Temas generales

Ja ja ja... Supongo que debemos ser unos cuantos los que anduvimos poniéndola por la inolvidable Av. Atlantica.

En mi caso la historia fue así: habíamos ido con un grupo de amigos a Río, año 80- 81, éramos todos pendejos de 16-17 años.
De más está decir que la primera noche salieron todos como desesperados a empomarse cualquier cosa que se moviera y tuviera minifalda y carterita. Todos excepto yo que en esa época la onda trola no me iba. Mis amigos me cargaban y me preguntaban cuando pensaba "debutar" y yo les mandaba que las putas no me gustaban, que me pensaba levantar una minita legal.

Una noche estábamos tomando una cerveza con unos amigos en un barcito de Copacabana y en la mesa de al lado había una minita muy linda, muy fina, muy bien vestida que estaba sentada sola; a los 5 minutos de verla yo ya estaba perdidamente enamorado de la señorita en cuestión y les digo a los amigos que me acompañaban:
-Ustedes son unos perdedores, garpan para cojer, vean como me levanto esta mina y me la volteo de onda.
Acto seguido, el "argentino vivo" (en este caso yo) procede a empezar a hacerle el verso argento a la susodicha carioca. Todo marchaba increíble y sorprendentemente bien hasta que en un momento la chica me dice algo así como "todo bien, pero te comento que yo estoy laburando y cobro 10.000 cruzeiros por 2 horas". Me quedé helado, a los 17 años yo pensaba que las únicas trolas que existían eran las que andaban por la calle vestidas escandalosamente, desconocía la existencia de los gatos de luxe. Resumiendo: la mina ya me había incinerado el cerebro y a esa altura de las circunstancias ya no me importaba un pomo si había que pagar o no... Voy a la mesa donde estaban mis amigos y les digo:

-Bueno, me voy con la minita nomás, nos vemos después.
Mis amigos totalmente sorprendidos me preguntan:
-No nos digas que te levantaste semejante diosa ???
Y yo:
-Ehhh... esteee... no precisamente... ¿10.000 cruzeiros por 2 horas será mucho...? :oops:

Todavía me acuerdo de mis amigos gastándome a más no poder y cagándose de la risa mientras se les salía la cerveza por la nariz. Al final terminé garpando como el mejor, pero bueno... la mina era espectacular y pasé una de las noches más memorables de mi vida.

Salud, gateros.