Política y Economía

[size=18:9ab6c4f26b][color=blue:9ab6c4f26b][b:9ab6c4f26b]Las "picardías" de los partidos para tener un buen candidato en 2009 [/b:9ab6c4f26b][/color:9ab6c4f26b][/size:9ab6c4f26b]

[color=indigo:9ab6c4f26b][b:9ab6c4f26b]Algunas de las jugadas: reformas constitucionales y funcionarios y legisladores que no cumplen mandatos.




Oficialismo y oposición coinciden en que las elecciones legislativas del año próximo serán clave de cara a las presidenciales de 2011, el gran objetivo. También acuerdan que los resultados de 2009 condicionarán los últimos años de las gestiones en marcha. Tanta expectativa, sumado a la falta de figuras que encabecen las listas, acercan a ambos bandos a otro punto en común: cualquier "picardía" vale para conseguir un nombre que arrastre.

Aunque uno decidió recostarse en el viejo PJ y el otro levanta la bandera de la nueva política, Néstor Kirchner y Mauricio Macri pensaron en la misma herramienta para hacer un buen papel electoral: forzar una elección constituyente que permita poner allí al mejor postulante que arrastre al resto de las boletas en juego, las de los legisladores nacionales y locales. El ex presidente lo pensó para la provincia de Buenos Aires, distrito clave para hacer una performance decorosa y garantizarle a su mujer un final de mandato algo más allanado.

En algún momento, más cerca de principio de año, algunos dirigentes cercanos a Kirchner lo mencionaban al propio santacruceño arriba de esa nómina bonaerense. Luego sobrevino la variante Daniel Scioli. Alguna resistencia del gobernador y la falta de garantías sobre cómo tomaría la sociedad semejante movida enfriaron la idea.

De este lado de la General Paz, y aunque se presenta como el opuesto, Macri pensó lo mismo que Kirchner. El procurador de la Ciudad, Pablo Tonelli, hasta llegó a presentarle un borrador con las posibles reformas de la Carta Magna porteña, de poco más de 10 años. Amante de las encuestas, el jefe de Gobierno seguramente habrá repasado que de las seis elecciones en la Capital que atravesó su partido, la única que perdió fue la que no lo tuvo a él de candidato. Fue en octubre, cuando para las legislativas nacionales apenas superó el 13%. Su peor resultado, hasta entonces, había sido un 34,09% en las legislativas de 2005.

Con estos números, el macrismo imaginó una constituyente paralela a las legislativas, con Macri a la cabeza y arrastrando al resto. Hasta que se generaron muchas dudas de cómo la sociedad percibiría esta jugada. Semanas atrás, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, salió a aclarar que tal reforma estaba descartada.

Con este panorama, el macrismo piensa en otra jugada: sacar del Gobierno porteño a los ministros que hagan falta y ponerlos en las listas. Allí suenan desde la vicejefa Gabriela Michetti (la de mejor imagen junto con Macri) hasta Rodríguez Larreta, pasando por el ministro de Cultura, Hernán Lombardi. También lo están midiendo al actual vice de la Legislatura, Diego Santilli, quien no puede renovar pero sí podría ser candidato a diputado nacional. En caso de desarmar el gabinete, el macrismo iría en contra de lo que pregonó el macrismo desde que asumió el Gobierno: que la prioriodad era la gestión. Salvo que pongan funcionarios en las listas para atraer votos y luego no asuman. Una estrategia que los K vienen implementando desde 2005.

Justamente ese año, el entonces titular de la ANSeS, Sergio Massa, ocupó los primeros lugares de la lista bonaerense de diputados. Fue, ganó, pero jamás se sentó en la banca. Pese al antecedente, ahora a alguno se le ocurrió que el flamante jefe de Gabinete podía encabezar esa lista tan vital para el kirchnerismo. En el reciente viaje a Brasil el propio Massa se encargó de descartarlo. No está descartado. Tampoco el ministro del Interior, Florencio Randazzo.

Otra "jugada" común es presentarse para un cargo, asumir y cuando aún no se cumplió el mandato salir en busca de otro. El socialista Roy Cortina, por ejemplo, que fue elegido diputado nacional por la Ciudad hace poco más de un año, ya decidió que será candidato a legislador porteño en 2009. Aníbal Ibarra está pensando el camino inverso. Ganó como legislador local en 2007 y ahora buscaría ir al Congreso. Con un plus, ya que sólo hará esa movida si las encuestas le dan bien para volver a presentarse en 2011.[/b:9ab6c4f26b][/color:9ab6c4f26b]