[XP] ELEONORA SABE VOLAR...

Decía Oliverio Girondo, un poeta, un hacedor de imágenes frenéticas y deliciosas, que a las mujeres podía perdonarles todo, menos que no supieran volar…
Pues bien, señores, si alguno de ustedes piensa así, entonces, no pueden dejar de conocer a Eleonora.
Porque sencillamente, ella los hará volar en un viaje pasional y dulce, furioso y tierno, sagrado y profano a la vez.
Nada nuevo diría si les contara que me recibió con su mejor sonrisa, que su boca devoró literalmente mi boca, que el solo contacto con su piel me llenó de una energía tan luminosa como pocas veces me ha sucedido en estas experiencias…
Nada nuevo diría si les contara que su rostro es muy bello, que mis dedos quedaron atrapados en su salvaje y sensual cabellera enrulada, que su cuerpo tiene armonías artísticas, que su inteligencia y su belleza interior sostienen aún con màs intensidad esa belleza que se muestra …
Nada nuevo diría si les contara que la contemplación de su cuerpo desnudo en el espejo provocó en mi sangre una tormenta, que sus pechos dulces y bien dibujados me recorrieron, que sus caderas felinas me cabalgaron como si fuera la primera vez que un hombre y una mujer hacían el amor sobre la tierra.
Nada nuevo les diría si les contara que entre los dos hubo un concierto de caricias y de besos desesperados, que mi sexo se entregó a la sabiduría de su lengua con enorme placer…
Nada nuevo les diría si les contara que además hubo emociones en la tarde, hubo mutuas confesiones, hubo un pacto secreto con el deseo y los afectos…
Nada nuevo diría si te digo, Eleonora, que sos sencillamente maravillosa, que celebro haberte conocido, que me hiciste sentir la intensidad y la fuerza de la pasión y me contuviste con tu afecto y tus palabras...
Por eso voy a dejar que hable el mismo poeta al que vos hubieras llevado al mismísimo cielo…

“Ella es una intensísima corriente un relámpago ser de lecho una dona mórbida ola un reflujo zumbo de anestesia una rompiente ente florescente…
Y su rocío afrodisìaco…y su carnalescencia natal..letal…es la sed de ella…y sus vertientes lentas…entremuertes que estrellan y disgregan…aunque Dios sea su vientre”

Esto escribió Oliverio Girando. Seguramente, había soñado con Eleonora.


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