Nati SI: El extraño placer de convertirse en una presa

Una de mis eternas pendientes. Esas minas que siempre di por sentado que en algún momento iba a ir a conocer. Y esos misterios de la condición humana que, al dar algo como seguro, lo dilata tanto que nunca se termina por concretar.

Tengo que agradecer al estimado James Bond que, al postear su interesante crónica sobre la dama en cuestión, terminó por encauzar mi raciocinio a una senda lógica y finalmente me decidí a concretar la tan ansiada cita. Desde un primer momento Nati me pareció sumamente profesional, en el buen sentido. Organizada, expeditiva y mostrando detalles que me hicieron entender el porqué de tantas buenas reseñas sobre su servicio. Creo que la mayoría lo sabe pero no está de más aclararlo para el que no. Nati pide una seña para reservar el turno. Cada uno es libre de decidir si avala está modalidad o no. En mí caso lo hago sólo con escorts que tengan sobrada confiabilidad. Nati me pareció ser una de ellas. En fin…No pretendo abrir un juicio al respecto, sino apenas, informar los hechos.

A la hora convenida le mandé mensaje que estaba abajo. Me dio el OK. Toqué timbre y ella abrió desde arriba. Ya había estado en ese edificio, hace muchos años. Me trajo recuerdos de una escort retirada hace tiempo y a la cual frecuentaba. Una clara imagen de lo efímero de este rubro. Cualquier encuentro puede ser el último con las damas que visitamos. Hay que saber afrontar esa máxima. Una invitación a vivir el presente y respetar la vida privada de nuestras eventuales "partenaires". En medio de esas reflexiones me encontré frente a la puerta del departamento de Nati. Secuencia hiper conocida de "timbre - tacos - apertura de puerta".

Nati es una mina imponente. Encarna todos los clichés típicos del rubro. Físico indisimulable, actitud de ir para adelante y (contrariamente a la imagen de cheta que mi mente había pergeñado) pinta de mina guarra que no se intimida con nada. Resumido en pocas palabras: La ves y se te para la pija. Una ecualización perfecta entre quirófano y gimnasio hacen de ese cuerpo una invitación a perderse en la lujuria. La frutilla del postre: Muy simpática. La voz con un tinte grave de ¿fumadora? (tal vez) le da ese toque sexy y barrial y dispara los ratones al imaginar que en el sexo no le va a hacer asco a nada. Mi preferencia por el estilo “modelitos” se fue, momentáneamente, a la mismísima mierda al ver este cuerpo de vedette.

El Dpto. es un elegante monoambiente con un mueble que hace de divisor con el lugar donde está ubicada la cama. En la parte "principal" una pequeña barra con sillas y cocina integrada. En el mueble divisor se pueden ver accesorios como antifaces, esposas, botas de cuero y otros etcéteras que de solo imaginar a Nati vestida así y cagándome a palos me dio más miedo que erotismo ¿Que decir? Quizás soy demasiado clásico en mis preferencias.

Después de la higiene de rigor llegó el momento de la verdad. La vi acercarse con su famoso "tecito" y ahí supe que si buscaba una "onda novia" claramente el lugar no era ese. Desde la forma de besar hasta la de coger la mina entra 100% en la denominación de "guarra". Ni hablar de la chupada de pija. Eso merece un párrafo aparte. La mamada que me dio Nati está entre las mejores que recibí en mi vida. Todos los colores, sensaciones e intensidades que el cliente pueda imaginar. Creo que si fuera por ella te chupa la pija la hora entera. De movida experimenté la indescriptible y agradable sensación que te la chupen con un te tibio en la boca. 10/10. Enseguida la delicadeza dejó espacio a una escena de película triple X. Le metía unos tremendos salivazos a la cabeza y al tronco sin la más mínima sutileza. La chupaba de manera intensa pero no violenta, de forma que uno no pierde sensibilidad. Evidentemente los años que lleva en el rubro no han sido en vano. Si hay algo que domina a la perfección es el arte de chupar una pija. Eso lo alternaba con lamida de huevos y besos negros. Yo soy un tanto reacio a que me metan la lengua en el orto, con lo cual Nati no pasó de unas lamidas superficiales, aunque no por eso menos eróticas. Sin ser un fanático me llevé una respetable "lamida de culo" que, sumada a las escupidas que la dama le daba a mi pija, hizo que toda la zona sea un enchastre de saliva. En un momento se escupió las tetas y puso mi pija en el medio. Sublime. Esas tetas son la imagen más clara para representar la lujuria. Un pasaje directo al segundo círculo del infierno del Dante. Con toda esta secuencia habrá estado entre 20 minutos y media hora sin parar. No sé cómo no acabé. Finalmente me puso el forro. Me miró con un aire de perversa dominancia y se montó. La rubia melena leonina le daba un aspecto de felino que va a despedazar a su presa o a aparearse de forma violenta con su macho. Si es guarra chupando pija, cogiendo no se queda atrás. Unos violentos sentones sumados a unos besos de película condicionada y un vocabulario carente de toda sutileza fueron el corolario perfecto para que un violento guascazo llene el forro en tiempo récord. Creí percibir un vil aire de satisfacción en sus ojos habiéndome sacado de combate tan rápido, con una expertise propia de alguien que se sabe buena en lo que hace.

La leona mutó nuevamente en la Nati amable y conversadora. Me sacó con cuidado el forro, por demás cargado de semen, y me limpió con una toallita húmeda. Nos quedamos en la cama charlando y, al menos yo, recuperando fuerzas (por más que todo el esfuerzo lo había hecho ella). Me cayó muy bien. Es una mina muy piola.

Cuando ya nos quedaba poco tiempo me dio un par de besos porno (No es una gran besadora, al menos no al estilo clásico) y volvimos otra vez a la secuencia de su gran despliegue oral. Una escupida tras otra, una excitante paja, un dedo acariciando peligrosamente mi ano y una chupada de pija, que fue de menor a mayor, terminaron por vaciar las reservas de mis glándulas seminales. Esas manos ordeñaron a la perfección mi pija parada acompañando con un ritmo acompasado hasta que salió la última gota de esperma. Un desorden de saliva y semen quedó desparramado en mi abdomen.

La cama era un verdadero despojo propio de un campo de batalla. La mina hizo lo que quiso conmigo. Nati es la representación más fiel de lo que significa llevar una fantasía de escena porno a la vida real. Sabe a que juega y sabe como maximizar el placer del cliente.

Me di una ducha, conversamos mientras nos cambiábamos, y (muy irónico) nos despedimos con un tierno beso final. El caos de la avenida Santa Fe parecía un remanso al lado de lo que había pasado dentro de ese departamento. Buscando tranquilidad, como un ciervo que escapó al predador, encontré refugio entre los árboles de la Plaza San Martín. La tarde soleada y el canto de los pájaros me devolvieron de a poco al mundo real. Aunque resulté ser un ciervo extraño. Empecé a añorar a la leona que se había abalanzado sobre mi hacía apenas un rato.

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