatro patas y de ese modo la penetré un largo rato. No me alcanzaban las manos para amasar y disfrutar de esos cachetes. Los que la conocen van a coincidir conmigo. Coger con Isabella en esa posición es la gloria suprema. Encima, tampoco faltaban sus comentarios característicos como "seguí así que te siento la pija bien adentro" o "cogeme que está muy dura, bebito". Cada tanto la agarraba del pelo y le daba algún que otro cachetazo a las nalgas.
Cambiamos, me subí encima suyo y seguimos cruzando nuestras lenguas. Pero el clima ameritaba una nueva vista al espejo, por lo que volvió a subirse para yo ver ese espectáculo en primera persona. Primero lo hizo de espaldas, con el culo apuntando a mi cara, y luego de frente: así se movió de arriba a abajo y volví a explotar contra el látex.
Se cumplió la hora, aboné el servicio y me despedí a los besos, para volver a encontrarme con la lluvia y reanudar las tareas que me demandaban el día.
Gracias por leerme y hasta la
próxima aventura gatuna.


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