Iniciado por iabo
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Ya habìa posteado la impresiòn que me causò conocer a la Dulce Carola, pero un sòlo post no alcanza, para describir todo lo que pasò.
Arreglo con ella, el dìa y la hora, y ya por telèfono me tansmitiò todo el entusiasmo por el encuentro.
Llego a su departamento, delicadamente decorado, y ya me recibe con una sonrisa y un abracito, para derretir cualquier barrera.
Ella estaba vestida? con un corpiñito negro, botas negras altas, y un minishort blanco, con dos manitas impresas atràs como invitando a posar las tuyas.
A pesar que las fotos son elocuentes, personalmente es impresionante que una mujer tenga el cuerpo que tiene Carola, empezando con su carita y esos ojos negros que siempre me perdieron, una boquita primorosa, una cinturita increìble, que cual guitarra, se ensancha en unas caderas es-pec-ta-cu-la-res, unas piernas hermosas y unos piecesitos suaves y primorosos.
Tiene una onda novia terrible, y le sale naturalmente una atenciòn para que realmente la pases de maravillas.
Apenas me sentè en la cama, ella se sentò encima mìo, de espaldas, movièndose de tal forma, que ya me habìa puesto en alerta.
Todo con una suavidad de una mujer que sabe lo que hace, nos fuimos desvistiendo, no podìa dejar de extaciarme con su cuerpo, ella me comìa a besos.
Con mi boca fui recorriendo todo su cuerpo, y ella se prestaba complacida, y asì me entretuve un buen rato en su pubis depilado, hermoso.
Cuando le llegò el turno a ella, con sus manos tomò ami hermanito, que ya estaba que explotaba, para seguir con sus labios, lengua y boca.
Llegò el turno de usar el globito, que con la boca me lo colocò de manera magistral, para subirse arriba mìo, y empezar una cabalgata despacio, que de a poco fue cobrando intensidad, hasta alcanzar un ritmo infernal.
Le pedì que se diera vuelta, querìa apreciar ese distintivo que la hizo famosa, la visiòn que tuve de esa mujer subiendo y bajando, es lo mas parecido al paraìso.
Quise terminar en la pose que mas me gusta, con ella de espaldas apoyada en las manos y rodillas, mis manos se aferraron de sus caderas, hasta que me pidiò que le apriete la cola.
Fueron unas cuantas embestidas, tratando de que dure lo màs posible, querìa disfrutar el momento de tener a semejante mujer en esta especie de dominaciòn.
Solo les puedo decir, que es un pecado mortal, no conocer a Carola , no solo por su fìsico màgico, sino que en ella encontrè a la niña, la novia, el erotismo extremo, la pasiòn descontrolada.
La charla posterior, bebida de por medio, nos permite conocer a una personita sencilla, amena, que demuestra a cada rato que ella disfruta si uno la pasa bien.
Sabe hacer todo, para que al segundo de haberte ido ya la extrañes para siempre
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