Escort vip Luz - Congreso soloindependientes

He aquí mi primer Xp
Esto sucedió un Jueves por la noche. Tarde.
Luego de mucha charla previa, llegaba con muchos nervios y ansiedad y haberla esperado un rato en la puerta incrementó esa sensación. Pero con el deseo de saber cómo era que besaban sus labios.
Al cruzar la puerta, me encuentro con una MUJER vestida de niña. Para mi sorpresa, mucho más hermosa de lo que había visto o incluso imaginado. Un tímido beso ya me anticipaba algo de esos labios.
Ella, semi vestida - semi desnuda, con un cuerpo hermoso y armonioso. Aunque este relato no trata sobre lo físico sino sobre los sentidos.
Yo ya quería desvestirla. De hecho, mi mirada ya lo había hecho. Pero notaba algo raro en la señorita y me confiesa estar nerviosa. Por eso decidí esperar. Me ofrece lo mejor que me pueden ofrecer para descontracturar, un vaso de wisky.
Trago va, trago viene, yo en el sillón, ella enfrentada a mí en el suelo. Dulce pero distante. La invito a sentarse a mi lado. Poco a poco, la charla acompañada de tímidos mimos, se fue transformando en besos. De pronto, vino ese beso. Pasional, atrevido, “desesperado”, con ganas. Ese chape que te recuerda a “tu novia de los 15”.
Ya a esa altura, los nervios habían quedado en el piso y en un momento, sin darme cuenta y sin mediar palabra, me desvistió de la cintura para abajo y empezó a hacerme sexo oral, con ganas (sublime por cierto). Ya la timidez se había ido. Y apareció su completa putez, pero siempre acompañada de elegancia. Lejos de lo vulgar. Luego de un rato, la tuve que frenar porque parado ya mis piernas temblaban.
Ella se para, vuelven los besos, como si fuera “el último”. En ese momento me invita a ir a la cama, la desvisto ahora si, con ganas y desesperación, y comienzo a hacer lo que fue para mí, lo mejor de la noche. A chupársela. Una delicia, pocas veces sentida. Ver probado varias, nunca una tan rica. Estuve tanto tiempo que creo se me desgarró la lengua. Pero aún así decidí continuar porque lo único que deseaba era verla disfrutar de placer (y acabar). En realidad es para besar de cuerpo entero por esa piel de seda que posee. Luego de largo rato, llegó finalmente el sexo. Desde el primer instante se sintió delicioso. Todo entró perfecto. Con esa felicidad cual niño que lograr encastrar a la perfección por primera vez dos bloques de legos. Más nada se podía pedir. Solo disfrutar. Diversas poses, con distinta intensidad, pero todas igual de placenteras. Más que cogerla, diría me cogió. Finalmente llegó el momento de acabar y cerrar ese placer.
No me quería ir. Quería disfrutar eternamente.
Se que es un “número” $, pero no es un gasto, sino una inversión. Una niña a la perfección.
Ojalá lo disfruten tanto como yo.
Saludos!

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