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Cofrades: No pude resistir a mi reciente experiencia con Micaela Gatta. Fue tan fascinante que la llamé nuevamente pocos días después. Y ya no tengo palabras para contar los sucesos ocurridos. Nos citamos, y la niña me dijo, insinuante: "Llevá crema chantilly... y preparate". Amigos, los sucesos fueron increíbles. Encuentro, en una tarde muy fría, llegada al hotel con la niña, su trajecito sastre, sus anteojos, que no delatan su inmimente actuación en la intimidad. Entramos, ya algunos toqueteos en el ascensor... y ya en la habitación, ella comienza a organizar la obra, con la sapiencia de un director teatral. Besos, muchos y profundos besos... ropa que va cayendo... Primera oferta de ella "Vamos a bañarnos juntos". Juntos, enjabonándonos bajo la ducha... al ratito, y bajo esa lluvia tibia, contrastando con el frío de la calle, ya estaba ella arrodillada, chupándome intensamente. Largo sería relatar todo lo que ocurrió en casi dos horas intensas y bellísimas. Al rato estábamos en la cama. Me decoró con crema las bolas, la pija, la cola, el pecho y, golosa, se la fue comiendo. Se detuvo largamente en cada una de las estaciones. Luego la llené yo de crema, como la más sabrosa torta que pueda imaginarse, y la comí también. Luego de un largo juego con la crema, fue a su cartera. Es bello ver su figurita menuda y veinteañera caminar desnuda por la habitación. Volvió con un consolador que me dió envidia al compararlo con mis atributos, y me lo dio para que haga uso del mismo. Lo introduje completamente, entre sus gemidos y su rostro transfigurado. Luego de diversas penetraciones con el aparatito, fuimos con el mío. Por aquí, para allá. Todavía no había probado su colita. En un momento se la besé con fruición y le dije cuán bella era, y cuántas ganas le tenía. Sonrió, y sin decir nada, me acostó... Y se fue sentando lentamente. Apoyó el redondito orificio en mi cabeza, y fue descendiendo entre suaves gemidos de placer introduciendo la verga en ese bello culito, que se iba dilatando y me iba dando una muy cordial bienvenida. Ella, entrecerraba los ojos, y sonreía. Una vez penetrada, estiró el brazo, tomó el vibrador y me pidió que se lo metiera en la conchita. Doblemente invadida, su rostro era angelical y diabólico a la vez. Comenzó a subir y bajar, mientras yo accionaba el aparato, dándole la máxima vibración. Fue un polvo sensacional. Mutuo. Luego de acabar, propuso un baño en el jacuzzi. Primero encendió la televisión y fuimos al agua, ella accionó la llave y el pequeño lago comenzó a agitarse. El agua nos masajeaba mientras veíamos cine porno. Mil carcias y besos muy tiernos, hasta que ella tuvo intenciones de reiniciar el combate, y me comenzó a chupar en el agua. Me susurró que quería la leche en la boca. Le dije que era muy optimista, y me contestó que ya se lo había dicho la vez anterior. Fuimos nuevamente a la cama. Se colocó sobre mí atravesada y apoyada en los brazos y las piernas. No descuidó detalle, porque de esa forma yo veía el movimiento de sus pechos colgando y su boca entrando y saliendo en mi verga (no muy dura ya lamentablemente). El espejo reflejaba su culito delicioso y afortunadamente ya visitado recién. Y con su especial talento logró lo que yo no creía. Trabajó bastante, como los hombres primitivos cuandohacían girar una madera hasta encender el fuego. Tuve un largo orgasmo, un placer creo que más intenso que en el primero, porque éste se hacía desear. Mientros yo llegaba a un goce indescriptible, ella tragaba todo lo que yo le daba. Hasta la última gota descendió por su garganta. Luego seguimos una bella sesión de suaves mimos, carcias y palabras lindas. La chica ni se preocupa por el reloj, estuvimos casi dos horas. Después salimos al frío, yo tenía que ir a tomar exámenes (sabrán que soy profesor) y le dije que después de esa tarde iba a aprobar a todos, ya que estaba en el paraíso, ya me sentía un ángel, por haber estado tan unido a tan angelical criatura. Ella iba a ir a la peluquería. Hasta allí la acompañé unas cuadras. Y después me fui preguntándome ¿Fue cierto? ¿O fue un sueño? Amigos, en ese encuentro tan intenso, hubo mucho más, pero no quiero aburrir. Micaela Gatta es una niña sensacional, dulce y guarra a la vez. Tiene un encanto especialísimo. Una dulzura enorme y una sensacional actividad sexual. Ella propone, ella sigue, no amaga con irse hasta que su afortunado compañero ya ha gozado todo lo que se puede gozar en el mundo. Micaela Gatta se ha convertido para mí en una adicción imprescindible. Nunca conocí a nadie que tenga tanto talento en la cama. Y eso que hace sólo dos años que trabaja... y según cuenta su primer encuentro sexual fue recién en este siglo. Amigos, espero no haber sido plomo, pero tenía que contarle a alguien lo que me pasó... Y espero que me siga pasando con frecuencia...